Diversos estudios han plasmado que la violencia afecta de manera negativa al cerebro de los niños y ahora una nueva investigación señala que el maltrato produce cambios cerebrales que afectan a la salud de las personas.
En concreto, se ha descubierto un déficit significativo de materia gris en varias regiones del cerebro de personas que habían sufrido algún tipo de maltrato durante la infancia. Y es que, nunca mejor dicho, el cerebro tiene memoria.
En el cerebro se distinguen dos tipos de tejidos, la materia gris y la materia blanca y ambas necesitan estar intactas para conservar la salud de las personas. Cualquier cambio en alguna de estas regiones supone cambios en el desarrollo psicológico y neuronal.
En concreto, la materia gris está compuesta principalmente de cuerpos celulares neuronales agrupados en lugares específicos en el cerebro y la médula espinal. La corteza cerebral está formada por materia gris y ejecuta casi la totalidad de los pensamientos conscientes. Hay también materia gris más profunda en el cerebro y otras estructuras formadas por esta materia ayudan a coordinar los movimientos.
El estudio del que os hablamos ha sido realizado por investigadores del King's College de Londres y de la Universidad Nacional de Singapur y publicado en el 'American Journal of Psychiatry'.
Analizaron mediante técnicas de neuroimagen la materia gris del cerebro y llegaron a la conclusión de que el maltrato "produce una cascada de cambios fisiológicos y neurobiológicos que podrían provocar alteraciones permanentes de la estructura cerebral".
Para llegar a estas conclusiones se tomaron datos de un total de 331 individuos (56 niños o adolescentes y 275 adultos) con historia de maltrato infantil, más 362 sujetos no maltratados (56 niños o adolescentes y 306 adultos).
En comparación con los no maltratados, aquellas personas que sufrieron maltrato infantil tenían un volumen significativamente menor de sustancia gris en varias zonas del cerebro: el giro orbitofrontal y temporal superior derecho que se extendía a la amígdala, la ínsula y los giros parahipocampal y temporal medio, así como en los giros frontal inferior y poscentral izquierdos.
Las anomalías de sustancia gris más consistentes se hallan en las regiones prefrontal ventrolateral y límbica-temporal, que son regiones cerebrales que tienen un desarrollo relativamente tardío y por lo tanto se produce después del maltrato.
Por lo tanto, todo son razones para tratar bien a los niños y no dañarles física ni psicológicamente con el maltrato, ya que está suficientemente mostrado que este tiene consecuencias negativas no solo en el momento sino a lo largo de la vida.
Vía | Infosalus
Foto | Thinkstock
Más información | American Journal Psychiatry
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