Se trata de un dato preocupante puesto que el mercurio es considerado por la Organización Mundial de la Salud uno de los diez productos químicos que presentan más problemas para la salud pública. Los bebés, los niños y las mujeres embarazadas son grupos especialmente vulnerables a la exposición a este metal que puede afectar seriamente al desarrollo del sistema neurológico del bebé desde el embarazo. Ya en 2011 un estudio nos alertaba de que el 64% de los bebés españoles nacían con exceso de mercurio.
¿Por qué los españoles tenemos niveles más altos de mercurio que los demás?
Fundamentalmente por la cantidad de pescado que comemos y el elevado nivel de metilmercurio, la forma orgánica de mercurio, presente en éste. Los vertidos industriales y mineros que durante las últimas dácadas contaminan nuestras aguas han elevado los niveles de mercurio en las aguas marinas. El mercurio no es biodegradable por lo que se va acumulando y su presencia en la cadena alimenticia es cada vez más elevada.
¿Por qué es especialmente peligroso para las mujeres embarazadas?
El feto in-útero es especialmente vulnerable a los efectos del mercurio, un neurotóxico que puede llegar a afectar seriamente su desarrollo. El mercurio que consume la madre traspasa fácilmente la barrera placentaria y la barrera hematoencefálica actuando perjudicialmente sobre el cerebro en desarrollo.
Durante la lactancia también hay que tener especial cuidado puesto que el metilmercurio también pasa con facilidad a la leche materna.
Además, el organismo tarda varios meses en eliminar el mercurio por lo que si estás intentando quedarte embarazada también deberías prestar especial atención.
¿Cómo puede afectar a mi hijo?
El mayor riesgo para los bebés y los niños pequeños de este compuesto es que afecta al desarrollo de su cerebro en formación y de su sistema nervioso. Puede causar trastornos del aprendizaje, de la memoria, la atención, el lenguaje y del sistema cognitivo en general. También podría afectar a la vista y las capacidades motoras de tu bebé.
Algunos estudios sugieren también que puede afectar al sistema cardiovascular y actuar como un agente cancerígeno.
¿Debo dejar de consumir pescado durante mi embarazo?
Si bien el mercurio presenta un riesgo innegable, los beneficios de consumir pescado regularmente durante el embarazo y la infancia desaconsejan la eliminación de estos alimentos de nuestra dieta.
El pescado es una de las mejores fuentes naturales de Omega-3 y otros nutrientes y vitaminas fundamentales que también son muy importantes durante el embarazo y la infancia para el correcto desarrollo de nuestro hijo.
No debemos dejar de tomar pescado pero debemos saber qué pescado y en qué cantidades presentan menos riesgos y más beneficios para nuestra salud.
¿Qué tipos de pescado están más contaminados?
Como hemos mencionado el mercurio va acumulándose en la cadena alimenticia partiendo del plancton marino que comen los peces. Si a su vez estos peces son comidos por otros peces más grandes éstos últimos tendrán el doble de mercurio en su sistema y así van subiendo los niveles de mercurio cuanto más alto esté el pez en cuestión en la cadena trófica. Además, al ser una sustancia difícil de eliminar del organismo cuanto más viva un pez más mercurio tendrá en su sistema. Por lo mismo, los depredadores más grandes son los más contaminados como por ejemplo el tiburón.
Entre los peces que comemos habitualmente el atún rojo, el lucio y el pez espada o emperador tienen niveles muy altos de mercurio.
¿Qué alternativas tengo?
Nuestra mejor alterniva es optar por peces pequeños que sean ricos en Omega-3 y otros ácidos grasos como las anchoas, los boquerones o el salmón.
El pescado blanco también tiene concentraciones inferiores de mercurio pero el contenido de Omega-3 y otros ácidos grasos es también más pobre.
¿Y a los niños cuánto pescado debo darles?
Los niños de más de un año deben comer pescado unas dos o tres veces a la semana. Según las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, ni las mujeres embarazadas ni los menores de tres años deberían tomar atún rojo, tiburón, pez espada o lucio. Para los niños entre tres y doce años se recomienda no superar los 50 gramos semanales de estos pescados.
Para cubrir las necesidades de ácidos grasos y Omega-3 deberíamos darles a nuestros hijos pescado azul por lo menos una vez a la semana decantándonos por especies más pequeñas como el salmón o las sardinas.
El resto de la semana podemos darle pescados blancos como merluza, lenguado o rodaballo.
Para estar seguros de los aportes y los riesgos del pescado que consumimos existe una aplicación móvil que nos permite llevar el control del pescado que comemos, el aporte de Omega-3 del mismo y la cantidad de mercurio que ingerimos.
En cualquier caso es importante que tomemos conciencia del riesgo de consumir ciertos tipos de pescado para que las mujeres españoles dejemos de ser las más contaminadas por mercurio de Europa.
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