La inteligencia se distribuye por igual entre hombres y mujeres pero, según las estadísticas, hay menos niñas y adolescentes identificadas con altas capacidades que niños, pues tienden a camuflar su talento para pasar desapercibidas.
Hemos querido analizar este fenómeno y sus consecuencias, así como algunas claves que podemos poner en práctica para fortalecer la autoestima de las niñas y la confianza en sí mismas.
Unas cifras que hacen pensar
Según datos de la organización El Mundo del Superdotado, solo el 30 por ciento de las niñas son evaluadas de altas capacidades y superdotación, frente al 70 de los niños.
Si atendemos a los últimos datos estadísticos del Ministerio de Educación, de los 23.745 alumnos identificados con altas capacidades en el curso 2015-16, solo 8.457 eran mujeres. Las cifras, según las diferentes etapas académicas, se distribuyen de la siguiente forma:
En la etapa de Infantil la proporción fue de 201 niños frente a 51 niñas
En la etapa de Primaria se registraron 12.468 niños frente a 4.410 niñas
En la etapa de Secundaria la proporción es de 8.597 niños frente a 3.057 niñas
Y en Bachiller la distribución es de 2.383 adolescentes varones, frente a 827 chicas
En FP se registraron 12 chicas frente a 84 chicos
Pero, ¿por qué ocurre este fenómeno?
Los expertos identifican varias causas por las que las niñas, y especialmente las adolescentes, camuflan su inteligencia, de tal modo que su talento llega incluso a pasar desapercibido entre profesores y familiares.
A esta situación, conocida como "síndrome del impostor", se le atribuyen estas posibles causas:
Falta de referentes femeninos en la historia
Pensemos un momento. Con la excepción de Marie Curie, ¿cuántas mujeres científicas nos vienen a la cabeza? Muy pocas. Y sin embargo existen desde siempre y su papel ha sido muy importante a lo largo de la historia y, por supuesto, hoy en día también.
Lo mismo ocurre en otros campos como la historia, el arte, la tecnología, las matemáticas, la economía, la filosofía, la política... La falta de referentes en los libros de texto y en los medios de comunicación hace que las niñas no tengan modelos en los que fijarse, y por tanto sientan que este tipo de campos/materias no son para ellas.
Profesiones estereotipadas
Los datos apuntan a que las llamadas carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) no parecen ser muy atractivas para las jóvenes.
Esto se debería al mensaje subliminal de la sociedad que liga este tipo de carreras al género masculino, y a la suposición de que los varones tienen una capacidad innata para cursar estos estudios, mientras que las mujeres necesitan de un mayor esfuerzo y trabajo para lograrlo; cuando no es así en absoluto.
Estereotipos sociales
Según explican desde "El Mundo del Superdotado", los prejuicios de género todavía siguen muy presentes en la sociedad, y por desgracia las niñas crecen con ellos y los perciben a través de las relaciones con los demás.
Es frecuente, también, leer cuentos o ver películas infantiles que perpetúan estos modelos, ofreciendo una imagen de la mujer amable, guapa, sociable, modosa y maternal, pero no inteligente, líder, independiente o competente.
La educación recibida en su entorno
Según leemos en la web, "La rebelión del talento", otro de los motivos que llevaría a las niñas a ocultar su talento es la educación recibida en su entorno, y lo que creen que se espera de ellas.
En este sentido, muchas niñas crecen en entornos educativos donde las expectativas sobre su capacidad no están a la misma altura que la de sus compañeros varones, por lo que llegan a asumir, desde muy temprana edad, que no podrán alcanzar los mismos objetivos ni enfrentarse a los mismos retos que ellos. Estas presiones sociales se van agudizando a medida que la niña crece, de manera que cuando llega a la etapa de Bachiller pocas encuentran la fortaleza suficiente para perseguir con energía sus intereses.
Buscan la integración en el grupo
Todo ello hace que la mayoría de las niñas y adolescentes acaben ajustándose a las expectativas que la sociedad tiene de la mujer, y enmascarando su talento y habilidades como una forma de prevenir el aislamiento y de sentirse integradas dentro de su grupo de referencia.
Y es que por desgracia, en muchas ocasiones el éxito académico es criticado y rechazado entre iguales, y aunque ocurre de la misma forma en niños que en niñas, en ellos desemboca en conductas disrruptivas o en un retraimiento exagerado que hace que los padres y profesores acaben sospechando la posibilidad de altas capacidades.
Desde la Asociación de Altas Capacidades y Talento apuntan otro dato significativo, y es la importancia que dan las niñas a las relaciones sociales, y que les lleva a plantearse de manera más dramática que sus compañeros, la aceleración de curso o el enriquecimiento curricular.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Para que este efecto no se produzca y nuestras hijas puedan llegar a ser lo que deseen, es importante un cambio de mentalidad social y de educación. En este sentido, desde el seno familiar y las escuelas podemos hacer mucho por ayudar a las niñas a desarrollar todo su potencial:
Mostrarles modelos femeninos a seguir
Está comprobado que el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología se duplica cuando tienen referentes femeninos a los que seguir. Los padres podemos contribuir fomentando la lectura de libros feministas, viendo con ellas documentales o películas biográficas sobre el papel de la mujer en la historia, o asistiendo a museos, charlas, exposiciones y talleres que nos enseñen más acerca de estos referentes.
Educar en igualdad y romper estereotipos
Hay muchas cosas que podemos hacer para educar en igualdad a nuestros hijos. Por poner solo algunos ejemplos:
Promover el juego libre y no imponer roles de género ni estereotipos a la hora de jugar. Es decir, dejar que los niños elijan los juguetes con los que quieren desarrollar su creatividad e imaginación, sin interferir en algo tan puro y maravilloso como el juego infantil.
Huir de estereotipos relacionados con las profesiones, los comportamientos, la moda, los gustos... En resumen, fomentar la libertad y la igualdad entre niños y niñas desde que son pequeños.
Mención especial merecen los estereotipos relacionados con la belleza, que están presentes en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Es fundamental hablar a nuestros hijos de la belleza, no hablar mal de nuestros cuerpos, no inculcar a nuestras hijas ninguna imagen estereotipada y respetar sus decisiones.
Reconocer su capacidad y fomentar su autoestima
No reconocer la capacidad y el talento de las niñas va influyendo negativamente en su autoestima hasta que llega un momento en que no se sienten capaces de aspirar a las mismas metas que sus compañeros.
Por ello, es fundamental que los adultos fomentemos la confianza de las niñas en sí mismas y en sus capacidades, las animemos a asumir riesgos, explorar nuevas áreas de estudio y las apoyemos en lo que deseen ser.
Detección precoz de altas capacidades
Debemos estar atentos para detectar manera precoz las altas capacidades en la infancia, pues ya hemos visto en otras ocasiones que no hacerlo puede acarrear consecuencias negativas. Pero en el caso de las niñas es especialmente importante, pues solo así podremos ayudarlas a apreciar todo su potencial y habilidades.
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Más información | El silencio de las niñas y mujeres con Altas Capacidades, Programa Despierta