Que los niños son verdaderas esponjas con todo lo que hay a su alrededor lo sabemos todos, seguro que nuestros hijos nos han sorprendido más de una y de dos veces con alguna frase, palabra o haciendo algo que jamás hubiéramos creído que fueran capaces de hacer. Y es que debemos tener cuidado con lo que decimos o hacemos delante de ellos, sobre todo debemos tener cuidado con el lenguaje que usamos delante de los niños.
Cuando dicen la primera palabrota tendemos a reírnos, pues generalmente las dicen fuera de lugar y la mayoría de ellas mal pronunciadas, pero aún así estamos fomentando, con nuestra reacción, un comportamiento que no está bien visto.
Su primer taco
El uso de los "tacos" comienza a la par del aprendizaje del lenguaje, entre los 2 y los 5 años, al fin y al cabo siguen siendo palabras que los adultos usamos, en algunos casos con excesiva asiduidad.
Lo normal, es que las primeras palabrotas que pronuncien nuestros hijos sean como imitación a lo que ven a su alrededor, como una palabra más que oyen a los mayores. Desconocen realmente su significado y prueba de ello es que normalmente no van en el contexto en que un adulto suele decirla.
Y claro, es gracioso y sobre todo, es algo que no te esperas. Ver a tu hijo que apenas es capaz de decir tres frases seguidas pronunciar un taco, a veces incluso acompañado de toda una coreografía de gestos y cambios de tono suele sacarnos una sonrisa y lo mejor en estos caso es dejarlo pasar y tomar nota de nuestro comportamiento o el del resto de familiares que pasan tiempo con el pequeño, intentando moderar nuestro lenguaje, sobre todo en esos momentos de enfado que es cuando más énfasis se pone a los tacos a parte de pronunciarlos solos en la frase, lo que hace que sean más fáciles de reconocer por los pequeños.
Las palabrotas, una forma más de llamar nuestra atención
Basta con que sepan que algo no se deba hacer o decir para que lo usen siempre que necesiten llamar la atención sobre ellos. Aquí debemos intentar descubrir el motivo real por el que nuestro hijo esta demandando nuestra atención, lejos de provocar un drama, es mejor no prestar especial atención y solo en caso de persistir en ese comportamiento o de utilizar palabras que puedan ser ofensivas para los demás debemos aplicar límites para corregir la situación.
Consejos
Evitar usar ese tipo de vocabulario en casa. Somos su principal referencia y por tanto si nosotros las usamos será muy probable que ellos lo hagan.
No dar señales de que nos hagan gracia, pues fomentará su uso, simplemente hacer como que no lo hemos oído.
Si el problema persiste y el niño las usa en sus momentos de enfado, darle alguna otra alternativa como las socorridas, caracoles, miércoles o alguna otra que seguro pronunciarían vuestros abuelos.
En el vídeo, recordad que solo os podéis reír si estáis solos, vemos muchas de estas situaciones y como broche final, cuando un padre le pregunta ¿a quién le ha oído esa palabra? La niña simplemente contesta la verdad: a tí
Vía | youTube
En Bebés y Más | Cuando los pequeños dicen palabras feas, Como reaccionar ante las palabrotas