Llevar una dieta vegetariana se convierte en una opción que puede ser bastante sana para los adultos que la sigan convenientemente, de manera informada y equilibrada.
Sin embargo, llevada al extremo o sin control puede presentar deficiencias nutricionales que han de ser suplidas mediante complementos vitamínicos y nutricionales para evitar problemas de salud. Si esto es así en los adultos, ¿la dieta vegetariana es adecuada para niños?
Según distintos documentos de consenso y organizaciones internacionales, una dieta vegetariana para niños a partir de los seis meses conlleva riesgos de ser insuficiente en cuanto a nutrientes necesarios para los niños pequeños. El riesgo aumenta especialmente en las dietas veganas (vegetarianas estrictas), que excluyen cualquier alimento de origen animal.
Hemos de tener en cuenta que el niño en los primeros años de vida establece las bases, los cimientos orgánicos de un crecimiento santo y adecuado, por lo que hay que cuidar su alimentación en esta etapa crucial. Veamos qué dicen las autoridades en salud al respecto de esta cuestión.
Las normas recomendadas para la Unión Europea en cuanto a "Alimentación de los lactantes y de los niños pequeños" así lo determina en uno de sus apartados, advirtiendo de los riesgos para la salud, incluso de malnutrición, raquitismo o retraso en el crecimiento de lactantes y niños en casos extremos.
Se trata de un documento elaborado con la colaboración de distintos organismos médicos y de nutrición y que se encuadra dentro del proyecto EUNUTNET, financiado por la UE, que pretende asegurar el desarrollo e implementación de formación coherente basada en pruebas y de estrategias de promoción sobre nutrición y actividad física.
En el apartado dedicado a la alimentación complementaria después de los seis meses encontramos un análisis de los distintos grados de vegetarianismo y de las principales deficiencias que éstos presentan:
Las dietas vegetarianas excluyen, en distintos grados, los productos animales; las veganas los excluyen todos. La principal preocupación respecto a estas dietas es el pequeño pero considerable riesgo de deficiencias nutricionales. Estas incluyen el hierro, el zinc, la riboflavina, la vitamina B12, la vitamina D y el calcio (sobre todo en las veganas) e insuficiente ingesta de energía. Estas deficiencias son mayores en las situaciones en las que hay un aumento de las necesidades, tales como en lactantes, niños y mujeres embarazadas o que están lactando. Aunque la inclusión de productos animales no asegura automáticamente una dieta apropiada, es más fácil conseguir una dieta equilibrada con ellos que sin ellos. Una dieta vegetariana con huevos, leche y derivados proporciona proteínas de alta calidad y también aporta suficientes vitaminas del grupo B y calcio. Los problemas pueden presentarse con las dietas veganas. Los lactantes y los niños pequeños (6- 24 meses) alimentados con estas dietas tienen que recibir una gran variedad de proteínas vegetales; cada comida debe contener dos fuentes complementarias de estas proteínas, tal como legumbres acompañadas de trigo, o arroz con lentejas. Dietas veganas muy restrictivas o macrobióticas (dieta vegetariana restrictiva asociada con fidelidad a alimentos naturales y orgánicos) pueden ocasionar efectos adversos graves y deben desaconsejarse durante el periodo de alimentación complementaria. Conllevan alto riesgo de deficiencias nutricionales y se han asociado con malnutrición proteico-energética, raquitismo y retraso del crecimiento y del desarrollo psicomotor en lactantes y niños.
Estas recomendaciones ya han sido ya apoyadas por muchas asociaciones profesionales europeas e internacionales, por importantes organizaciones no gubernamentales y por la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud.
Por su parte, la Asociación Española de Pediatría (AEPed) contiene en su "Manual práctico de Nutrición en Pediatría", un apartado dedicado a las "Dietas no omnívoras en la edad pediátrica. Dietas alternativas: vegetarianas".
Aquí se van analizando las distintas ventajas e inconvenientes de las distintas dietas vegetarianas, así como los aportes de los nutrientes fundamentales que se ven disminuidos con este tipo de dietas y la mejor forma de suplirlos para evitar problemas.
La ausencia o escaso contenido de algunos nutrientes en las diversas dietas vegetarianas obliga a adecuar éstas para que sean suficientes desde el claustro mater- no a la adolescencia. Hay que admitir que si bien el diseño de estas dietas exige tiempo también puede crear hábitos provechosos para la salud durante toda la vida.
En este documento se orienta muy bien a los profesionales para que determinen el grado de vegetarianismo que los padres siguen y quieren que siga su hijo, para que no haya riesgos. También puede ser muy útil para los padres que quieran informarse acerca de las compensaciones más necesarias y como consulta a enlaces de interés.
Respecto al crecimiento de los niños alimentados mediante estas dietas restrictivas, tenemos que:
Los niños ovolactovegetarianos crecen igual que los omnívoros, los veganos a menor velocidad durante los primeros cinco años, pero raramente presentan raquitismo. Estos, que son ligeramente más pequeños que los omnívoros, van recuperando la talla en la edad escolar probablemente por un mayor aporte calórico. Los macrobióticos, los que sólo comen fruta y los que comen sólo vegetales crudos tienen un crecimiento insuficiente, incluso antes de cumplir el año, a semejanza de los malnutridos del tercer mundo y marginales de las grandes urbes. Si el niño no crece lo esperado será en la mayoría de los casos por falta de energía en la dieta, por lo que habrá que incrementar su contenido, dando más alimentos con grasa como aceites vegetales, margarina, manteca de semillas, nueces y aguacates.
Finalmente, en los "Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado", de la OMS, nos recuerda que se debe consumir carne, aves, pescado o huevos a diario, o tan seguido como sea posible, pues son fuentes ricas de nutrientes clave como hierro y zinc. Del mismo modo, los productos lácteos son ricos en calcio y otros nutrientes necesarios:
CONTENIDO NUTRICIONAL DE ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS. Dar una variedad de alimentos para asegurarse de cubrir las necesidades nutricionales. Debe consumirse carne, aves, pescado o huevos diariamente o, de no ser posible, lo más frecuentemente posible. Las dietas vegetarianas no logran cubrir las necesidades nutricionales a esta edad, a menos que se utilicen suplementos nutricionales o productos fortificados.
En este punto, las conclusiones son similares en los Principios de Orientación para niños no amamantados.
En definitiva, vemos que, según distintos Organismos de salud internacionales y de Pediatría, una dieta vegetariana no sería adecuada para los niños, a no ser que se suplan las carencias asociadas, especialmente si se trata de dietas vegetarianas estrictas.
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