Seis herramientas de la Disciplina Positiva para lograr que tus hijos tomen sus propias decisiones

Es importante y muy beneficioso para los niños animarles desde pequeños a tomar sus propias decisiones, aunque lógicamente teniendo siempre en cuenta la situación en cada momento y el grado de madurez del niño.

Permitir a nuestros hijos valorar las diferentes opciones que se le presentan y tomar la decisión que mejor considere favorece al desarrollo de su personalidad y a la creación de una autoestima sana, además de aportarle importantes habilidades para la vida.

La Disciplina Positiva nos ofrece seis valiosas herramientas con las que podemos fomentar que los niños tomen sus propias decisiones.

Beneficios para los niños de tomar sus propias decisiones

Autonomía e independencia: Cuando fomentamos la toma de decisiones estamos favoreciendo también la autonomía e independencia del niño, cualidades imprescindibles para la vida.

Reflexión: tomar decisiones implica pensar, sopesar las diferentes alternativas, valorar pros y contras (pensamiento crítico) y finalmente elegir la opción que mejor convenga.

Responsabilidad: cuando los niños sienten que su opinión es escuchada, se muestran más predispuestos a colaborar y a responsabilizarse de sus actos.

Felicidad y autoestima: el niño que es capaz de tomar sus propias decisiones se sienten valorado, y crece feliz, confiado y con una autoestima sana.

Le preparamos para la vida: permitir a los hijos tomar sus propias decisiones les entrena para convertirse en adultos independientes, autónomos, responsables, seguros y con criterio para decidir por sí mismos.

Herramientas de la Disciplina Positiva para fomentar la toma de decisiones

Opciones limitadas

Los niños, especialmente los más pequeños, suelen apabullarse a la hora de acometer una acción compleja o tomar una decisión en un escenario con diversas posibilidades.

Las opciones limitadas son una buena herramienta para fomentar la toma de decisiones de los más pequeños, pues les estamos dando la posibilidad de elegir lo que desean en ese momento entre un número muy acotado de opciones (generalmente dos o tres).

Por ejemplo: permite que tu hijo elija el almuerzo que desea llevar al colegio dentro de las dos o tres opciones saludables que le plantees ("¿Qué te apetece llevarte al cole de merienda: un plátano o un brick de leche?")

Preguntas de curiosidad

Las preguntas de curiosidad son una excelente herramienta para todo. Nos ayudan a entender mejor a nuestros hijos, a saber más cosas sobre ellos sin someterlos a un interrogatorio forzado, a conocer sus interés, sus gustos, sus habilidades... Preguntando también fomentamos su reflexión, análisis de la situación y toma de decisiones.

Por ejemplo: si nuestro hijo nos pregunta por la mañana, "mamá, ¿qué me pongo para ir al cole?", en lugar de darle la respuesta o buscarle nosotros el modelito, fomentemos que sean ellos quienes elijan su propia ropa con preguntas como "¿hoy te toca Educación Física? Si es así, ¿qué ropa consideras que es la más adecuada para hacer deporte?"; "Asómate por la ventana; ¿qué tiempo te parece que hace, y en consecuencia, ¿qué ropa crees que sería la más indicada?"...

Confía en tu hijo

Son muchas las decisiones cotidianas que los niños pueden tomar desde pequeños y que afectan a su día a día; desde la forma de vestir o el corte de pelo que más les gusta, hasta las actividades extraescolares que quieren hacer, el plan de ocio que más les apetece en ese momento o lo que desean comer, siempre dentro de las opciones que les demos.

Pero de nada sirve fomentar la toma de decisiones en los hijos si después vamos a criticar su elección ("¡esta ropa que has elegido no me gusta!, ¿por qué no te pones esta otra?") o a desconfiar de su criterio. El respeto, confianza y validación son clave para que esa toma de decisiones sea una experiencia positiva y enriquecedora para el niño.

Motivación y aliento

Cuando alentamos a nuestro hijo le estamos animando a actuar, a pensar, a explorar, a opinar por sí mismo, a autoevaluarse y a cambiar eso que ellos (y no otros) creen que pueden mejorar. También infundimos aliento cuando valoramos el esfuerzo que han realizado, en lugar de centrarnos en el resultado.

Cuando un niño se siente alentado por sus padres crece la confianza en sí mismo, así como su autoestima al sentirse válido y capaz, lo que a su vez repercute en que quiera seguir contribuyendo, opinando y tomando sus propias decisiones.

Enfoque en soluciones

A pesar de que los adultos cometemos errores con frecuencia, muchas veces nos cuesta aceptar que también los cometan los niños. Pero ellos, que precisamente están aprendiendo a desarrollar habilidades para enfrentarse a la vida e interiorizar las normas sociales, son quienes más necesitan de nuestro apoyo en esos momentos.

Y es que según cómo actuemos los padres y educadores, el error les enseñará dos lecciones completamente distintas:

- Si lo criticamos y nos quedamos anclados en lo sucedido, nuestros hijos se sentirán avergonzados y humillados. Esto provocará que en el futuro se nieguen a actuar de forma autónoma o a tomar cualquier decisión ("prefiero que otros hagan las cosas o decidan por mí y así no me equivocaré")

- Si enseñamos al niño a entender las consecuencias de sus actos y ser proactivo en la búsqueda de soluciones, estaremos educando en autonomía y autoconfianza, al tiempo que favorecemos el aprendizaje futuro y la toma de decisiones.

Juntas de familia

Las juntas o reuniones de familia son una de las muchas herramientas con las que cuenta la Disciplina Positiva para ayudarnos en la educación de nuestros hijos, afianzar nuestros vínculos y conseguir la armonía y el bienestar familiar que todos deseamos.

Este tipo de reuniones fomentan la participación de los niños y la toma de decisiones en el contexto familiar. En este artículo os hablamos con detalle de las Juntas de Familia y cómo pueden beneficiarnos.

Foto de portada | Ketut Subiyanto en Pexels 


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