Cuando tienes hijos, tener amigas que también son madres es una gran ventaja. Con ellas puedes compartir las preocupaciones del día a día, 'desahogarte' sabiendo que te entienden y ayudaros cuando surgen dificultades con la crianza. Además, mientras vuestros hijos juegan vosotras podéis relajaros y dedicaros ese ratito de autocuidado que tanto necesitamos.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niños no se llevan bien entre ellos? ¿Cuándo pelean o discuten nada más verse? ¿Qué puedo hacer si mi hijos y los de mi amiga no quieren verse ni en pintura? ¿Es posible mantener nuestra relación de amistad pese a los conflictos entre nuestros hijos?
Mis hijos y los de mi amiga no se llevan bien, ¿qué hacemos?
Al igual que nos sucede a los adultos, las relaciones sociales entre los niños se basan en una cuestión de afinidad, pudiendo existir más o menos entendimiento con la otra parte según las circunstancias. De este modo, ya sea por diferencias de carácter, edad o gustos pueden surgir discrepancias.
A todo esto hay que añadir el hecho de que los niños no están pudiendo elegir sus amistades de forma libre. Somos las madres quienes, en cierto modo, les obligamos a relacionarse y jugar entre ellos, por el simple hecho de ser amigas.
Lógicamente, si nuestros hijos no se llevan bien, nosotras lo pasamos mal. Ya no solo porque los conflictos entre ellos no nos permiten disfrutar de nuestro momento juntas, sino porque como madres, es normal que nos preocupemos e incluso sintamos la necesidad de defender a nuestro hijo frente a otros.
De este modo, y con el fin de evitar peleas entre los niños, podríamos acabar distanciándonos de nuestra amiga. ¿Qué podemos hacer para que esto no suceda?
Respeta la decisión de los niños
Seguro que te encantaría hacer una escapada con tu amiga y vuestros hijos, disfrutar de una tarde tranquila de tertulia mientras los niños juegan, o que ambas familias hagáis esa divertida excursión de la que tanto habláis.
Pero la realidad es que vuestros hijos no se llevan bien. Discuten nada más verse, se pelean y acaban dando al traste con vuestras expectativas. Y ese es precisamente el quid de la cuestión. Vuestras expectativas son vuestras, no de vuestros hijos.
Así que por mucho que deseéis que su relación sea tan maravillosa como la que tenéis vosotras, no podéis obligarlos a ser grandes amigos y a que disfruten jugando juntos. Respetémoslos y dejemos que su relación fluya sin presiones.
Habla con tu amiga
Habla con franqueza con tu amiga y cuéntale lo que te preocupa realmente de que vuestros hijos no se lleven bien. También es recomendable que valoréis hasta qué punto la situación es alarmante o se trata tan solo de peleas propias de la edad, que se irán solucionando conforme los niños vayan madurando y aprendiendo nuevas habilidades.
Intercambiar opiniones y buscar juntas una solución os ayudará a afrontar los conflictos entre vuestros hijos de forma unida y positiva.
Revisa los límites con tu hijo
Puesto que no puedes influir en la educación de otros niños, toca revisar cómo estás educando a tus hijos a la hora de relacionarse con los demás.
Si tu peque es de lo que soluciona sus conflictos agrediendo a otros, ayúdale a gestionar el momento de forma respetuosa. Si por el contrario, siempre es él/ella quien sale perjudicado, enséñale habilidades y herramientas que le permitan marcar sus propios límites con asertividad, no dejándose influenciar por otros y manteniéndose firme en sus convicciones.
Educar a tus hijos en el autocontrol emocional, asertividad y respeto a los demás no solo les ayudará a evitar/solucionar conflictos con los hijos de tu amiga, sino en su vida en general.
No tomes partido en las discusiones de los niños
¡Qué difícil es no tomar partido en una discusión entre niños cuando ves que es tu hijo quien sale perjudicado! Pero debes ser cauta con esta situación si quieres evitar suspicacias o malos entendidos que acaben perjudicando tu relación de amistad.
Esto no significa que debas dejar a tu hijo desamparado si lo está pasando mal. El "no pasa nada", "no seas chivato" o "son cosas de niños" no deberían tener cabida. Tu hijo te necesita en ese momento y es tu misión ayudarle. Puedes abrazarle, acompañarle emocionalmente y escucharle, pero en ningún momento juzgar, regañar o criticar al otro niño. Tampoco debes regañar a tu hijo en público, ni obligar a los niños a pedirse perdón o abrazarse en contra de su voluntad.
No obstante, si la situación se pone tensa, lo mejor es hablar con sinceridad con tu amiga y abandonar el lugar.
Ayudad a vuestros hijos a encontrar intereses comunes
Seguro que tus hijos y los de tu amiga tienen intereses comunes que no han descubierto. Ayudadles a encontrar puntos en común proponiéndoles diferentes juegos, deportes o actividades que puedan desarrollar juntos.
Una buena forma de empezar a 'romper al hielo' es con los juegos cooperativos o de equipo. También los juegos al aire libre, pues les van a permitir ampliar el círculo de amigos y relacionarse con más niños.
Si no funciona, cada uno por su lado
Si a pesar de estos consejos, la relación entre tus hijos y los de tu amiga sigue sin funcionar, no forcéis la situación y cuando os veáis, hacerlo sin los niños. Al estar más relajadas disfrutareis más el momento y vuestros hijos también os lo agradecerán.
Quizá más adelante podéis probar a quedar otra vez con los niños y comprobar si la relación entre ellos ha mejorado, pues en muchas ocasiones, las peleas se deben a una simple cuestión de madurez y carencia de habilidades para resolver sus conflictos.