"Gattaca": el mundo ha evolucionado de tal forma que la manipulación genética para lograr un hijo "perfecto" es la norma. Aquellos padres que deciden no seguirla y tener hijos "normales" son vistos como excéntricos. Esta película de ciencia ficción es inquietante, y más si pensamos que es un futuro probable.
Ahora no hablamos de evitar defectos genéticos para tener "super-hijos", aunque sí de seleccionar el sexo del bebé. Y sé que hay una gran distancia, pero no deja de inquietarme. Las clínicas de reproducción asistida quieren que España cambie su legislación y permita utilizar técnicas para decidir si se quiere concebir un niño o una niña.
Es algo que ya se permite en otros países, como Estados Unidos, México y Bélgica (y a ellos acuden parejas de otras procedencias para hacer su elección), pero en España una ley similar aún no ha logrado salir adelante. En el último intento de reforma de la ley el partido de Esquerra Republicana de Catalunya propuso una enmienda que solicitaba la selección del sexo a partir del tercer hijo, pero la petición fue rechazada.
Ahora una clínica para el tratamiento de la infertilidad de Barcelona va a presentar una iniciativa legislativa popular para autorizar la libre selección del sexo del bebé. La iniciativa cuenta con el apoyo de Anacer, la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (Anacer).
El centro de reproducción presentará 500.000 firmas acreditadas de ciudadanos en la Mesa del Congreso de los Diputados. La misma examinará la documentación remitida y se pronunciará en el plazo de 15 días sobre su admisibilidad.
Si se admite la iniciativa, probablemente habrá debate y tal vez referendum, y, si al final de todos los pasos legales, se aprobara este tema, ¿de qué manera se elegiría el sexo del bebé? Veamos las dos opciones científicamente posibles y permitidas en otros países.
El diagnóstico preimplantacional desvela el sexo del bebé
Elegir el sexo del bebé es algo que posibilitan las actuales técnicas de reproducción asistida y que muchas personas consideran una opción válida.
Para escoger el sexo del futuro hijo hay que hacer un diagnóstico genético preimplantacional (tras la estimulación hormonal de la mujer y la fecundación in vitro), una técnica utilizada para buscar anomalías genéticas en el embrión que también permite saber si es niño o niña ya que se estudia el ADN.
Esto significa que la pareja ha pasado por un tratamiento de fecundación in vitro, se crean varios embriones (llamados "pre-embriones") y se selecciona el embrión o embriones que se implantarán en el útero materno.
Pero la Ley española de reproducción humana asistida (Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida) prohíbe expresamente esta posibilidad y considera una infracción muy grave la selección del sexo con fines no terapéuticos.
Es decir, solo se permite la elección cuando se puede prevenir el padecimiento de una enfermedad ligada al sexo (daltonismo, distrofia muscular o hemofilia). Así lo señala la ley en su Artículo 12:
Los centros debidamente autorizados podrán practicar técnicas de diagnóstico preimplantacional para: a) La detección de enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo posnatal con arreglo a los conocimientos científicos actuales, con objeto de llevar a cabo la selección embrionaria de los preembriones no afectos para su transferencia. b) La detección de otras alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del preembrión.
En el Artículo 26 dedicado a las infracciones tenemos en el apartado c.10, como infracciones muy graves "La selección del sexo o la manipulación genética con fines no terapéuticos o terapéuticos no autorizados".
Pero, al margen de estas finalidades médicas, ¿es ético escoger el sexo de tu descendencia por capricho? ¿Responderá la elección a modas, a manías, a qué? ¿Dejaremos de concebir naturalmente para tener los hijos o las hijas que deseemos? ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Bebés a la carta? Rubios, altos, listos, atléticos... Volvemos a "Gattaca". Sé que puedo sonar catastrofista, pero es que es una posibilidad que me inquieta realmente.
La separación de espermatozoides para determinar el sexo del bebé
También existe otra opción más sencilla que no requiere fecundación in vitro, aunque con peores resultados. Se trata de la separación de espermatozoides mediante un tinte que indica cuáles tienen carga genética masculina (mayoría de cromosomas Y) y cuáles femenina (X).
Los espermatozoides que contienen cromosomas X tienen aproximadamente un 2% más de ADN y son más pesados, ya que son más grandes que el cromosoma Y. Los espermatozoides se aíslan y se tiñen con un tinte que al pasar debajo de un láser brilla más o menos: los espermatozoides con cromosomas X brillan más, se pueden separar en dos tubos y después se insemina a la mujer con el esperma propicio para engendrar un niño o una niña.
No obstante, algunos espermatozoides pueden ser clasificados erróneamente, por lo que no es una técnica segura al 100%. En Estados Unidos, donde se permite esta técnica, la tasa de éxito es del 90% para los nacimientos que se desean femeninos y del 73% para los masculinos.
En definitiva, ambas son opciones artificiales, caras (más la primera que la segunda) y que pueden tener cierta demanda, como en el caso de familias con varios hijos del mismo sexo. O el caso de familias de origen chino o indio, que en Estados Unidos muestran preferencias por los varones.
Pero, en el caso de que la iniciativa saliera adelante y se reformara la ley de reproducción asistida, tendría que ser muy clara respecto a los límites: ¿cualquier persona puede escoger el sexo del futuro bebé o habrá determinadas condiciones? Es una cuestión complicada, sin duda, y seguro que no exenta de polémica.
Tal vez en un futuro exista la posibilidad de escoger el sexo del bebé, pero de momento, para el común de las parejas predecir el sexo del bebé es cuestión de suerte. Se puede intentar tener niño o niña siguiendo tradiciones como la tabla china, maya, o el método Baretta...
No sé si tardará mucho o no la posibilidad de elegir el sexo del bebé, pero de lo que estoy más segura es de que se podrá, tarde o temprano. Y, frivolizando un poco, si ya nos peleamos por el nombre, no quiero pensar lo que serán las disputas familiares con el tema de "niño o niña"...
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