Hoy entrevistamos a Teresa García, Psicóloga especializada en Psicopatología Infantil, psicoanalista y experta en ayudar a las familias a encontrar maneras de relacionarse y comunicarse sin violencia a través de su proyecto Sin Castigos.
Teresa García, además, participa en medios de comunicación activamente. Como os decía, trabaja en un proyecto profesional muy interesante llamado Sin Castigos, en el que ofrece talleres para padres que quieren aprender a educar sin castigar y a usar el habla compasiva en sus relaciones.
¿Qué te llevó a estudiar Psicología?
El deseo de encontrar un modo de vida más armónico qué el que conocía.
Eres experta en Psicopatología de la infancia y la adolescencia, ¿Por qué?
Cuando tenía 15 años, escuchaba a mi vecina gritar insultos a sus hijas, menores de seis años en aquel momento. Me parecía rarísimo, porque mientras fueron bebés sus palabras para ellas estaban llenas de cariño. Para mí era un misterio, un cambio de actitud tan drástico en tan pocos años. Y quise descubrir el misterio de su cambio.
A muchas personas les interesará conocer ese misterio, ¿lo descubriste?
Descubrí que a ser padre o madre no te enseñan. Que vas aplicando más o menos lo que recuerdas de tu propia infancia. Y que en ese tipo de situaciones, tanto los adultos como los niños, están sufriendo.
Ese concepto me sorprende, siempre había pensado que el peor parado en un caso así es el más débil, en este caso, el menor.
Ciertamente el más débil sufre, y tiene unas consecuencias, que son las que suele manifestar más adelante, entre otras, cuando se convierte en padre o madre. Es un círculo vicioso.
¿Se rompe ese círculo de violencia? ¿Quién tiene la capacidad de romperlo?
Se rompe, si el adulto quiere hacerlo. La mayoría de personas sienten que sus padres fallaron en algún sentido, se dicen a sí mismos que no fallarán en lo mismo. Después nacen los niños y se les presenta una disyuntiva.
El momento crítico entonces es al nacer los niños…
Sí. A partir de ese día se encontrarán ante situaciones difíciles con niños, a todos los padres y madres nos pasa. Y tendrán que decidir entre usar lo que usaron sus padres o aprender nuevas habilidades.
¿Esa decisión es a conciencia?
Depende. En algunos casos escucharás decir “ahora entiendo a mi madre/padre". En otros casos escucharás “me he convertido en mi madre/padre, que horror".
¿Qué propones para romper el círculo?
Según los casos. Lo primero que propongo es talleres dónde aprender y practicar habilidades nuevas, yo misma dirijo talleres de ese tipo.
Si los daños o las emociones que detecto son muy fuertes, entonces recomiendo además de los talleres, terapia.
¿Terapia para padres/madres, para niños…?
De primera intención únicamente con los padres y madres. Considero que si así lo solucionan, los niños no “tienen" que pisar una consulta. En este caso mejora notablemente la autoestima en la familia. Los adultos se sienten con más competencia y los pequeños renuevan la confianza en sus padres. Si el caso lo requiere, trabajo con niños y niñas.
Tu web se llama “Sin castigos", ¿por qué ese nombre?
Porque en nuestra sociedad el castigo llega a todos. Puede parecer que sólo a los pequeños, pero no es así.
Los adultos nos autocastigamos, y castigamos a nuestros iguales. Podría nombrar varios ejemplos, pero contaré el caso de un hombre de 28 años que atendía en consulta. Estaba enfadado por algo que hacía su madre y me preguntó si la castigaba sin hablar varios días. Le pregunté si de ese modo consideraba que su madre dejaría de hacer lo que le molestaba. Lógicamente, su respuesta fue no. Entonces le pregunté si así su madre sabría qué exactamente le estaba molestando, a lo siguió otra negativa. Justo ahí cayó en cuenta que necesitaba herramientas más efectivas que los castigos.
He visto en tu web que ofreces terapia a distancia, ¿se puede hacer terapia por teléfono?
Para hacer terapia es necesario tener una escucha atenta. La voz revela muchas cosas que la palabra por sí misma no. Además me he formado en terapias efectivas a distancia, como el método Yuen. Con los adultos es fácil hacer consulta a distancia.
Si tuvieras un genio que te concediera un deseo, ¿Qué pedirías?
Qué miles y miles de personas conocieran la importancia de otras habilidades que no sean los premios y los castigos. En esto pasa como en la educación en casa, es necesario “normalizar".
¿A qué llamas normalizar?
A qué los profesionales de la educación, la psicología, la medicina, trabajadores sociales, etc. etc. sepan qué es. No es lógico que un trabajador social no conozca las alternativas educativas, porque carecerá de datos suficientes para distinguir entre un abandono y una educación en casa.
Del mismo modo, no es lógico que un maestro o un psicólogo desconozca herramientas y habilidades que mejoran la convivencia. “Normalizar" es en este caso, informar.
¿Estás haciendo algo, para extender esta información?
Si, acceder a medios de comunicación, por el momento Internet me brinda un medio amplio de difusión, para llegar a miles de personas. También participo en un programa en una radio.
Una última pregunta, antes hiciste una comparación con la educación en casa, ¿La conoces?
Muy de cerca, de hecho la practico con mi hija de cinco años, aunque “oficialmente" no esté en etapa obligatoria, utilizo una escuela a distancia. Y conocí esta alternativa por la labor normalizadota que varias familias en España han hecho. Después ya accedí a estudios estadísticos sobre el tema en varios países, y me pareció una alternativa interesante.
A esta alternativa se la critica en muchos ámbitos diciendo que limita la formación de los niños e incluso que impide la socialización…
Es una crítica que he escuchado muy a menudo. Y parte del desconocimiento. Los estudios sobre adultos que en su momento fueron educados en casa, muestran que ese recelo es totalmente infundado.
Te voy a pedir que hagamos otra entrevista sobre este tema de la socialización de los niños y también sobre la educación en casa, ¿estarías dispuesta?
Por supuesto. En cuanto quieras la hacemos.
Gracias por hablar conmigo sobre un tema tan apasionante como son nuestros hijos e hijas.
Gracias por permitirme hablar claramente.
Hay una expresión que he escuchado en alguna ocasión decir a Teresa y que me gustó mucho: "educar no es castigar, precisamente educamos para no castigar", eso, además de algunas experiencias personales paralelas en la formación de nuestros hijos me ha llevado a conocer a una profesional extraordinaria, de esas que todos desearíamos encontrarnos si necesitaramos su ayuda, porque habla desde la empatía y la lucidez, desde el amor y el respeto, que creo firmemente que son la base sólida de la experiencia humana.
Os invitamos a ayudarnos, con vuestros comentarios, a preparar la segunda parte de la entrevista a la psicóloga Teresa García.
Más información | Sin Castigos
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