El síndrome o instinto del nido es un impulso irrefrenable de poner la casa en orden para la llegada del bebé. Esta conducta se observa habitualmente en el tercer trimestre del embarazo, y aunque existen numerosas hipótesis para tratar de explicarla, todo se resumiría en la necesidad de la madre de controlar la nueva situación mediante actividades de orden y limpieza que le aportan tranquilidad.
Así, es frecuente que a medida que se acerca el parto a la embarazada le de por organizar su casa y hacer tareas que quizá llevaba tiempo sin hacer, como pintar las paredes, redistribuir los muebles de las habitaciones, vaciar y volver a ordenar los armarios, lavar las cortinas...
Como decíamos, este tipo de actividades ayudan a la embarazada a controlar la ansiedad provocada por la inminente llegada del bebé, pero es importante que se realicen con seguridad y siendo conscientes de las limitaciones físicas que conlleva un estado de gestación avanzando.
Por eso, si te encuentras ahora mismo en esta situación, te damos algunos consejos para que afrontes el síndrome del nido sin ningún riesgo para ti y tu bebé.
No te subas a escaleras ni sillas
Aunque te resulte tentador descolgar las cortinas, limpiar las lámparas o retirar esa pelusa que observas en el techo, no te subas a sillas, taburetes o escaleras, ya que el aumento de peso y el cambio en tu centro de gravedad podría hacer que perdieras el equilibrio más fácilmente.
Utiliza objetos con los que ayudarte para limpiar las zonas altas o pide a otra persona que lo haga por ti, y así no correrás ningún riesgo.
Cuidado con la pintura de las paredes
Si vas a pintar la habitación del bebé, recuerda que existen pinturas que pueden contener sustancias tóxicas y afectar a la salud.
Por eso, es fundamental escoger pinturas homologadas y que no contengan metales pesados. En este sentido, existe la opción de pinturas ecológicas, naturales, pinturas cerámicas... con materias primas no tóxicas y con muy poco olor.
Otra recomendación es ventilar bien la estancia mientras se pinta y después, y evitar entrar en la habitación durante unos días, pues el olor a pintura podría provocar irritación ocular, malestar, náuseas o dolores de cabeza.
Igualmente, y como mencionábamos en el punto anterior, es preferible ocuparse de la parte baja de la pared y dejar a otros las alturas.
Mucha precaución con los productos de limpieza
En Bebés y Más hemos hablado en varias ocasiones de la importancia de mantener los productos de limpieza bajo llave y fuera del alcance de los niños, pues son la principal causa de accidentes domésticos e intoxicaciones.
Y es que productos como la lejía o el cloro, los pesticidas o el amoniaco, por poner solo algunos ejemplos, pueden causar graves daños en la piel o las mucosas si entran en contacto de forma accidental, o incluso provocar dolores de cabeza, mareos o problemas respiratorios tras una exposición prologada o un uso inadecuado.
Por eso, siempre que vayamos a manipular este tipo de productos es recomendable hacerlo con guantes y mascarilla, y ventilando bien la casa.
Evita estar mucho tiempo de pie
No realices actividades que supongan estar mucho tiempo de pie pues esto aumenta claramente el riesgo de dolores de espalda, pubalgia o dolores lumbares, así como problemas de circulación (edema, venas varicosas, hemorroides…); especialmente hacia el final del embarazo.
También es recomendable evitar aquellas actividades que supongan mucho gasto de energía, así como hacer las paradas necesarias para descansar. Recuerda que hay que guardar fuerzas para el gran momento del parto que se avecina y no conviene llegar agotada.
Cuida tu postura
Los dolores de espalda durante el embarazo son muy frecuentes debido al incremento en la curvatura de la columna vertebral y la relajación de la musculatura abdominal y de los glúteos.
Aunque no siempre es posible prevenir esta molestia, sí podemos hacerlo en gran medida prestando atención a nuestra postura y evitando aquellos movimientos, tensiones musculares o esfuerzos intensos que podrían agravar el dolor o incluso provocarnos una lesión.
Así, entre los consejos que debes tener en cuenta está el de agacharte doblando las rodillas y no inclinando la espalda, evitar arrastras muebles u objetos pesados, no levantar peso y procurar mantener siempre la espalda recta, con los hombros y el cuello relajados.
Si vas a realizar una actividad que suponga pasar mucho tiempo sentada (por ejemplo, ordenando cajones o armarios), es recomendable que apoyes toda la espalda en el respaldo, procures mantener los pies ligeramente elevados y hagas ejercicios circulares con los tobillos o te levantes de vez en cuando.
Precauciones en la cocina
Y si has decidido cocinar numerosos platos para congelarlos después y así tenerlos listos cuando nazca tu bebé, la cocina será la estancia de la casa en donde más tiempo estés pasando últimamente.
Pero cocinar con una barriga de nueve meses no solo no es fácil, sino que puede incrementar el riesgo de accidentes en la cocina. Por eso es importante extremar todas las precauciones para que esta actividad sea segura.
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