
Las verduras son un alimento esencial para la dieta de los niños, aunque no siempre son lo que más les entusiasma. Por eso es importante ofrecer una amplia variedad de ellas cocinadas de diferentes maneras para que los niños puedan ir probando distintos sabores.
Cuando hablamos de bebés que comienzan con la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad, no hay preferencia de ofrecer unas verduras más que otras.
Se pueden ofrecer las verduras en puré, o bien si el bebé está preparado para el Baby Led Weaning, ofrecerlas cocidas y cortadas en bastones para que las coman con sus manos.
Pueden empezar a probarlas todas a los seis meses, a excepción de tres verduras de hoja verde que hay que evitar. Estas son: las espinacas, las acelgas y la borraja que no se deben ofrecer antes del año.
¿Por qué las espinacas, las acelgas y la borraja no se pueden ofrecer antes del año?
La Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda evitar estas verduras de hoja verde ancha por su alto contenido en nitratos.
Los nitratos son compuestos que se encuentran de forma natural en algunos alimentos, que en el cuerpo -por procesos fisiológicos- pueden transformarse en nitritos.
El problema es que los nitritos compiten en el organismo con el oxígeno para unirse a la hemoglobina, pudiendo provocar una enfermedad grave que se llama metahemoglobinemia, un trastorno que se ha descrito en bebés expuestos a altas concentraciones de nitratos en los alimentos.
Se lo conoce como el “Síndrome del bebé azul” y se caracteriza, como su nombre indica, por la tonalidad azul que adquiere la piel del bebé debido a la falta de oxígeno que llega a los tejidos.
Aunque no se recomienda, en el caso de introducir las espinacas o las acelgas entre los seis y los doce meses, la AESAN señala que la ración no debe ser mayor de 35 gramos/día.
Y a partir del año...
En niños de 1 a 3 años la ración de acelgas o espinacas a modo de guarnición no debe superar los 45 gramos/día. Y evitar darla en niños que presenten infecciones bacterianas gastrointestinales.
En cuanto a la borraja, se recomienda no incluirla en la dieta antes de los tres años.
Por último, saber que las verduras, una vez cocinadas -ya sea en puré o en trozos- no se deben mantener a temperatura ambiente. Siempre en el frigorífico si se van a consumir en el mismo día, y sino, congelar.
La introducción de la alimentación complementaria puede verse como un desafío, pero los padres tenemos que afrontarla sin agobios y con naturalidad. Es clave ofrecer los alimentos con un enfoque positivo desde el comienzo, inculcando hábitos que ayuden a establecer una buena relación con la comida desde que prueban los primeros bocados.