Las mamás primerizas a veces se preguntan si harán bien en darle a su bebé lo que le alegra o le consuela. Hemos recibido muchos mensajes contradictorios sobre que los bebés nos manipulan, pero la realidad, es que los bebés piden lo que necesitan y se alegran y se calman cuando les damos lo que pedían. Y lo que suelen pedir es mamá para todo.
Si damos el pecho: mamá para todo
Si les damos teta, la teta suele ser el alivio de todos los males. Si tienen sueño, teta. Si tienen dolor, teta. Si tienen hambre o sed, obvio que teta. Si tienen inquietud, necesidad de contacto o nervios, la teta funciona genial. Y es que la lactancia materna es mucho más que alimento y, sin duda, si un niño no quiere mamar ya se ocupará de soltar el pecho para decirnos que eso no les vale. La lactancia materna es a demanda. Por eso, cuando llore o esté incómodo, la primera respuesta son brazos y teta.
Los bebés necesitan sobre todo, instintivamente, contacto físico piel a piel y succión calmante. La lactancia materna da, naturalmente, todo eso. Pero, incluso con el biberón vamos a poder dárselo abierta y libremente.
Si no damos el pecho: mamá para todo
Si les damos biberón, ofrecerles el biberón no siempre funciona tan bien como la teta, pues el biberón siempre da leche y el pecho puede servir para la succión no nutritiva y la necesidad de contacto íntimo.
Pero de todos modos, la alimentación con biberón también es a demanda y un niño no va a comer si no quiere comer, así que ofrecer alimento es una opción a tener en cuenta cuando el bebé está disconforme.
Aunque algunas de las ventajas del pecho no podamos substituirlas con el biberón si podemos dar apego y amor sin límites. Hay solución para las mamás que no dan lactancia materna y, sin la más mínima duda, pueden darle a sus hijos ese amor que necesitan más que el propio alimento.
Dar succión y contacto sin dar lactancia materna
La idea es que el biberón no es un objeto independiente de la necesidad básica del niño, sino una alternativa a la leche del pecho. Es decir, podemos poner al bebé al pecho igualmente y muchas veces la succión no nutritiva se calma con el pezón y eso funciona mejor todavía si dejamos que un poco de leche de vierta chorreando por él, lo que da al pequeño la misma sensación calmante que daría mamar por necesidad emocional. Podemos ofrecer el pecho aunque demos biberón, no es incompatible y muchos bebés se adaptan sin rechazarlo.
La idea que os ofrezco se que puede resultar chocante: ofrecer el pecho cuando damos lactancia artificial. Entiendo perfectamente que hay mujeres que no querrán intentarlo, especialmente si dejar la lactancia ha sido una experiencia dolorosa o traumática que no quieren revivir.
Pero os aseguro que es posible e, incluso, he conocido madres que comenzaron así y llegaron a relactar parcialmente a niños que llevaban meses sin mamar. Por supuesto, lo hicieron sin presiones, por placer, y sintieron que parte del placer de la lactancia regresaba para ellas y sus hijos, llegando, en algunos casos, a producir de nuevo algo de leche.
En otros casos comprendo que es inviable. No siempre el bebé se acomoda al pecho y a la succión del pezón y se enfada, haciendo, además, renacer sentimientos negativos.
O simple y llanamente, la madre no desea ofrecer el pecho por motivos que nadie debe ni juzgar ni tiene derecho a preguntar ni cuestionar. Pero si los bebés se molestan con el pezón o si no nos sentimos cómodas ofreciéndolo, cosa comprensible, hay soluciones también: poner piel a piel y ofrecer un objeto de succión alternativo: el dedo o un chupete.
Por supuesto, mamá para todo
Es decir, para un bebé, mamá es el consuelo para todo. Si lo que le incomoda no se soluciona con la teta o con el contacto más cercano posible con otro método de alimentación, os aseguro que el bebé os lo hará saber claramente.
Sea como sea, mamá está ahí y es, para un bebé, el lugar y la fuente de la felicidad. Es su piel, su olor, su mirada y sus caricias lo que mejor calman a un pequeño. Mamá sin límites, para eso no hay normas, la única norma es darse y dejarse querer amando sin medida con el corazón y la piel.
No te preocupes. Nunca hay exceso de teta. Nunca, por supuesto, demos pecho o biberón, habrá mamá en exceso, ni brazos en exceso, ni mimos en exceso, ni contacto en exceso. No lo harás “mal” si a tu bebé le das mamá para todo. Le estarás dando lo que más necesita: su madre, su hábitat natural, su hogar, su amor.
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