Reduce la ansiedad de los niños ante los exámenes con estos consejos (y replantéate lo que significan)

Cuando pensamos en "ansiedad ante los exámenes" normalmente se nos viene a la cabeza la imagen de un estudiante de instituto o de universidad obsesionado ante la inminente llegada de un examen.

Es verdad que los estudiantes de los últimos cursos han sido el foco de más de medio siglo de investigación sobre la ansiedad ante los exámenes y su impacto en las calificaciones. Los investigadores saben que dicha ansiedad suele tener un impacto negativo en el rendimiento académico.

Sin embargo, también sabemos que tanto los colegios como los padres se están dando cuenta de que también existe la ansiedad en los niños pequeños y varios investigadores han estudiado de qué forma un aumento en la ansiedad ante los exámenes en los colegios se corresponde a un aumento en el uso de exámenes estandarizados que cada vez son más obligatorios para evaluar el progreso de los alumnos.

Junto a la creciente demanda para responder a los desafíos de salud mental en los colegios, los educadores y los actores políticos deberían comprender cómo afrontar y minimizar los efectos de los exámenes en la ansiedad de los estudiantes.

A nivel general, los métodos de evaluación actuales deberían adaptarse para reflejar los conocimientos contemporáneos de los diversos contextos culturales de los niños, así como una comprensión más detallada de las competencias de desarrollo.

En el día a día, los padres y los profesores pueden prepararse para apoyar a los alumnos replanteándose la manera en la que enfocan los exámenes y reflexionando sobre qué ejemplo les están dando como adultos.

¿Qué es la ansiedad ante los exámenes?

Normalmente se considera "ansiedad ante los exámenes" como "nervios" excesivos que interfieren en el rendimiento del alumno. Los síntomas de la ansiedad ante los exámenes se podrían clasificar en cuatro categorías físicas, emocionales, conductuales y cognitivas generales.

Los niños pueden presentar síntomas físicos como dolores de cabeza, náuseas, sudoración y dificultad respiratoria o sensación de miedo, depresión e impotencia. Las conductas pueden incluir inquietud, agitación y elusión, mientras que las alteraciones cognitivas podrían ser parecidas a "quedarse en blanco" o a tener pensamientos acelerados o negativos.

Aunque no todos los estudiantes experimentan cada uno de estos problemas, el impacto de uno o más de estos síntomas puede ser debilitante.

Si no se diagnostican o se tratan dichos síntomas, con el tiempo pueden llevar a resultados negativos, desventajas y dificultades en el colegio.

El problema de los exámenes

Gracias a nuestras investigaciones en Canadá y en otros países nos hemos dado cuenta de que cuando se realizan reformas a nivel educativo se suele hacer énfasis en la evaluación de los alumnos mediante exámenes.

En dicho contexto, los profesores y los centros educativos centran las clases y la enseñanza en unas pocas áreas determinadas, haciendo que se pierda un enfoque más global de la educación de los niños. Los exámenes estandarizados con el fin de evaluar a los alumnos también están vinculados a mayores niveles de estrés en los profesores y en los alumnos.

El sentido estricto de "rendimiento académico" (la forma de evaluar a los alumnos a través de exámenes estandarizados en áreas temáticas concretas) es inadecuado para captar los conocimientos, habilidades y predisposiciones clave que los niños necesitan para tener éxito tanto en la fase educativa como en la vida contemporánea.

Por estas razones, los responsables en educación deberían considerar enfoques multidimensionales para dar más responsabilidad a los colegios. Por ejemplo, las reformas educativas tienen más probabilidades de tener éxito cuando utilizan procesos colectivos en los que se tienen en cuenta la opinión de los educadores y de las comunidades.

¿Qué pueden hacer los padres y los profesores?

En relación con estos problemas sistémicos y a largo plazo, los padres y los profesores pueden intervenir para reducir la ansiedad ante los exámenes en los niños pequeños de las siguientes maneras:

1. Ofreciendo mensajes positivos

Una de las maneras más simples y efectivas con la que los padres pueden ayudar a combatir la ansiedad ante exámenes es a través de mensajes positivos.

Por ejemplo, la investigación demuestra que existen beneficios positivos cuando los padres fomentan el diálogo personal positivo, ofrecen técnicas de relajación y aseguran a los niños que la ansiedad es algo natural. Los padres deberían saber que los expertos en psicología sugieren que es necesaria una cierta cantidad de estimulación para tener un buen rendimiento, un estado de tensión en equilibrio.

2. Manteniendo una comunicación abierta

También es necesario que los padres mantengan líneas de comunicación abiertas con los profesores de sus hijos, especialmente porque los alumnos no necesariamente muestran ansiedad ante los exámenes en todas las materias.

3. Bajando el listón

Muchas veces las expectativas de los padres aumentan la presión de los alumnos ante los exámenes, imponiendo consecuencias adicionales o juzgando los méritos y las capacidades de un niño por los resultados de una sola prueba.

En cambio, es importante que los padres entiendan y también transmitan a sus hijos que los exámenes son un indicador de su rendimiento en una materia específica y que ningún examen es un reflejo perfecto de lo que un estudiante sabe o es capaz de hacer.

Ver los exámenes como una pieza de información sobre el progreso de un niño y buscar información adicional en caso necesario ayudará a los padres a tener una mejor idea general.

4. Cuidándote

Irónicamente, un aspecto clave que tanto padres como profesores deberían considerar cuando tratan de ayudar a los alumnos con ansiedad ante los exámenes es que primero deberían mirar por sí mismos.

Al igual que los padres tienen que ser conscientes de los mensajes que transmiten a sus hijos, los profesores también deberían preocuparse por su propio bienestar y evitar transmitir sus propias ansiedades a los alumnos sin darse cuenta.

Por ejemplo, se ha establecido una relación entre la ansiedad de los profesores de matemáticas y la ansiedad de los estudiantes de matemáticas, lo que ha llevado a algunos investigadores a explorar formas de acabar con un ciclo de ansiedad en matemáticas.

De manera similar, las preocupaciones de los profesores por los resultados de los exámenes a gran escala, como puede ser a nivel provincial o nacional, pueden transmitirse a los estudiantes.

Afortunadamente, se ha descubierto un aspecto positivo entre todas estas preocupaciones: cada vez se tiene más en cuenta que existe una relación entre el bienestar de los profesores y el de los alumnos.

5. Enfatizando las técnicas de estudio

Los profesores también pueden ayudar a los alumnos a superar el estrés de los exámenes ofreciéndoles formas de desarrollar técnicas de preparación para los exámenes y repasos antes de las evaluaciones importantes.

Pero no se debería confundir con "enseñar para los exámenes", una práctica que sacrifica el currículum escolar y se enfoca solamente en el contenido de los exámenes.

Lo que serviría de ayuda sería practicar técnicas de estudio como releer preguntas difíciles, escribir resúmenes para practicar las preguntas de respuesta corta y una buena gestión del tiempo en los exámenes.

Preparar a los estudiantes a hacer exámenes de forma eficaz también incluye enseñar a los alumnos sobre las estructuras de los exámenes: el formato de las preguntas, la lógica tras los sistemas de calificación y los errores más comunes entre los diferentes tipos de preguntas.

A nivel general estas técnicas se pueden aplicar a cualquier prueba o examen y los alumnos que hayan sido preparados tanto en contenido como en técnicas de estudio tienden a mostrar niveles más bajos de ansiedad ante los exámenes y son más capaces de gestionar su tiempo y sus respuestas de forma eficaz.

No resulta sorprendente que este tipo de estrategias sean más efectivas cuando se vean respaldadas por padres y cuidadores.

Lo idóneo sería que padres, profesores y responsables en educación utilizaran sus capacidades para contribuir al éxito de los alumnos mientras que a su vez descubren nuevas posibilidades para crear formas de evaluación más complejas e inteligentes.

En general, necesitamos replantearnos qué es lo importante en los colegios y qué es lo que se debería evaluar.

Autores: Louis Volante. Profesor de Educación, Universidad de Brock; y Christopher DeLuca, Profesor Asociado en Evaluación de Aula y Decano Asociado Interino, Estudios de Posgrado e Investigación, Facultad de Educación, Queen's University, Ontario.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí

Traducido por Silvestre Urbón.

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