Sin dudas, hay niños más propensos que otros a sufrir accidentes. También hay niños más movedizos que otros que se suben a todo lo que encuentran. Han nacido con una tendencia natural a explorar, trepar, saltar, a hacer deporte y montar a todo lo que tenga ruedas.
Cada situación es distinta según la edad del niño. Uno de un año y medio se golpea mucho pues todavía no es capaz de dominar su propio cuerpo. Se les dificulta coordinar los movimientos haciendo que se accidenten durante sus juegos habituales.
Si tu hijo es uno de estos casos y es un frecuente visitante de urgencias, todo lo que puedes hacer es darle seguridad.
Dile que si se sube allí puede hacerse daño y que es mejor que no se suba al columpio hasta que sea más grande.
Cuando sean mayores, enséñales una forma segura de subir una escalera o de trepar a un árbol o de montar en bicicleta. Muéstrale cómo subir al tobogán sin hacerse daño y haz que tenga cierta conciencia del peligro.
Si tu hijo es de esos adictos a los deportes de riesgo procura no felicitarlo por sus actuaciones arriesgadas, sino más bien demostrarle tu enfado ante actitudes tan peligrosas.
Con el tiempo se dará cuenta de sus propias limitaciones y madurará en ese sentido.
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