Al enterarse la pareja que está esperando un bebé, junto con la felicidad viene implícita cierta preocupación ante el riesgo de aborto que existe en las primeras semanas de embarazo.
Se cree que uno de cada cinco embarazos acaba en aborto espontáneo y la mayoría se producen en el primer trimestre de gestación, cuando ocurre la división e implantación del óvulo fecundado y la formación de las primeras estructuras y órganos vitales en el bebé.
En cualquier caso, el riesgo de aborto no debe condicionar la felicidad de la pareja ni impedir que compartan el entusiasmo por su embarazo con familiares y amigos si es lo que desean.
Cuándo comunicar el embarazo
Desde luego, el momento de comunicar el embarazo es una decisión muy personal que la pareja debe tomar en conjunto.
Hay parejas que prefieren esperar a comunicar la noticia una vez superados los primeros tres meses, hasta asegurarse que todo va bien, mientras que otras se inclinan por contarlo ni bien se enteran que están embarazados.
Cuando una pareja comparte su felicidad en público por el hijo que esperan se suele pensar en la prudencia o imprudencia que han tenido según el momento en que lo comunican.
“Sólo está de pocas semanas". “Se ha apresurado demasiado a contarlo". “Todavía puede suceder cualquier cosa", son algunos de los desafortunados comentarios que se suelen hacer ante la noticia del embarazo, sin ningún tipo de sensibilidad hacia los demás.
Comunicarlo demasiado pronto trae aparejado el hecho de luego tener que dar explicaciones si algo va mal, en cambio comunicarlo una vez pasados los primeros meses, cuando el riesgo de que algo vaya mal disminuye, puede ser visto por los demás como una falta de confianza por no haberlo dicho antes.
En definitiva, comunicar la noticia del embarazo más que una cuestión de prudencia o imprudencia es una cuestión de sentimientos, formas de ser, la relación que tengáis con el entorno y la situación por la que esté pasando cada persona en su vida.
Factores relacionados con el riesgo de aborto en las primeras semanas de embarazo
Las causas de aborto son multifactoriales, en ocasiones incluso imposibles de identificar. Aún así hay factores tanto maternos como fetales, que pueden comprometer el seguimiento de la gestación.
Entre las causas maternas se encuentran: alteraciones uterinas, enfermedades sistémicas o infecciosas, trastornos endocrinos, inmunológicos, factores ambientales, estados de desnutrición, etc., mientras que entre las causas fetales se dan con mayor frecuencia anomalías congénitas del feto producidas por fallos cromosómicos en los primeros estadios de gestación, así también como anomalías genéticas no cromosómicas.
Si bien es imposible impedir que se produzca un aborto espontáneo, hay precauciones que puede tomar la embarazada, tanto antes como durante el embarazo, para reducir el riesgo de aborto en las primeras semanas de gestación. Por ejemplo, evitar el consumo de alcohol, drogas y tabaco, llevar una alimentación sana, mantener un peso saludable, evitar la exposición a rayos X, evitar situaciones de mucho estrés, no tomar medicamentos que no hayan sido prescritos por el médico y acudir a todos los controles prenatales.
Si se produjera una amenaza de aborto es muy importante seguir al pie de la letra las indicaciones médicas.
El riesgo de aborto en las primeras semanas de embarazo es un fantasma que siempre acecha, especialmente cuando has tenido un aborto anterior. Pero no permitáis que el fantasma os arruine el momento de dicha que supone saber que estás esperando un bebé.
Foto | Arwen Abendstern y eMaringolo en Flickr
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