Babocush: el polémico cojín que sustituye a mamá y papá con un falso latido del corazón

Cada vez que sale un nuevo invento con la intención de ayudar a cuidar y criar de nuestros hijos saltan las alarmas y aparecen los defensores y los detractores. Unos se quejan de despersonalizar la crianza y los otros apoyan el aparato por dejarles un poco de tiempo para poder dedicar a la casa, a algún hermano, o a lo que haga falta.

Según leemos en Cuatro, esto es precisamente lo que pasó hace unos días en Facebook cuando se compartió el vídeo que veréis a continuación, del cojín Babocush: más de 10 millones de visualizaciones y un debate con más de 25.000 comentarios entre los que defendían y atacaban este polémico cojín cuyo objetivo es sustituir a mamá y papá con un falso latido del corazón.

Un cojín para los bebés con reflujo y cólicos

Tal y como explica su creadora en la página del producto, la idea de inventarlo surgió a partir del cuidado de su hijo Harry, que padecía un reflujo que hacía que solo se calmara en brazos, y que solo durmiera sobre su pecho. Como solución intermedia, ponía al bebé encima de ella, sobre un cojín, y cuando se dormía se iba apartando poco a poco, dejando al bebé sobre el cojín los minutos que aguantara, que a veces no pasaban de cinco.

Esto le dio la idea de crear un cojín que, puesto sobre una hamaca, hiciera un poco de mamá o papá, para suplir su presencia en algunos momentos. Un cojín como Babocush, que es suavecito, mullido y que incorpora un latido del corazón para hacerle creer al bebé que de verdad está con alguien que le cuida.

Originalmente está orientado a bebés con este tipo de problema, esos que lloran a todas horas por reflujo, sin embargo, se habla también de bebés con gases, cólicos, y aquí yo diría que entran prácticamente todos los bebés, porque todos lloran un poco más o un poco menos, todos necesitan unos brazos y muchos padres tienen que acabar poniéndoselos en el pecho para recordarles un poco cómo era la vida en el útero, encogiditos y escuchando el corazón de mamá.

¿El invento del siglo o otro intento de desnaturalizar a los padres?

Pues aquí ya que juzgue cada padre y madre. A mí no me gusta en absoluto, sobre todo si se utiliza para procesos normales. Una cosa es que un bebé tenga reflujo severo y llore muchísimo (para lo que hay ciertos tratamientos que les ayudan, tras el diagnóstico), y otra que sea un bebé normal que pide cariño y contacto.

En este segundo caso, lo ideal es que eso se lo proporcione un humano, su padre o su madre. No sólo porque es una persona de carne y hueso, sino porque además de un corazón y un tórax tiene manos que acarician, una respiración y un olor particular, que seguro que envuelven más al bebé que un cojín (¿os he contado alguna vez que muchos adultos sienten calma y paz cuando huelen de nuevo el aroma que desprendía su madre cuando eran pequeños?).

Y ya no hablamos solo del bebé, sino también de los padres. Los procesos normales son eso, normales, y la normalidad hay que intentar no solucionarla en base a ayudar externas. Si no vas siendo tú quien pone remedio, si no vas ofreciendo tu ayuda y tu cariño a tu bebé y todo lo dejas a terceras personas, o a aparatos, pastillas y jarabes, correrás el riesgo de buscar siempre soluciones a cualquier cosa que suceda, aun cuando no sea patológica.

Hablo de las infusiones para los gases, o un cojín enorme como este, de algo para cuando parece que no hace caca, algo para cuando parece que hace mucha caca, algo para cuando duerme poco, algo para cuando no juega solo, algo para cuando no tolera la frustración, algo para cuando no quiere ir al colegio, algo para cuando es muy movido,... el psicólogo para cuando tiene celos, la profesora para educarle, el entrenador para que le haga hacer deporte y la abuela para que le cuide durante el día.

No sé, ¿cuándo hacemos nosotros de padres? ¿Cuándo les damos cariño si no es a través de nuestros brazos cuando son pequeños? ¿Cuándo tomamos las riendas de la crianza de nuestros hijos? A esto me refiero, a que yo nunca compraría nada así porque soy yo, o Miriam, quienes queremos cuidar de ellos, y no lo demás ni los demás, y mucho menos si hablamos de algo que es normal.

Además, ¿esto no es peligroso?

Sí, en la misma página del producto hablan de la muerte súbita, porque como todos sabéis, le mejor posición al dormir para evitar la muerte súbita es boca arriba, que es precisamente la contraria a la que se promueve con este cojín.

Por eso explican que no debe usarse como sustituto de la cuna, sino como un descanso al momento en que el bebé estaría en nuestros brazos. O sea, un liberador de padres para que el niño duerma tranquilo en el cojín solo por el día, y mientras tú lo estés viendo por si acaso.

Vídeo | Babocush
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