Si nos preocupamos por la salud de toda la familia, nos habremos planteado esta cuestión en más de una ocasión. ¿Cuándo un alimento tiene demasiada sal, grasa o azúcar? ¿Dónde se establece el límite entre lo que es y no es saludable?
La Organización Panamericana de la Salud ha publicado un "Modelo de perfil de nutrientes", que establece los criterios para definir cuánto es "demasiada" sal, grasas y azúcar en los alimentos y bebidas. Su propósito es ayudar a los gobiernos a desarrollar políticas más eficaces para promover la alimentación saludable.
Mejorando estos patrones alimentarios se lograría reducir la incidencia de la epidemia del siglo XXI, la obesidad, que cada vez afecta a más niños en el mundo, con la consiguiente incidencia de enfermedades crónicas asociadas, diabetes, hipertensión, enfermedades del corazón...
Basándose en la evidencia científica, el modelo clasifica a los alimentos y bebidas procesados y ultraprocesados (no a los alimentos naturales o mínimamente procesados) con cantidades "excesivas" de azúcar, sal y grasa de acuerdo con los siguientes criterios:
- Exceso de azúcares libres si las calorías provenientes de los azúcares libres son iguales o mayores al 10% de las calorías totales.
- Exceso de grasas totales si las calorías proporcionadas por las grasas totales son iguales o mayores al 30% de las calorías totales.
- Exceso de grasas saturadas si calorías proporcionadas por las grasas saturadas son iguales o mayores al 10% de las calorías totales.
- El exceso de grasas trans si las calorías provenientes de las grasas trans son iguales o mayores al 1% de las calorías totales
- Exceso de sodio si la razón entre la cantidad de sodio (en miligramos) y las calorías es igual o mayor a 1:1.
Además en este documento también se especifica que los productos cuyos ingredientes incluyen edulcorantes artificiales o naturales con o sin calorías deben ser definidos como "que contienen otros edulcorantes". Porque no por no tener azúcar
Si estos datos estuvieran claros en las etiquetas de los alimentos, nos sería más fácil identificar aquellos que es mejor dejar en las estanterías y tomar una decisión más informada.
Pero mejor todavía sería que los gobiernos, una vez identificados los productos poco saludable, aplicaran políticas públicas para desalentar su consumo, al tiempo que se facilita a los consumidores tener al alcance las dietas más saludables, tradicionales, basadas en alimentos frescos o mínimamente procesados...
En la Unión Europea se ha acordado revisar las normas para que los niveles de azúcar no superen el 10% en los alimentos infantiles, adecuándose así a las recomendaciones de la OMS. Y es que, en la actualidad, los niveles permitidos llegan al 30%. De modo que, si analizamos lo que ofrecen en las estanterías de los supermercados, veríamos que la mayoría de productos, incluidos los "específicos" para niños, superan esos niveles saludables.
La Oficina Regional para Europa-OMS, entre las estrategia de su “Plan de Acción Europeo sobre Alimentación y Nutrición 2015-2020”, prioriza reducir el impacto sobre los niños de todas las formas de marketing de alimentos ricos en energía, grasas saturadas, grasas trans, azúcar o sal, pero otra cosa es lo que hacen los distintos gobiernos al respecto y el gran poder d ella industria alimentaria.
Esperamos que estas recomendaciones para no llegar a niveles excesivos de sal, grasa y azúcar hagan un poco más de fuerza para lograr que encontremos menos de esos productos en supermercados, máquinas expendedoras, colegios, cestas de la compra, despensas... e inclinar la balanza hacia una nutrición más saludable para nuestros hijos y para toda la familia.
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Vía | PAHO
En Bebés y más | ¿Qué son las grasas trans y en qué alimentos se encuentran?