Nuestro ritmo de vida nos impide la mayoría de las veces encontrar momentos para relajarnos, algo que si durante cualquier etapa es importante, mucho más durante el embarazo. Cuando estamos embarazadas es bueno dedicarse un tiempo a la relajación en casa.
Existen diversos métodos de relajación que se ofrecen a modo de cursillos fuera de casa, pero ante la probabilidad de que no podamos asistir, vamos a ver cómo relajarnos en casa.
Si sentimos ansiedad durante el embarazo, nuestros músculos se tensan, el ritmo cardiaco se acelera y puede resentirse nuestra salud y la del bebé. Aprender a relajarse es también una buena preparación al parto, ya que la relajación podrá ayudarnos a afrontar las sensaciones físicas durante el parto, así como a estar mentalmente tranquila.
Al mismo tiempo, sirve para ahorrar energía y no fatigarse con excesiva rapidez una vez iniciado el trabajo del parto.
En casa nos pondremos ropa holgada, y nos colocaremos en una postura cómoda, utilizando los cojines y almohadones necesarios para que todo nuestro cuerpo esté completamente apoyado. Podemos colocarnos en la cama, en el suelo o en una silla.
Empezaremos por endurecer los músculos de los pies durante unos segundos, y luego los relajamos. Realizaremos el mismo proceso subiendo por las pantorrillas, los muslos, las nalgas, el estómago, las manos y los brazos, subiendo hacia la cara, contrayendo y relajando todos los grupos musculares del cuerpo.
Al llegar a la cara, con los ojos cerrados, podemos fruncir las cejas y relajarlas, abrir la boca y cerrarla, mover las mandíbulas. Repetiremos todo el ejercicio, pero ahora empezando desde la cara y bajando al resto del cuerpo.
A cada paso hemos de ser completamente conscientes de esa parte del cuerpo que estamos trabajando, centrándonos en ella y dejando la mente en blanco para todo lo demás. La respiración ha de ser lenta, consciente, rítmica. Con los ojos cerrados, acompañados de música suave, la experiencia se hace mucho más relajante y placentera.
Al acabar el ejercicio sentiremos el cuerpo fláccido, relajado. Es un buen ejercicio para realizar una vez al día, especialmente durante la parte final del embarazo.
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