En el Mes del Padre y dado que hoy se celebra el Día del Padre en España, hemos querido hacerle una entrevista a nuestro Armando, un padre comprometido y amoroso a quien muchos seguís en el blog.
Hace unos días os invitamos a hacerle las preguntas que quisierais, las cuales ha respondido amablemente, siempre con el sentido común que le caracteriza. Hemos dividido la entrevista en dos partes para que resultara más fácil de leer. Nos os la perdáis.
¿Crees que el amor por tu mujer cambia a partir del momento en que es madre? ¿Crece, es distinto? ¿La familia cambia el amor en la pareja? ¿Cómo la veías antes y cómo la ves ahora? ¿Discutís más o menos?
Evidentemente, desde que somos padres, nuestra relación ha cambiado. Primero porque ahora tenemos tres hijos y más responsabilidades y segundo porque han pasado siete años desde que tuvimos al primer hijo y, lógicamente, también crecemos como personas.
Todo ello hace que maduremos de manera individual, pero que maduremos también como pareja. Al estar más personas en casa hay más puntos sobre los que hablar o discutir, más decisiones que tomar y, en general, ahora discutimos más que antes. Bueno, quizás, más que discutir, ahora debatimos más que antes, porque son más los asuntos que tenemos que controlar.
Tener hijos pone a prueba una relación, porque es muy cansado física y psicológicamente. Por eso hay relaciones que acaban rompiéndose al llegar el bebé. En nuestro caso, tengo la sensación de que nos llevamos mejor que antes (supongo que los hijos pueden ayudar a mejorar la relación, o a empeorarla si ya no estaba demasiado bien), pero también tengo la sensación de que lo mejor está por llegar. Son tantas las horas que dedicamos a nuestros hijos por el hecho de ser pequeños y dependientes que en el momento en que sean más independientes habrá tiempo para muchas cosas más, entre ellas poder hablar con Miriam sin que los niños te llamen de puntos diversos de la casa porque tienen una urgencia impostergable.
¿Cómo has vivido los partos de tu mujer? ¿Qué has sentido al verla en el proceso de parir, el dolor de las contracciones... una especie de lástima, pena por ella? Siempre me he preguntado que siente un hombre hacia su mujer en ese momento.
Yo diría que se siente un poco de impotencia, porque quieres hacer algo para ayudar y no acabas de saber qué hacer o cómo hacerlo. Lástima no… sabe mal que le duela y sabe mal que está cansada, pero no es lástima ni pena porque luego, cuando ves al bebé coronar, cuando ves que va avanzando, sientes que es casi como magia, y no se puede sentir pena ni lástima por alguien que hace magia, sino admiración. Por eso al dar a luz un marido besa a su mujer, para decirle “¡lo has hecho!”. No sé… el primero no lo pude ver y fue un poco raro, pero los otros dos los vi en directo, a su lado, y son dos momentos que recordaré toda mi vida.
¿Cómo os organizáis para colechar con tres niños? ¿Que tal se lleva la intimidad de pareja haciendo colecho con niños ya mayorcitos?
Colechar con tres niños resultó ser complicado, la verdad. Tenemos una cama junto a la nuestra, donde duerme el mediano, y como se mueve bastante y no nos fiamos, decidimos poner una barrera que dividiera ambas camas, pese a estar juntas. Entonces quedó la zona de después de la barrera libre de peligros para Guim, ya que después venía mamá. Sin embargo, al tener al otro lado a Jon no había posibilidad de ir cambiando de lado al pequeño para ir dándole uno y otro pecho de manera alternativa.
Además, cuando el peque se despertaba Jon también lo hacía, y al día siguiente parecía estar más cansado. Por esta razón le sugerimos que durmiera en su habitación, en su cama, y accedió. Desde entonces duerme solo y nosotros colechamos con dos hijos, siendo realmente colecho con uno, porque Aran sigue en la cama adosada con la barrera.
En lo que respecta a la intimidad, igual que siempre, desde el momento en que se duermen hasta que llega el primer despertar hay un lapso de tiempo de unas 2-3 horas en que cuesta bastante despertarles. Todo es cuestión de aprovechar esos ratos.
Al tener tres niños, ¿cómo organizáis el juego? Cada niño reclamará un juego por tener cada uno una edad. ¿Hay un tiempo para cada uno o jugáis a algo en común?
Pues la verdad es que no lo organizamos de ninguna manera en concreto. Simplemente vamos viviendo y jugando. Hay ocasiones en que el momento da para que juguemos todos juntos y hay momentos en que solo jugamos con uno en concreto, o quizás con dos. Jon, el mayor, es muy autónomo, y puede pasar horas haciendo sus cosas (dibujar, pintar, leer, con el iPad, etc.), el mediano sí pide más juego, pero cuenta con algo que no tuvo Jon en su infancia, un hermano mayor. Con esto quiero decir que ellos dos juegan muchísimo juntos, y eso nos da más aire a los papás para repartirnos si hace falta.
Si no recuerdo mal, tenías un niño de alta demanda... ¿como lo compaginas con el resto de tus hijos? ¿Le has de dedicar más tiempo que a los demás? y en el caso de que sea así ¿Cómo lo llevan los otros?
Sí, como sabes el término “alta demanda” no es más que una manera de llamar o clasificar a algunos niños que, siendo normales, tienen comportamientos extraños en comparación con la mayoría de niños.
Jon, el mayor, fue un bebé de alta demanda. Pasados los años, yo diría que ya con 3 ó 4 años la cosa se calmó mucho. Ahora, con siete, es un niño de lo más autónomo, así que ahora mismo no hay nada que suponga un problema.
El mediano fue muy demandante también, pero yo no diría que fue un niño de alta demanda porque, a pesar de tener épocas muy duras, el comportamiento no fue tan intenso como con Jon.
En lo que respecta a Guim, el pequeño, teníamos la sensación de que también lo sería, porque los primeros meses han sido muy, muy duros. Ahora con casi un año, en cambio, puede estar con personas conocidas que no somos los papás y también pasa ratos jugando con sus hermanos, así que, pese a que está casi siempre en brazos y mochila, tampoco es tan intenso como el mayor.
Percibes en tu entorno algún tipo de trato distintivo a favor de alguno de tus hijos en detrimento de los otros, y sí es así cómo actúas. Nos preocupa mucho este tema del "favoritismo", y nos indigna que venga algún pariente a "adorar" a uno de nuestros niños y se olvide de sus hermanos. Y si me permites otra pregunta más: en tu experiencia como padre y profesional de la salud, ¿crees que los hijos "del medio" (el 2º de tres hermanos, se entiende) son más problemáticos o conflictivos?
Pues la verdad es que nunca he notado ningún trato de favor hacia ninguno de nuestros hijos por parte de nadie. Es cierto que el pequeño, por el hecho de ser el pequeñín atrae más miradas, pero todos juegan también con los mayores y hablan con ellos, así que no hemos sufrido ese problema.
Si sucediera, pues no sé, intentaría indagar en los sentimientos de mis otros hijos, para ver cómo se sienten (porque habrá niños a los que no les afecte), y en caso de observar sentimientos de rechazo trataría de hablar con el adulto que con tan poco tacto adora a uno y deja de lado al resto para explicarle con franqueza lo que sienten mis otros hijos.
Con respecto a la segunda pregunta, se dice habitualmente, sí, y en mi caso parece que se confirma, porque el mediano nos ha liado unas cuantas. Sin embargo, últimamente parece estar más tranquilo y quizás podríamos relacionarlo con la edad más que por el hecho de ser el del medio. Recuerdo que Jon, el mayor, tenía más rabietas a su edad y era más intenso en muchos sentidos, más difícil de reconducir. Sin embargo ahora es un niño muy comunicativo que no da ningún problema. Quizás sea una cuestión de memoria, quizás si Aran (el ahora mediano) tuviera ahora 7 años y Jon (el ahora mayor) tuviera otra vez sus 4 años haciendo las cosas que hacía entonces, diría lo mismo, que el mediano parece ser el peor.
Yo soy un mediano (soy el 4º de 6 hermanos) y si tuviera que decir cuál es el más “perla” de todos, diría que es el más pequeño, el sexto.
Mañana publicaremos la segunda parte de la entrevista a nuestro Armando, quien seguirá respondiendo a las preguntas que le habéis hecho llegar.