Hay ocasiones en las que los problemas en el desarrollo bucodental de los niños son tan evidentes, que el propio pediatra en las revisiones rutinarias o los mismos padres lo detectan enseguida. Pero en otras ocasiones, los signos no son exteriores ni claramente perceptibles, por lo que sólo un especialista puede diagnosticarlos.
Es por eso que son tan importantes las visitas rutinarias al odontopediatra desde la salida de los primeros dientes de leche, así como las revisiones con el ortodoncista en el momento en que aparezca el primer molar definitivo, en torno a los seis años.
Por qué a los seis años debe hacerse la primera revisión con el ortodoncista
Las asociaciones ortodóncicas más relevantes del mundo, entre ellas la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO), recomienda llevar a los niños a su primera revisión de ortodoncia antes de los siete años, ya que una detección precoz de maloclusiones a esa edad tiene una solución mucho más sencilla que si se espera a ser tratada más adelante.
Pero, ¿por qué es importante que esta primera revisión sea a los seis años y no más tarde? Lo cierto es que esta edad no está marcada al azar.
Cuando el niño nace, los maxilares están separados y podríamos decir que no hay oclusión, pues no existe una relación de ajuste entre ellos.
A medida que van saliendo los dientes de leche, también se desarrollan verticalmente los huesos maxilares, y poco a poco los molares inferiores van entrando en contacto con los superiores, creando un engranaje que antes no existía y apareciendo la oclusión. Este primer contacto entre los molares superiores e inferiores es lo que se denomina "primer levantamiento oclusal".
El "segundo levantamiento oclusal" se produce en torno a los seis años, cuando van apareciendo los primeros molares permanentes o definitivos. Estos primeros molares servirán de guía para la colocación de los dientes que faltan por salir, de ahí que sea tan importante que un especialista compruebe que está saliendo correctamente.
"Los molares y caninos temporales “reservan” el espacio en el que
después deberán estar los caninos y premolares definitivos. Los temporales son más grandes que los permanentes, y esta diferencia crea un espacio que es necesario conservar".
"Por eso también es tan importante que esos primeros molares definitivos que salen en torno a los seis años se mantengan sanos" - explica el Doctor Juan Carlos Pérez Varela, Presidente de la SEDO.
En definitiva, a partir de los seis años es cuándo comienzan a producirse en la boca del niño una serie de cambios importantes que son los que acabarán determinando cómo será su boca en la edad adulta.
¿Qué hace el ortodoncista en esta primera visita?
El ortodoncista es el profesional que trata los problemas de maloclusión dental, encargándose de la correcta alineación de los dientes, del guiado y crecimiento adecuado de los maxilares y de corregir la mordida en caso de existir algún problema.
En la primera visita, el ortodoncista se encargará de comprobar que el recambio dental está siguiendo un buen proceso, de verificar la correcta oclusión de los dientes incisivos y de comprobar la relación que las piezas dentales tienen entre sí, tanto horizontal, como verticalmente.
En caso de que el profesional detecte algún problema, este se podrá solucionar de forma sencilla mediante ortopedia dentofacial.
Recordemos que el ortodoncista, junto con el odontopediatra, son los profesionales encargados de la salud bucodental de los niños. Ambos se complementan en sus funciones, de ahí la importancia de visitar a uno y a otro de forma periódica y según corresponda.
Vía | Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO)
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