Saber nadar es, en mi opinión personal, una de las habilidades necesarias e indispensables para la vida, pues además de ser una actividad que se disfruta mucho, es la mejor manera de prevenir ahogamientos tanto en niños como en adultos.
La mayoría de los padres comprende que es importante que los niños sepan nadar, sin embargo no están seguros sobre cuál es la mejor edad para enseñarles. Te contamos qué dicen los expertos sobre la edad recomendada para que los niños aprendan a nadar y cómo podemos empezar.
Por qué es importante que los niños aprendan a nadar
Como mencionaba al inicio, saber nadar no solamente es un pasatiempo que se puede disfrutar mucho, pues también es una habilidad de supervivencia que todos debemos de tener y que en algún momento podría salvar nuestra vida o ayudar a salvar la de alguien más.
De acuerdo con datos de la Academia Americana de Pediatría (AAP), los ahogamientos son la principal causa de muerte en los niños de 1 a 4 años, mientras que la Asociación Española de Pediatría (AEP) los señala como la segunda causa de muerte accidental en menores de 19 años, después de los accidentes de tránsito.
Por otro lado, aprender a nadar en la infancia resulta más sencillo que cuando ya somos mayores, pues los niños tienen una perseverancia y optimismo particular de esta etapa, que facilita el aprendizaje natural de habilidades psicomotoras (como el andar en bicicleta, por mencionar otro ejemplo).
A qué edad deben aprender a nadar los niños
Aunque cada niño se desarrolla a su propio ritmo y puede alcanzar la maduración de ciertas habilidades en momentos distintos, los profesionales de la salud señalan que es importante enseñarles a nadar lo antes posible.
Hace algunos años, la AAP actualizó sus recomendaciones sobre el tema, señalando que siempre que sea posible, los niños comiencen a tomar clases de natación a partir de su primer año de vida, con lecciones enfocadas a prevenir ahogamientos.
También señalan que a partir de los cuatro años la mayoría de los niños está listo para clases de natación formales, en donde pueden aprender técnicas básicas de supervivencia en el agua, como flotar, patalear y buscar una salida. Alrededor de los cinco y seis años, la mayoría de los niños pueden dominar el nado de estilo crol de frente.
Al respecto, la AEP coincide en que las clases de natación para niños pueden comenzar por primera vez entre su primer año y los cuatro años.
¿Podemos enseñarles a nadar antes?
La AAP recomienda evitar las clases de natación en menores de un año, pues además de que no existe evidencia que demuestre que ayudan a prevenir ahogamientos, en esta edad los movimientos de los bebés son solo reflejos y aún no cuentan con la capacidad de levantar o sacar la cabeza del agua para respirar.
Lo que sí podemos hacer, es tomar alguna clase de matronatación, que ayude al bebé a familiarizarse con el agua y sentirse cómodo en ella.
¿Cómo podemos comenzar a enseñarles?
Muchos padres llevan a sus hijos a clases de natación y les dejan en manos de profesionales a partir de los cuatro años, pero también podemos hacer algunas cosas para comenzar a enseñarles nosotros mismos antes o alrededor de esa edad:
- Las primeras veces que entren a una piscina, llévale en brazos para que se sienta seguro mientras aprende a familiarizarse con la sensación de estar sumergido en el agua.
- Mientras lo sostenemos con nuestros brazos, podemos comenzar a enseñarle a patalear y mover sus brazos, moviéndonos lentamente mientras avanza "nadando".
- Practiquen ejercicios respiratorios con la cabeza fuera del agua, como probar a sostener la respiración tres o cinco segundos, aumentando poco a poco la duración. Una forma divertida de hacerlo, es soplando burbujas debajo del agua: conteniendo la respiración para después sumergir la boca en el agua y soplar.
- Si las primeras veces que sumerja su carita le da temor hacerlo, pueden comenzar a practicar tapando la nariz con sus dedos, hasta que poco a poco sienta la seguridad de hacerlo sin usar la mano.
- Para las primeras veces que se animen a nadar sin nosotros, podemos apoyarnos en herramientas auxiliares, como los churros de poliestireno, que además de mantenerle a flote le ayudan a controlar mejor su posición al nadar.
- Practiquen el pataleo, ya sea con las tablitas para aprender a nadar o sosteniéndose del borde de la piscina.
- Una vez que se sienta seguro y pueda mantenerse a flote, puede comenzar a practicar nadando distancias cortas hacia tus brazos.
Foto de portada | Edneil Jocusol en Pexels