Saludar es una de las cortesías más importantes para las personas, y es que se trata de un bonito gesto de reconocimiento al otro, además de que demuestra educación.
Es perfectamente comprensible que como padres queramos que nuestros hijos siempre saluden y se despidan de todos, y además de forma educada, pero lo cierto es que para los más pequeños esto puede carecer de sentido al principio, pues no ven tanto la necesidad de hacerlo. Es entonces labor nuestra enseñarles.
Pero también es importante tener en cuenta que a la hora de saludar o despedirse (aunque podamos enseñarlos), deben hacerlo de manera voluntaria, y jamás obligando al niño a una situación que le genere incomodidad y malestar. Te contamos cómo enseñar a los niños a saludar y despedirse, siempre respetando lo que ellos sientan.
"La cortesía que debe presidir nuestras actuaciones cotidianas se fundamenta principalmente en el respeto y la comprensión hacia todos".
-Confucio-
La importancia de saludar y despedirse
Aprender a saludar y a despedirse guarda una gran importancia social dentro de las interacciones con otros, razón por la cual es preciso que nuestros niños aprendan a hacerlo, siempre sin presiones ni obligación.
A través de estos gestos es más simple crear un clima mucho más amigable y amable con los demás, facilitando así las interacciones con otras personas. Esto les resultará fundamental cuando empiecen su proceso de escolarización.
Cómo enseñar a los niños a saludar y despedirse
El proceso de aprender a saludar y despedirse puede ser un poco complejo para algunos padres, pero lo cierto es que no tiene porqué serlo. Con un poco de paciencia y mucho amor lo vas a lograr, y en menos tiempo de lo que piensas. Durante esta etapa ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
Ofrece alternativas
Cuando estemos enseñando a nuestros hijos a saludar o a despedirse es importante darles diferentes opciones o alternativas. Por ejemplo, es frecuente que en el caso de familiares o amigos cercanos nos saludemos con un beso y/o un abrazo, pero es posible que tu niño no siempre se sienta cómodo haciéndolo de esa manera.
Entonces, enséñale que hay más de una forma de saludar y de despedirse, que puede ser solamente decir hola y adiós, dar la mano, saludar con un beso o un abrazo, etc. Y pregúntale ante cualquier interacción cómo quisiera saludar. No lo obligues a dar muestras de afecto con las que no se sienta cómodo.
Explica por qué es positivo saludar
No debemos olvidar nunca explicarles las razones de lo que debemos hacer a nuestros hijos. No se trata de obligarlos a ser cordiales y saludar o despedirse, pues para los niños (especialmente los más pequeños), estas convenciones sociales no tienen el mismo sentido que para los adulos.
Entonces es importante explicarles que se trata de ser amables, respetuosos y educados, y que saludando estamos haciendo sentir bien a los demás. Y que esto es algo positivo, que genera buen clima entre las personas, y que además es un acto de respeto y reconocimiento hacia el otro.
Pero si tu hijo no desea saludar a pesar de que lo que le explicas no te preocupes, es normal que suceda. Sigue haciéndolo y con el tiempo irá comprendiendo mejor todo esto.
Sé su ejemplo
Para que nuestros hijos aprendan a ser educados, saludar, despedirse, ser amables, etc., lo mejor que podemos hacer es actuar de manera coherente con lo que esperamos que ellos hagan.
Si deseamos que nuestros hijos saluden en todos los sitios a los que llegan, debemos hacer lo mismo. Puedes comenzar practicando en casa; cada vez que llegues saluda a todos y al irte despídete.
De esa manera los niños van aprendiendo que eso es lo que se acostumbra a hacer en esas situaciones, y sin darte cuenta lo estarán imitando.
Respétalo
En algunas ocasiones tu hijo se puede negar a saludar, y eso es parte normal del proceso de aprendizaje. Es importante que respetes su decisión de no querer saludar a alguien, pero puedes siempre darle otras opciones para saludar como te explicamos anteriormente (dar la mano, decir hola, etc.).
Esto te ayudará no solo a que tu hijo aprenda que saludar es algo agradable (no obligado), sino que además es una excelente oportunidad para demostrarle que sus emociones tienen validez e importan y por ende, merecen ser respetadas.
Se elogia en público y se corrige en privado
Si tu hijo ha tenido una conducta que no te agrada o que no es la que esperabas, por favor mantén la calma. Recuerda que el adulto de la situación eres tú, y que no puedes engancharte en una pelea para que salude o se despida.
Evita corregirle o regañarle en frente de otras personas, pues esto solo incrementará su malestar y acabará asociando la situación a algo desagradable. Además puede perjudicar su autoestima. Así, cuando no quiera saludar no lo obligues a hacerlo, pero cuando esté en casa, explícale por qué es importante que salude.
La importancia del refuerzo positivo
En cambio, cuando salude o se despida según sea su deseo (con un abrazo, beso, con la mano, etc.), reconócele que lo ha hecho muy bien. De esta forma asociará el aprendizaje de estos gestos sociales a algo positivo y será más probable que lo repita más adelante.
"Los buenos modales tienen mucho que ver con las emociones. Para hacerlos sonar como verdad, hay que sentirlos, no sólo exhibirlos".
-Amy Vanderbilt-
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