Si estás embarazada, probablemente hayas sentido que esta noche estabas especialmente preparada para cambiar la hora tú misma de madrugada, porque te has despertado a las dos (y a las tres, a las cuatro...) o porque no has pegado ojo, o porque tal vez has sido la primera en despertarte, aún de noche, y no has podido volver a dormirte. Pues bien, puede que el cambio de hora te afecte al sueño, y lo hará en los próximos días, pero es tan solo un motivo más para dormir mal.
Y es que, sobre todo si te encuentras en el tercer trimestre de embarazo, parece que todo se conjuga para que no descanses bien: una vejiga mucho más pequeña te va a llevar al baño varias veces durante la noche, el volumen de la barriga no te va a dejar estar cómoda en la cama, los nervios por la llegada del bebé tampoco favorecen el sueño...
Como vemos, son muchas las razones para que la embarazada no duerma bien, y el cambio de hora, lo sentimos, es uno más. Porque si esta modificación al horario de verano afecta a los niños, también lo hace con los adultos en general y necesitaremos unos días de adaptación.
Para ello, para poder descansar mejor cuanto antes, recuerda mantener hoy los horarios habituales de comida, merienda, cena... y también la hora de ir a la cama. Aunque es probable que no sintamos hambre o sueño como habitualmente, conviene hacer este ajuste lo antes posible. Te recomendamos cómo puedes hacer que descanses mejor durante esta semana de adaptación y durante todos los meses de embarazo.
Consejos para dormir mejor durante el embarazo
Estas son algunas recomendaciones para mejorar el sueño durante el embarazo:
Realiza la suficiente actividad física, ya que si tu cuerpo trabaja durante el día, necesitará reponer fuerzas. Nohagas ejercicio justo antes de ir a dormir. Los mejores ejercicios durante el embarazo (siempre que no exista contraindicación), son caminar, ir en bici, ejercicios en el agua y natación, el método pilates, yoga, hacer una tabla de ejercicios de preparación al parto...
Evita las siestas diurnas, a no ser que hayas comprobado que no afectan al sueño nocturno (aunque entonces, lo más seguro es que no estarías leyendo estas líneas).
Procura llevar una dieta suave y equilibrada, sin alimentos demasiado grasos o picantes que dificultan la digestión. Esto es especialmente importante a la hora de la cena.
No cenes inmediatamente antes de acostarte y hazlo sin prisas, masticando bien la comida.
No tomes demasiados líquidos en la cena, para evitar tantas visitas nocturnas al baño. A lo largo del día, eso sí, tienes que estar muy bien hidratada.
No realices actividades estresantes antes de acostarte, no trabajes y evita pegarte a la pantalla del móvil o al ordenador: necesitas relajarte en un ambiente tranquilo, tal vez viendo un rato la televisión, leyendo, realizando ejercicios de relajación, tomando un baño...
Evita bebidas estimulantes, bebidas con gas, azucaradas, café... y por supuesto el alcohol y el tabaco.
Duerme de costado, sobre el lado izquierdo y con la piernas flexionadas. Recuerda que tumbarse boca arriba durante en tercer trimestre podría ser peligroso para el feto y además intensifica en la madre el riesgo de dolores de espalda, dificultades digestivas, el estreñimiento o las hemorroides.
Utiliza almohadas o cojines para que tu cuerpo se acomode, por ejemplo en la espalda para no girarte boca arriba, entre las piernas...
Utiliza ropa cómoda, de algodón, que no te apriete.
Mantén la habitación en una temperatura agradable, ventílala a menudo.
Utiliza la ropa de cama adecuada para no pasar frío ni calor y no te tapes la cabeza, lo cual disminuye el oxígeno y aumenta el dióxido de carbono que respiramos.
Comparte tus preocupaciones con tu pareja, tu familia o escríbelos para despejar la mente.
Realiza ejercicios de relajación caseros y una respiración consciente, lo cual te ayudará a dormir.
Intenta mantener siempre el mismo horario para ir a la cama.
Si pasa mucho tiempo en la cama sin que puedas dormir, en lugar de estar dando vueltas levántate para leer un poco, ver tele, beber agua... Si tienes otra habitación preparada en la que puedas echarte, hazlo. Puede que en cuanto dejes tu cama te sientas más relajada y te venza el sueño.
Recuerda, por mucho que te cueste dormir durante el embarazo, no se puede utilizar fármacos para mejorar el sueño, ni hipnóticos para el insomnio.
En fin, esperamos que estos consejos para dormir mejor en el embarazo te ayuden a conseguirlo y especialmente estos días, que con el cambio de hora parece que el organismo se altera un poco más. Mucha paciencia y a intentar adaptarse lo antes posible al nuevo horario, que al menos tiene la ventaja de que nos regala días más largos y mejores temperaturas para pasear o hacer ejercicio.
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