Puede que este tema no nos preocupe hasta que toque ir al dentista cuando ya es demasiado tarde. Pero precisamente para prevenir ese momento "de urgencia" cuando algo está mal en la boca de los pequeños, hay que conocer estos nueve hábitos que pueden perjudicar la salud bucal de los niños.
Desde que son bebés, hemos de cuidar la salud de la boca, en este momento es bastante sencillo porque solo toman leche. Pero, ¿podría el hecho de chuparse el dedo perjudicar a mi bebé en el futuro? ¿Qué sucede si se duerme con el biberón? ¿Cuándo tengo que empezar a limpiar su boquita? Estas son solo algunas de las cuestiones que nos planteamos los padres.
Después, cuando los niños crecen, el número de alimentos aumenta y hemos de mantener a raya algunos de ellos para prevenir problemas bucales, así como desterrar ciertos malos hábitos. De todo ello os hablamos a continuación, enumerando estos hábitos que pueden perjudicar la salud bucal de los pequeños de la casa.
Nueve hábitos que perjudican la salud bucal de los niños
Impregnar el chupete del bebé en azúcar o líquidos azucarados, es uno de los hábitos a erradicar para prevenir la caries del biberón. Recordemos que la caries del biberón puede afectar al primer diente del bebé y hasta los cinco años (es decir, afecta a los dientes de leche).
Que el bebé se duerma con el biberón, ya que el azúcar de la leche permanece en la boca durante muchas horas, mezclándose con los gérmenes y bacterias que hay en la boca, lo que puede causar desgaste temprano de los dientes del niño. Además, si en lugar de leche se ponen otros líquidos azucarados también se incrementa el riesgo de caries en la infancia.
Chuparse el dedo a lo largo de la infancia afecta al desarrollo de los huesos maxilares, la posición de los dientes permanentes y provoca mala oclusión. El hábito de chuparse el dedo hasta los cuatro años podría deformar la posición de los dientes, y a partir de esa edad en adelante suele desfigurar el desarrollo de los huesos maxilares.
Abusar del chupete durante la infancia también podría conllevar riesgos para la salud bucal (posición dental, malformación...). Esto no sucede si se quita el chupete al año de edad, como recomienda la Asociación Española de Pediatría. El chupete es perjudicial solo en ciertas ocasiones (por otro lado, aporta beneficios),
No limpiar las encías y los primeros dientes del bebé. A menudo pensamos que no es necesario limpiarles la boca hasta que tienen todos los dientes de leche, pero sí que hay que hacerlo mucho antes. Basta con frotar la encía o los dientes con una gasa húmeda, especialmente si va a pasar muchas horas durmiendo y después de alimentarse.
No lavarse los dientes al menos tres veces al día. Cuando los niños ya empiezan a tener más dientes, hay que cepillarlos al menos tres veces al día para eliminar los restos de comida y prevenir la aparición de caries. Es especialmente importante el lavado antes de irse a la cama. Se hará con un cepillo suave adecuado a su tamaño. Es importante que los niños no se laven los dientes solos, sino con nuestra ayuda y supervisión, al menos hasta los siete años (así controlamos que no se traguen la pasta de dientes y que la técnica del cepillado sea correcta).
No utilizar una pasta de dientes específica para su edad. El uso del flúor en niños pequeños previene la aparición de caries, pero ha de utilizarse dentro de unos límites de seguridad, ya que en exceso podría provocar fluorosis. Por ello, la Asociación Española de Pediatría recomienda hasta los seis años utilizar una pasta dentífrica infantil, específica para niños, ya que contienen flúor en menor cantidad. Antes de los dos años, la cantidad de pasta en el cepillo es mínima, mientras que a partir de esa edad colocaríamos dentífrico como el tamaño de un guisante. Una pasta dentífrica para adultos estaría contraindicada.
El consumo excesivo de líquidos azucarados, como zumos envasados o refrescos. Favorecen la aparición de la caries, que en los dientes de leche es muy rápida y destructiva, pudiendo ocasionar problemas derivados (caída de piezas dentales, rotura, dolor...). Además, el exceso de azúcares favorece la obesidad.
Consumir golosinas y dulces a diario, lo cual conlleva más problemas dentales en la infancia. Recordemos que estos alimentos están en la parte alta de la pirámide nutricional, por lo que su consumo debería ser esporádico, ya que aparte de problemas bucales conlleva más riesgo de obesidad, sobrepeso, hipertensión, colesterol...
Finalmente, recordemos que no acudir a las revisiones del dentista también va a favorecer que los problemas bucales no se detecten a tiempo. Nunca es pronto para establecer una rutina de higiene dental, porque invertimos en salud, pero hay que hacerlo de manera amena y divertida al principio, acompañando a nuestros hijos y también con el ejemplo.
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