Muchos son los padres que, ante la perturbadora imagen de sus polluelos llorando y preguntando cuánto queda durante horas sin fin, deciden no escatimar en medios. Cualquier cosa con tal de hacer el viaje mínimamente agradable. Los coches se amontonan con iPads, juegos interactivos, DVDs portátiles, juguetes, libros y el manido Cantajuegos en todas sus versiones. Nada parece suficiente para calmar la impaciencia de nuestros hijos por llegar a su destino. Nos preguntamos una y mil veces ¿cómo diantres se entretienen los niños en el coche? La respuesta, en mi modesta opinión, es simple: con lo justo y necesario. Es decir, con casi nada. Viajar en coche no es algo desagradable de lo que debamos distraer a nuestros hijos. Todo lo contrario, viajar en coche puede ser una experiencia divertida y enriquecedora para toda la familia. Lo digo con conocimiento de causa después de habernos lanzado a un Munich-Málaga-Munich en coche con las cuatro niñas sin desfallecer.
La tecnología punta mejor en casa
No les negaré que sus hijos son unos hachas del iPad y que se lo pasan de lo lindo jugando con las apps más modernas. Aun y así, yo no llevaría el iPad para el viaje. Primero por una simple cuestión financiera, las probabilidades de que el iPad acabe estampado contra la luna del coche o cubierto de vómito infantil es alta y, en su defecto, o está usted dispuesto a tener un iPad por niño o se pasará el viaje entre peleas para ver a quién le toca ahora. No compensa.
Un merecido descanso para la tele
Que los niños europeos ven una cantidad ingente de televisión es un hecho contrastado. Como lo es también que todo lo que su hijo puede aprender de la tele lo trae ya sabido de casa. Avituallar el coche con pantallas de plasma y similares para que puedan ver La Sirenita por enésima vez no es necesario.
Seamos prácticos, un niño que se acostumbra a ver la tele mientras va en el coche no sabrá ir en coche sin la película de turno. ¿Qué pasa si el DVD se estropea o si nos vemos obligados a alquilar un coche sin DVD? No nos creemos dependencias innecesarias. Además, a medida que los niños crecen y el número de hermanos aumenta los gustos se diversifican y volvemos a la pelea de siempre: A mí es que la Bella Durmiente me da miedo, pues yo paso de Mickey Mouse que es para bebés, y así hasta la extenuación.
Los ojos bien abiertos
Lo que menos me gusta de llevar enchufado el DVD o el iPad a todas horas es que les privamos del lujo de mirar por la ventana y apreciar los paisajes, cómo van cambiando las casas y los campos a medida que sumamos kilómetros y todos esos lugares comunes que aprendemos a identificar a base de mirar con los ojos muy abiertos.
Mirar por la ventana, sobretodo si en un ataque de valentía nos decidimos a cambiar las autopistas por las carreteras de segunda, es una oportunidad para conocer sitios nuevos que los niños aprenden a disfrutar si les damos el tiempo y el espacio necesario.
Prueben a darles un mapa a sus hijos, sobretodo a los que están aprendiendo a leer, y verán como pueden entretenerse durante horas intentando adivinar por dónde van en cada momento, qué camino han recorrido ya y cuál es la mejor ruta para llegar a su destino.
Enséñeles a identificar los accidentes geográficos, los castillos o los símbolos que hacen reconocible cada lugar. Jueguen a ver quién otea primero tal o cual muralla o el cartel del siguiente pueblo.
Afinando los oídos
Lo de cantar canciones infantiles en el coche y taladrarse el tímpano con el patio de mi casa es una elección muy personal, pero no es imprescindible. A los niños les gusta la música normal casi tanto como a los adultos.
El coche es un sitio ideal para que los niños escuchen todo tipo de música y empiecen a desarrollar sus gustos y preferencias. Se sorprenderán además de lo poco que tardan en aprenderse canciones en idiomas que no hablan ¿quién necesita a Dora la Exploradora?
Aburrirse es bueno y necesario
Vivimos en la cultura del sobre estímulo y criamos a nuestros hijos en una vorágine de actividades, aparatos y distracciones que les dejan muy poco tiempo para estar tranquilos, aburrirse y dar rienda suelta a su imaginación.
Soy una firme defensora de la necesidad y conveniencia de que los niños aprendan a aburrirse. Las mejores ideas y los juegos más divertidos nacen precisamente de ese tedio pausado en el que un niño tiene la paz suficiente para inventar algo nuevo, tener una conversación desternillante con sus hermanos o pensar tranquilamente en algo que le interesa.
Démosles a nuetros hijos la oportunidad de estar tranquilos en el coche para pensar, inventar juegos y charlar tranquilamente, no se arrepentirán. Los niños aprenden a respetar y apreciar esas horas sin juguetes, películas y videojuegos. Aprenden a estar sentados, tranquilos y a ser pacientes. Puede que no funciones el primer día pero el hábito hace al monje y, como en todo camino, lo importante es dar el primer paso.
Ir con los niños en coche desde pequeños no sólo no tiene que ser un calvario sino que puede ser el escenario perfecto para disfrutar de la familia y de la imaginación y la conversación de nuestros hijos.
Foto | Zoe en Flickr En Bebés y más |Medidas de seguridad básicas para viajar en coche con niños, Consejos para viajar en coche con niños, Viajar en coche con niños: evitando el mareo