La almohada es uno de los imprescindibles de los adultos a la hora de dormir. Podemos dormir sin ella, pero con ella dormimos mucho mejor por la forma de nuestro cuerpo, que nos pide algo debajo de la cabeza según sea la posición en que estemos.
Los bebés, por su anatomía diferente a la de los adultos y porque tener una almohada puede ser hasta peligroso, no deben utilizarla. Pero los niños, en cambio, sí pueden usarla. ¿Cuándo deben empezar a dormir con almohada? Vamos a explicarlo.
La almohada, necesaria para dormir de lado
Muchos adultos dicen que no utilizan almohada, que no es necesaria, sin embargo la posición natural del cuerpo la requiere. Al tumbarnos boca arriba, si no tenemos almohada, la cabeza hace una extensión que puede ser molesta para muchas personas. No para todas, y es cierto que se puede dormir sin ella, pero sí para muchos que están más cómodos con una pequeña elevación que mantiene la columna más recta.
En caso de dormir boca abajo, que es la posición menos recomendable pero con la que yo, por ejemplo, duermo mejor, la almohada también podría considerarse prescindible, porque al dormir en esa posición ladeamos la cabeza y la presencia de una almohada provoca también una extensión poco recomendable. Si se usa almohada, debe ser fina o, como hago yo, debemos poner la cabeza en el extremo de la almohada, como apoyando sólo una parte de la cabeza en ella y el resto en el colchón.
Si duermes de lado, que es la posición que más se recomienda para el descanso (de lado, con las piernas semiflexionadas), la almohada es totalmente necesaria. Nuestros hombros superan con creces a la cabeza, y si estamos de lado sin almohada la cabeza cae, cuelga. O te pones el brazo debajo, que es bastante incómodo, o utilizas una almohada.
Pero los niños tienen otro cuerpo
Los niños, en cambio, tienen una cabeza mucho más grande en proporción y no tienen problema en dormir de lado o boca arriba sin ella, por eso no la necesitan en ninguna de las dos posiciones. Sobre boca abajo no hablo porque ya sabéis que el decúbito prono no se recomienda por el riesgo de muerte súbita, pero vamos, que si pudieran dormir así lo mismo, no necesitan almohada.
Hasta el año, el uso de la almohada es muy poco aconsejable por el riesgo de muerte súbita que implica que tengan cojines, almohadas, peluches o elementos blanditos cerca de sus cabezas. Así que hasta el año nada de almohadas (a menos que sean los cojines para la plagiocefalia, que sí están adaptados a los bebés, y que requieren de una colocación correcta bajo la cabeza del bebé).
A partir de esa edad la almohada se debe poner cuando la necesiten. No digo una edad concreta porque depende mucho de cada niño, pero en mi casa, por ejemplo, les poníamos la almohada sobre esa edad, al año, una bastante fina y blanda, y han sido ellos los que han hecho uso de ella cuando han querido. Cuando no, han dormido más abajo en la cama, dejándola arriba olvidada.
Pero, ¿cuándo la necesitan físicamente?
Físicamente, es decir, por la forma de su cuerpo, la necesitan en el momento en que los hombros son más anchos que sus cabezas y, en consecuencia, las cabezas empiezan a colgar en caso de dormir de lado. Esto sucede hacia los dos o tres años, así que es sobre esa edad cuando probablemente duerman mejor con ella que sin ella.
Pero, como digo, todo depende de cada niño. Hay niños de año y medio que duermen mejor con almohada y niños de tres años que duermen mejor sin ella.
Foto | Thinkstock En Bebés y más | Los bebés no deben utilizar almohada