Algunos consejos para visitar museos con niños y no morir en el intento

Visitar museos con niños a veces puede llegar a ser una experiencia estresante: no corras, has silencio, no toques y estar vigilándolos constantemente impiden apreciar las obras de arte.

Para que las visitas a un museo no se conviertan en una auténtica locura; existen algunos juegos y estrategias que se pueden usar para hacer que la sala de exposiciones se convierta en una experiencia agradable y educativa.

Antes de asistir a una exhibición es una buena idea preparar a los pequeños para que tengan una idea de lo que van a ver allí. Por ejemplo, si se va a ver una exposición sobre el Antiguo Egipto, se pueden leer cuentos acerca de los egipcios, ver ilustraciones, ubicarlos en un mapa, etc. Los niños tendrán expectativas de lo que verán en el museo. Se sentirán emocionados y orgullosos de reconocer lo que ya ellos habían aprendido.

También se puede planificar el juego de las fichas. Para ello, se usan fichas (pueden hacerse con cartón), el niño debe conservar 25 fichas en una bolsita, por un comportamiento inadecuado (correr en la sala…) perderá una ficha y no podrá ganarse algo de la tienda del museo. Habrá que explicarles con anterioridad cuales son las conductas inadecuadas en un museo.

Otra actividad es jugar a caliente/frío. Se explica a los niños los diferentes matices y como estos pueden dar la sensación de temperatura. Entonces se les reta frente a cada cuadro a encontrar una pintura “caliente" y una “pintura fría".

Jugar al espía, es una buena opción, consiste en encontrar un objeto específico. Se les pregunta si pueden encontrar cosas fáciles como un animalito, o una fruta o un accesorio en la ropa.

Para los más grandecitos, mientras se está caminando se les puede mostrar diferentes estilos de pinturas, impresionista, cubista, arte popular... Mientras sigue el recorrido por el museo, se les hace una prueba…"encuentren un ejemplo de cubismo en esta sala", estarán encantados de hacerlo.

Usando una libreta y pinturas (creyones), se les puede pedir que hagan su propia versión de las pinturas famosas. Les gustará mucho si están en una exposición de arte abstracto.

Después de ver retratos se les puede pedir que se dibujen a si mismos. Se les recuerda que no hay una manera perfecta de crear arte, porque cada quien mira las cosas de manera diferente. Por ejemplo existe una gran diferencia en la manera que las personas ven las pinturas de Picasso o Rembrandt.

Si se están viendo esculturas se puede jugar a la estatua congelada. Se camina alrededor de la estatua y cuando se dice “congelado", los niños se quedan quietos en la misma posición de la escultura.

Si el pequeño no ha sido regañado por una persona de seguridad por pararse demasiado cerca de las obras, se les pueden entregar fichas extras para reforzar su buen comportamiento.

Estas actividades divertirán a los críos y permiten a los adultos disfrutar de un mueso que no se pueden perder cuando se va de viaje, como por ejemplo, el MOMA o los Museos Vaticanos.

Vía | Mom Ready

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