Lógicamente, no es porque los padres y las madres quieran más al hijo mayor. Quiero creer que todos queremos a nuestros hijos por igual.
El hecho de que dediquemos más tiempo al hijo mayor que al segundo y a los demás es la consecuencia de algunas cuestiones obvias.
Según un estudio realizado por la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, los padres con más de un hijo pasan mucho más tiempo con el primogénito que con los más pequeños cuando los niños están entre los 4 y los 13 años.
El informe, que se dedicó a comparar el tiempo que los padres dedican a sus hijos, matiza un punto sobre el que no estoy de acuerdo.
Señala la diferencia en cuanto a calidad de tiempo que se le dedica al mayor con respecto a los demás. O dicho de otra forma, que el pequeño (o los pequeños) reciben menor calidad de tiempo que el mayor.
Puedo coincidir en que la cantidad de tiempo que dediquemos al primero sea mayor por cuestiones lógicas como que somos inexpertos y todo nos lleva mucho más tiempo. Con el segundo es todo más fácil y rápido porque ya sabemos cómo hacerlo. Con los demás, ni hablar.
Con el primero tenemos miedo de todo, cada cosa que hacen es una novedad y es lógico que les dediquemos mucho tiempo.
Pero no coincido para nada en que el primero se lleva una mejor calidad de tiempo que los demás.
Con el segundo es cierto que aprendemos a economizar el tiempo, pero por el simple hecho de que tenemos además un hijo mayor de quien ocuparnos.
Pero eso no quiere decir que la calidad de tiempo sea menor para el segundo o para los que vienen después.
Cuando tenemos un segundo hijo (hasta aquí he llegado, me imagino que de ahí en adelante sucede lo mismo), los padres aprendemos a multiplicar nuestro cariño en el mismo tiempo. No a dividir el cariño, y menos en partes desiguales. Al menos no debería ser así.
Vía | Parentdish En Bebés y más | El segundo hijo, ventajas y desventajas En Bebés y más | El hermano mayor suele ser responsable, pero también debe ser flexible