Así son los padres cáscara de huevo y estos son los comportamientos con los que crían a sus hijos

Así son los padres cáscara de huevo y estos son los comportamientos con los que crían a sus hijos
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Los diferentes estilos de crianza tienen un impacto evidente en cómo los niños crecen y se desarrollan, y por supuesto en su autoestima. Y un tipo de padre del que se ha hablado recientemente son los padres cáscara de huevo.

"Caminar sobre cáscaras de huevo" es una expresión que hace referencia a la precaución y el cuidado que ha de tener una persona para tratar con alguien sensible o de algún tema delicado. En este caso, se refiere a los hijos hacia sus padres.

El término de "paternidad en cáscara de huevo" ha sido acuñado y popularizado por la Dra. y psicóloga clínica Kim Sage en TikTok, para referirse a aquellos niños que temen pisar cáscaras de huevo (metafóricamente) cuando interaccionan con sus padres.

Kim lo usa para describir un estilo de paternidad en el que la atmósfera en el hogar es tan frágil, debido a los comportamientos de los padres, que los niños sienten que tienen que caminar sobre cáscaras de huevo para no molestar a sus padres.

Comportamientos de los padres cáscara de huevo

1) Son impredecibles y propensos a cambios de humor

La característica principal de estos padres es la impredecibilidad (e inestabilidad). Así, en un momento dado pueden mostrarse afectuosos y compasivos con sus hijos, y al siguiente explotan contra ellos. Por ello se trata de un estilo de paternidad muy desequilibrado.

2) Hiperreaccionan

Son también padres que reaccionan fuertemente ante problemas o situaciones menores (les cuesta gestionar sus emociones). Por ello los hijos acaban temiendo simplemente ser ellos mismos, por las consecuencias de sus acciones.

3) Tienen expectativas inconsistentes y poco realistas

Además, establecen reglas y expectativas que cambian constantemente, lo que deja a su hijo sin saber qué esperar y cómo comportarse. Y más allá de esa inconsistencia, los estándares son realmente altos para el comportamiento o desempeño de sus hijos.

4) Critican y les cuesta reforzar

Finalmente, son padres que señalan constantemente los defectos de sus hijos (o sus errores) sin reconocer o reforzar las fortalezas o aciertos. Y no hablamos precisamente de críticas constructivas.

Las consecuencias para los hijos de los padres cáscara de huevo

Como resultado a este tipo de estilo parental, los niños pueden volverse hipervigilantes e hiperconscientes de sus sentimientos (están muy pendientes de cómo se sienten pero no lo dicen), tendiendo a evitar mostrarse realmente o a expresar sus necesidades para no molestar o porque temen la reacción (imprevisible) de sus padres.

También habla de ello la Dra. Jerimya Fox, doctora en salud conductual de Banner Health, quien explica que: "vivir en un entorno donde cada paso parece que podría provocar una reacción crea un estrés y una ansiedad importantes para un niño", y estos "pueden sentir una mayor sensación de alerta, siempre esperando que ocurra otro estallido".

Por otro lado, los niños acaban perdiendo autoconfianza y autoestima, ya que parece que todo lo que hacen está mal, al no haber unas pautas y unos límites claros. Y pueden incluso desarrollar un apego desorganizado (debido a la desorganización en el comportamiento de los padres). Así, los niños no saben cómo reaccionar y tienden a no hacerlo por miedo a las consecuencias.

Lo que los niños necesitan: pautas para una crianza positiva

Entonces, ¿cómo educar? Siendo coherentes en nuestros comportamientos, aprendiendo a gestionar nuestras propias emociones y potenciando sobre todo un apego seguro en los niños, algo clave para su desarrollo emocional y social. Este vínculo les proporciona autoconfianza y seguridad, y permite que exploren el mundo de manera independiente.

Por otro lado, es importante establecer límites claros con ellos, algo que organiza su comportamiento, les proporciona estructura y les enseña responsabilidad, ayudándoles a entender mejor las normas sociales y a crecer cada vez más autónomos. Y todo esto, también tiene un impacto positivo en su autoestima.

Foto portada | Matilda (1996)

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