Los seres humanos somos sociables por naturaleza, por lo que necesitamos sentir que pertenecemos a un grupo o comunidad. Esto es lo que se conoce como 'sentido de pertenencia', una necesidad psicológica y emocional que nos permite conectar con otros, identificarnos y sentirnos aceptados dentro de nuestro entorno social.
El sentido de pertenencia comienza a desarrollarse en los niños desde muy temprana edad, aunque se va consolidando a lo largo de toda la infancia y adolescencia. Es muy importante para la autoestima y felicidad del niño asegurar su sentido de pertenencia, y para ello es crucial fomentar su autonomía y participación.
Hoy hablamos del sentido de pertenencia en los niños y cómo potenciarlo para que crezcan felices y con una autoestima sana.
La importancia de sentir que 'pertenecemos'
Desde que llegamos al mundo comenzamos a desarrollar el sentido de pertenencia mediante diferentes aspectos de nuestra vida, como la familia, los amigos, la cultura o el entorno en el que vivimos. Estas conexiones sociales nos brindan un sentimiento de seguridad y apoyo emocional, y ayudan en la construcción de la identidad.
Para la Disciplina Positiva, el sentido de pertenencia en la infancia es fundamental y los niños tienen un deseo innato de sentirse conectados, aceptados y parte de un grupo. Cuando satisfacemos la necesidad de pertenencia del niño, estamos fomentando su sentido de comunidad, respeto mutuo y relaciones saludables.
Cuando las personas carecen de un sentido de pertenencia, pueden sentirse aisladas, solas, incomprendidas o excluidas. Esto puede tener un impacto negativo en su salud mental y emocional, y dificultar su capacidad para relacionarse con los demás.
En el caso de los niños, esta falta de 'pertenencia' se suele traducir en lo que los adultos calificamos como "malos comportamientos", que no son más que llamadas de atención a causa de una necesidad que no está siendo atendida.
Cómo desarrollan los niños su sentido de pertenencia y qué hacer para ayudarlos
El sentido de pertenencia en los niños comienza a desarrollarse desde una edad temprana y se va fortaleciendo y consolidando a lo largo de la infancia y adolescencia.
En los primeros años de vida, los bebés desarrollan un vínculo de apego con sus cuidadores principales -generalmente sus padres- que es fundamental para garantizar su sentido de seguridad y pertenencia. A medida que van creciendo y explorando el mundo también comienzan a desarrollar relaciones con otros miembros de la familia, amigos, personas de su entorno y compañeros del cole.
Para ayudar a los niños a promover su sentido de pertenencia, debemos asegurarnos de cumplir los siguientes principios:
1. Establecer un vínculo seguro. Proporcionar al niño un ambiente amoroso y estable emocionalmente hará que crezca seguro, confiado y sabiéndose amado. Las bases del vínculo seguro son el respeto, la empatía, la comunicación abierta y efectiva, el amor y la disponibilidad emocional.
2. Fomentar la comunicación abierta. Crear un espacio seguro donde los niños se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones también contribuye a forjar su sentido de pertenencia. Escucha activamente, valida sus emociones y brinda apoyo emocional cuando sea necesario.
3. Fomentar la participación familiar. Es fundamental alentar a los niños para que participen de forma activa en la vida familiar. Para ello debemos permitir que nos ayuden en las tareas domésticas, que aporten su granito de arena en la organización de celebraciones, planes de ocio o eventos familiares, y por supuesto compartir tiempo y juegos en familia.
4. Trabajo en equipo y cooperación. Cuando promovemos la colaboración del niño y le involucramos en la solución de problemas y en la búsqueda de soluciones que beneficien a todos, estamos reforzando su sentido de pertenencia al sentirse parte de un grupo que trabaja en conjunto.
5. Promover la toma de decisiones. A menudo caemos en el error de obviar las opiniones de los niños o restarles valor. Pero para fomentar su sentido de pertenencia es importante que su opinión sea tenida en cuenta y que les animemos a participar activamente en la toma de decisiones y en la resolución de problemas familiares o grupales.
6. La importancia de las rutinas. La creación de rutinas predecibles y estructuras claras proporciona a los niños una mayor confianza y seguridad, lo que a su vez contribuye a aumentar su sentido de pertenencia al grupo. Saber qué se espera de ellos y contar con límites y reglas consistentes y respetuosas les ayuda a desenvolverse en su entorno de forma segura y autónoma.
7. Reconocimiento y estímulo positivo. Cuando reconocemos y valoramos el esfuerzo que hace el niño estamos contribuyendo a fortalecer su sentido de pertenencia al sentirse apreciados y valorados por quienes son. Por el contrario, cuando nos centramos exclusivamente en el resultado final y/o utilizamos métodos de corrección como los premios o castigos, el vínculo de conexión se deteriora.
Más allá de estos consejos que los padres podemos seguir desde el núcleo familiar para fomentar el sentido de pertenencia de nuestros hijos, también hay otras cosas que podemos hacer para favorecer la conexión del niño con su entorno, como por ejemplo:
- Fomentar sus relaciones sociales (por ejemplo, llevándolos al parque a diario, promoviendo que vea a otros familiares y amigos, favoreciendo la construcción de amistades saludables...)
- Estimular la participación del niño en actividades grupales más allá de las actividades propias del colegio.
- Enseñar al niño valores como la inclusión, la aceptación y el respeto a la diversidad.
- Fomentar la empatía, la comprensión y la tolerancia.
- Es fundamental que aceptemos a nuestros hijos tal y como son, al tiempo que les ayudamos a conocerse y a descubrir sus puntos fuertes y débiles. Esto les ayudará a sentirse valorados y reconocidos por lo que son.
En resumen, el sentido de pertenencia se debe cimentar en la creación de un entorno donde los niños se sientan conectados, valorados y una parte activa de su familia, escuela o comunidad. Al satisfacer esta necesidad básica, estaremos fomentando comportamientos más positivos y cooperativos, al tiempo que contribuimos al desarrollo de una autoestima sana y a su felicidad.
Foto de portada | Freepik