La etapa egocéntrica en los niños: qué es y cómo evoluciona

Seguro que has oído a hablar alguna vez de la etapa egocéntrica en la primera infancia. Es una etapa evolutiva totalmente normal y necesaria para el posterior desarrollo social y afectivo del niño.

Y es que, entre los dos y los tres años, aproximadamente, los niños tienen una visión egocéntrica de las cosas; esto quiere decir que no logran descentrarse de su propia visión exclusivista (visión egocéntrica).

Sin embargo, a medida que crecen, llegan a ser capaces de desarrollar la capacidad para entender que el otro también tiene su punto de vista, lo que les facilita, también, el desarrollo de la empatía. Pero, ¿cómo es esta evolución?

El psicólogo educativo estadounidense Robert Selman, especializado en desarrollo social en niños y adolescentes, estudió esta evolución, y la describió a través de cinco fases, que conoceremos a lo largo del artículo.

Pero antes, conozcamos con mayor profundidad en qué consiste la etapa egocéntrica, ya desarrollada por Piaget en 1923.

La etapa egocéntrica en los niños

Piaget desarrolla las fases del desarrollo cognitivo en la infancia. Dentro de estas fases encontramos la etapa egocéntrica, dentro del pensamiento preoperatorio.

Cuando habla de egocentrismo, Piaget se refiere a que el niño no es capaz de desmarcarse de su propio punto de vista; o, en palabras textuales del psicólogo, se trata de "la dificultad que tienen los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya".

Este egocentrismo se extrapola a diferentes ámbitos del desarrollo del niño, más allá del área social (en el plano físico, social, cognitivo y del lenguaje). Vamos a conocer estos tipos de egocentrismo en el desarrollo del niño.

Egocentrismo físico

El egocentrismo físico se refiere que, durante la etapa egocéntrica, el niño está centrado en su propio punto de vista, en su cuerpo y en sus acciones. Además, aún no establece relaciones objetivas entre los objetos.

Este tipo de egocentrismo físico implica una tendencia del niño a ver el mundo solamente desde la perspectiva de uno mismo y dificultades para reconocer el punto de vista de los demás.

Egocentrismo social

El egocentrismo también se da en el plano de las relaciones interpersonales; en este caso, el niño irá tomando conciencia de que forma parte no solo del mundo físico, sino también del mundo social, pero las relaciones que mantenga con los otros no serán plenamente cooperativas.

Por ejemplo, en este período, al niño le cuesta coordinarse en el juego con los otros. De esta forma, son niños, por ejemplo, que juegan juntos pero que no se coordinan entre sí (juegan unos al lado de los otros; el llamado juego en paralelo).

Egocentrismo lógico

En el plano del razonamiento también existe egocentrismo. En este caso, los niños se basan en la intuición de las cosas y la realidad, para llegar a conclusiones (no en un razonamiento deductivo o inductivo).

Habla egocéntrica

Finalmente, en el plano del lenguaje también aparece el egocentrismo (la llamada habla egocéntrica). Hablamos de un lenguaje egocéntrico cuando el niño solo habla de sí mismo, y no trata de situarse en el punto de vista de su interlocutor.

En esta etapa, según Piaget, al niño tampoco le interesa conocer a quién está hablando ni si está siendo escuchado.

La capacidad de adoptar la perspectiva del otro

Pero, ¿cómo evoluciona la fase egocéntrica durante los primeros años de vida? ¿Cómo pasan los niños de la visión egocéntrica a la capacidad de adoptar la perspectiva del otro?

Es importante saber que, sin la capacidad de adoptar la perspectiva del otro, a los niños les resulta difícil comprender cómo son los demás. Robert Selman investigó esta cuestión, y preguntó a los niños sobre los sentimientos, pensamientos e intenciones de los protagonistas de una serie de historias.

A través de su investigación, Selman trazó el desarrollo de la habilidad de entender que los otros tienen opiniones diferentes a las propias.

Estas historias giraban en torno a dilemas en la niñez, como cuando a una niña que se le ha prohibido que suba a los árboles puede rescatar el gato de un amigo solo después de haberse subido al árbol.

Las ideas de Selman se vieron influenciadas por el desarrollo cognitivo de Piaget, y este autor cree que los niños atraviesan cinco etapas hasta adoptar la perspectiva del otro.

Dichas etapas están relacionadas con la capacidad de los niños de comprender las diferencias entre su propia perspectiva y la del otro.

Del egocentrismo a la conciencia de las opiniones ajenas (y las normas sociales): cinco etapas

Hemos conocido qué implica la etapa egocéntrica en el desarrollo, pero, ¿cómo pasa el niño de esta fase a poder empatizar con los demás, y a desmarcarse de su propio punto de vista?

Selman describe cinco etapas hasta la conciencia de que los demás tienen sus propias opiniones, y la conciencia de las normas sociales, entre las que se incluye la ya desarrollada etapa egocéntrica de Piaget, como primera etapa del desarrollo social.

Visión egocéntrica

Esta etapa egocéntrica, ya descrita, empieza a los dos años y finaliza a los tres, según Piaget, aunque puede alargarse hasta los seis, más o menos, según Selman, y si nos referimos a una visión egocéntrica a nivel puramente cognitivo.

En esta etapa, y como hemos visto, los niños no se dan cuenta de que los pensamientos, sentimientos, intenciones y motivaciones de las otras personas pueden ser distintos a las suyas.

Los demás tienen sus propias ideas

En esta segunda etapa, los niños, entre los seis y ocho años, saben que los demás tienen sus propias ideas, pero creen que éstas difieren de las suyas porque se basan en una información distinta.

Además, en esta etapa los niños aún no pueden juzgar sus propias acciones desde otro punto de vista.

Las opiniones de los demás se basan en sus valores

A medida que crecen, y entre los ocho y los 10 años, los niños empiezan a saber que las visiones de los demás se basan en sus propios propósitos o  valores.

Pueden incluso juzgar las acciones de otra persona. Sin embargo, aún no pueden considerar su propia visión y la del otro al mismo tiempo.

Considerar los puntos de vista ajenos

En esta etapa, el desarrollo social y la empatía están mucho más desarrollados.

Según Selman, entre los 10 y los 12 años, los niños se empiezan a dar cuenta de que, tanto ellos como la otra persona, pueden considerar de forma simultánea sus propios puntos de vista entre sí.

Además, pueden situarse como testigos de la interacción y ver cómo lo interpretaría una tercera persona.

"El gran don de los seres humanos es que tenemos el poder de la empatía".
-Meryl Streep-

Conciencia de las normas sociales

Finalmente, a partir de los 12 años, los niños son conscientes de los puntos de vista compartidos por el sistema social, es decir, son conscientes de las convenciones sociales, de las normas sociales...

Y también, se dan cuenta de que, el hecho de conocer mutuamente los puntos de vista de los demás, y de la sociedad en general, no siempre conduce a un completo entendimiento entre ambas partes.

Y tú, ¿crees que tu hijo sigue en la etapa egocéntrica? ¿O ya empieza a desarrollar la capacidad para ponerse en el lugar del otro?

Fotos | Portada (pexels)

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