El viaje a Ámsterdam puede ser ideal para hacerlo con un bebé, yo lo realicé hace unos meses y fue una experiencia maravillosa. Las razones fundamentales son que se trata de una ciudad bastante cómoda para recorrer paseando, segura y con muchos lugares tranquilos para descansar y muchas visitas adaptadas para ir con un cochecito de bebé. Voy a daros unos consejos para vuestra visita a Ámsterdam con un bebé.
Como digo, no existe necesidad de recurrir al transporte público una vez llegamos a Ámsterdam. Aunque el servicio de tranvías es muy completo, para moverse por los lugares más emblemáticos (y teniendo varios días) no es necesario usarlo.
Daremos paseos agradables (eso sí, cuidando no meternos en los lugares destinados para las omnipresentes bicicletas) con el único inconveniente de algunas calles adoquinadas de un modo algo irregular, donde el cochecito dará bastantes tumbos… Así que si tenemos oportunidad de llevar el cochecito “ligero” o de paseo, acostumbrado al todoterreno, mejor.
Son visitas muy recomendables (y adaptadas para los cochecitos) el famoso Museo de Vincent Van Gogh y el Museo Nacional, el Rijksmuseum.
Incluso, si vamos con un bebé no habremos de guardar cola en el Van Gogh, ya que hay un elevador por el que podemos subir con preferencia (avisando antes en la taquilla), lo cual se agradece bastante dado el elevado tiempo de espera para entrar a este solicitado museo…
Lo que tampoco podemos perdernos es un paseo en barco por los fabulosos canales de Ámsterdam. Hay muchas compañías que ofrecen este “mini-crucero”, de entre una hora y dos horas de duración, con distintos lugares de embarque. Es un paseo estupendo, y más si contamos con guía (o audioguías) en castellano. Imprescindible la cámara fotográfica o el vídeo para inmortalizar el trayecto.
Y aunque algunas de las compañías de barcos ofrecen la oportunidad de subir con el carrito de bebé (precisamente fue la que yo escogí por este motivo, The Blue Boat Company), no hay que confiar en ello. El carrito se queda en el embarcadero, donde no puede acceder la gente de fuera y hay una persona vigilando.
A pesar de que insistí en pasar el cochecito (mi bebé estaba durmiendo en ese momento) el capitán me dijo que aquello era un barco y que no pasaba, a lo cual respondí que entonces para qué engañaban por Internet, donde se daba la información contraria. Al final con cara de circunstancias me dijo que era algo complicado subir el cochechito y que nos reservaría un buen sitio, pero el bebé entró en brazos. En fin, pronto, con la belleza del entorno se olvidó el asunto y mi bebé siguió durmiendo.
Existen otros museos famosos en Ámsterdam, como la preciosa iglesia clandestina del ático. Ésta es una iglesia instalada en la parte alta de tres edificios unidos, y es una visita muy recomendable, aunque en este caso es imposible ir con el cochecito, que lo guardan en la recepción. Son casas antiguas, sin ascensor, con escaleras estrechas para ir subiendo planta por planta.
Respecto al Barrio Rojo de Ámsterdam, se trata de un lugar seguro, discreto y muy concurrido sobre todo por turistas durante el día, por lo que no hay problema en pasear por él. Por la noche la visita es menos recomendable, ya que según se asegura podría haber problemas de tráfico de drogas, visitantes ebrios, robos…
Si nos apetece pasear en bici por Ámsterdam, hay muchísimas empresas de alquiler de bicicletas, y no habrá problema en encontrar modelos que incluyan portabebés. Un lugar ideal para pasear con bici o caminando es la mayor zona verde de la ciudad, Vondelpark, un lugar estupendo para relajarse y disfrutar.
Y otro rincón estupendo que no debemos dejar pasar es el Patio de Begijnhof, un remanso de paz envmedio de la ciudad, o el mercado de flores, un colorido espacio junto al canal. Pero sobre todo pasear y pasear por las deliciosas calles de Ámsterdam, deleitarnos con sus casas, sus canales, sus plazas… Y no olvidar un buen chubasquero, paraguas e impermeable para el cochecito, porque es muy probable que la lluvia nos sorprenda en cualquier momento.
Respecto a dónde escoger el alojamiento, podemos elegir entre casa de alquiler u hotel. Mejor escoger plantas bajas en cuanto a las casas de alquiler, las empresas por Internet suelen dar esa información e incluso recomendar mejores zonas (alrededores de Dam, barrio de Jordaan…; mejor evitar el Barrio Rojo o zonas alejadas del centro).
Hay algunos hoteles antiguos, pequeños o sin ascensor, más orientados al turismo joven sin hijos, por lo que es interesante que contactemos antes con el establecimiento que nos interese o informarnos bien de sus características para asegurarnos de que nuestro bebé y nosotros estaremos cómodos. En mi viaje a Ámsterdam nos alojamos en un punto estratégico y muy recomendable, junto a la Plaza del Dam, punto de partida de interesantes paseos, muy céntrico y con todo tipo de servicios cerca. Además, está cerca de la Estación Central (10 minutos paseando), donde nos deja el tren que cogemos para salir del aeropuerto de Schipol hasta Ámsterdam.
Respecto a farmacias, supermercados o lugares donde comer o tomar un tentempié no encontraremos dificultades para encontrarlos en las zonas más concurridas. El inglés lo entiende prácticamente todo el mundo en Ámsterdam, por lo que podremos comunicarnos en esa lengua.
En fin, que si estáis pensando en un viaje a Ámsterdam con vuestro bebé, sin duda es un lugar maravilloso y tranquilo que ellos también disfrutarán.
Más información | Diario del viajero, Amsterdam info
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