"¿Por qué mi hijo no obedece?" es una de las preguntas que muchos padres nos hacemos. Nuestra responsabilidad es educarlos y guiarlos, sin embargo a veces pareciera que todo lo que decimos les entra por un oído y les sale por el otro. Llegamos a pensar que no les interesa hacernos caso y prefieren desafiarnos o ignorarnos a propósito.
Pero resulta que la realidad es que quienes estamos en el error somos nosotros y no ellos, ya que una encuesta reciente demostró que esperamos demasiado de nuestros hijos.
Zero to three es una organización sin fines de lucro que busca informar y apoyar a profesionales y padres de familia para ayudar a que los niños tengan una infancia plena. Recientemente realizó una encuesta a padres y madres en Estados Unidos, participando un total de 2.200 padres de niños desde recién nacidos hasta los cinco años.
Uno de los temas que la encuesta incluyó dentro de las 50 preguntas que se hicieron a los padres, fue el de la regulación de emociones por parte de los hijos. Uno de los descubrimientos que se encontró fue que la mitad de los padres encuestados creen que sus hijos son capaces de autocontrolarse y dominar otras habilidades del desarrollo mucho antes de cuando en realidad sucede.
Entre los resultados acerca del autocontrol y la regulación de emociones se encontró que:
- 56% de los padres cree que sus hijos son capaces controlar sus impulsos y resistir el deseo de hacer algo prohibido antes de los 3 años. De ese grupo, el 36% piensan que los niños menores de 2 años son capaces de ejercer este autocontrol. Sin embargo, la encuesta revela que esta capacidad comienza a aparecer entre los 3.5 años y los 4, y requiere de muchos más años para dominarla.
- 24% de los padres piensa que los niños son capaces de controlar sus emociones, tales como el evitar una rabieta cuando se sienten frustrados, al tener un año de edad o menos. El 42% de los padres piensa que los niños tienen esta habilidad a los 2 años. En realidad, el control de emociones recién comienza a desarrollarse entre los 3.5 y 4 años.
Otro punto que tocó la encuesta en cuanto a las cosas que esperamos demasiado pronto de nuestros hijos es el acto de compartir y esperar su turno. Se encontró que el 43% de los padres creen que los niños son capaces de aprender a compartir antes de los 2 años, cuando en realidad esta habilidad tambiénse desarrolla entre los 3.5 y 4 años.
Estos resultados nos demuestran que como padres, en ocasiones se nos olvida que nuestros niños están en constantemente aprendizaje y la regulación de emociones aparece mucho después de lo que pensamos.
Me pongo a pensar en por qué nos adelantamos y esperamos que se comporten como mayores, y creo que quizás es el hecho de que los vemos crecer tan rápido frente a nuestros ojos. Al ser cada vez más independientes y necesitarnos menos cuando aprenden a caminar o a hablar, pensamos que al llegar a estos puntos de su desarrollo automáticamente sabrán cómo deben actuar.
Recordemos ser más pacientes y menos exigente con nuestros hijos, no porque les vayamos a permitir hacer lo que quieran, sino porque para todo existe una etapa y cada niño se desarrolla a su propio ritmo.
Foto | Thinkstock
Vía | Parents
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