Pérdidas de sangre en el embarazo: a qué se deben en cada trimestre

Pérdidas de sangre en el embarazo: a qué se deben en cada trimestre
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El sangrado en el embarazo es más normal de lo que podemos pensar. Una de cada cinco mujeres tiene alguna pérdida de sangre durante el embarazo, sin que este hecho cause problema alguno para el feto o para la madre. Sin embargo, como es lógico son motivo de gran preocupación y merecen siempre una consulta con el médico.

Muchas mujeres tienen pequeñas pérdidas, especialmente durante el primer trimestre, y esto no implica que vayan a sufrir un aborto o corra riesgo su bebé. Siempre que sean pérdidas leves, no de una pérdida grande que supone acudir urgentemente al hospital. Hablaremos entonces de las pérdidas de sangre durante el embarazo y a qué pueden deberse en cada trimestre.

Pérdidas de sangre en el primer trimestre de embarazo

Las pérdidas de sangre en el primer trimestre de embarazo son bastante frecuentes y tenerlas no significa la pérdida del embarazo.

Es importante que aprendas a reconocerlas, observar el color, la cantidad y si las pérdidas van acompañadas de dolor abdominal o algún otro síntoma.

Hay varios motivos por los que puede producirse una hemorragia vaginal leve o grave en este trimestre:

Sangrado de implantación

Muchas mujeres sufren un leve sangrado entre la cuarta y la sexta semana de embarazo cuando se produce la implantación del óvulo fecundado en las paredes del útero. Es lo que se conoce como sangrado de implantación y es frecuente confundirlo con la llegada de la menstruación.

Es una ligera pérdida de color amarronada o rosada que dura uno o dos días, a lo sumo tres, parecida a la que puedes tener cuando comienza o acaba tu menstruación. No va acompañada de dolor.

Aborto natural o espontáneo

El aborto espontáneo provoca pérdidas de sangre más abundantes (como una menstruación) y normalmente acompañadas de cólicos abdominales. Si sufres hemorragia vaginal el médico hará una exploración para controlar la apertura del cuello uterino y una ecografía para comprobar que el embrión esté dentro del útero y tenga latidos. Si todo va bien, seguramente te indicará reposo hasta que la hemorragia desaparezca.

Es muy decepcionante sufrir un aborto espontáneo, pero si sirve de consuelo es mucho más frecuente de lo que creemos. Se cree que la mitad de las concepciones acaban en aborto espontáneo, algunas sin que lleguemos a saberlo. La respuesta a por qué se produce un aborto espontáneo es muy compleja. Las causas pueden ser una combinación de múltiples factores, pero la mayoría de las veces se debe a fallos genéticos en los primeros estadios de la formación del embrión.

Embarazo ectópico

Si las pérdidas vaginales son escasas pero el dolor intenso, puede ser uno de los síntomas de embarazo ectópico o embarazo extrauterino, el cual ocurre cuando el embrión se implanta fuera del útero, normalmente en la trompa de Falopio, y tiene muy pocas posibilidades de llegar a término.

Las pérdidas suelen ser ligeras y de color pardo (salvo si llega a romperse la trompa de Falopio que son abundantes) y pueden aparecer varios días o semanas antes de que aparezcan los dolores.

Embarazo molar

El embarazo molar es muy poco frecuente pero uno de sus síntomas es el sangrado vaginal. Puede haber hemorragia o pérdidas intermitentes de color parduzco acompañadas de un crecimiento excesivo del útero que no corresponde a las semanas de gestación.

El embarazo molar es el resultado de una fecundación anormal del óvulo que produce un crecimiento deforme del tejido embrionario (mola hidatiforme). En ningún caso logra sobrevivir produciéndose un aborto espontáneo acompañado de hemorragias de color oscuro y acuoso, aunque generalmente no se acompaña de dolor.

Hematoma uterino

Un hematoma dentro del útero también puede ser causa de sangrado. Es una acumulación de sangre en el interior de la cavidad endometrial, algo común en las mujeres durante las primeras semanas de embarazo. El sangrado es abundante (como si fuera una regla) pero no suele acompañarse de dolores abdominales. La mayoría de las veces, haciendo reposo el hematoma se reabsorbe y las pérdidas desaparecen.

Por su parte, las infecciones maternas, como la candidiasis o las infecciones de transmisión sexual, aunque no tienen que ver con el embarazo en sí, también pueden provocar pérdidas de sangre en los primeros meses. Asimismo, puedes notar una pequeña pérdida o un flujo rosado o amarronado tras mantener relaciones sexuales.

Pérdidas de sangre en el segundo y tercer trimestre de embarazo

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Una de cada 10 mujeres tiene algún sangrado vaginal en la segunda parte del embarazo. Consulta con tu ginecólogo si observas un sangrado, y presta atención a la cantidad, duración y aspecto (si es rojo oscuro o brillante), así como otros posibles síntomas como dolor abdominal, vómitos, desmayos, etc.

El sangrado en el segundo y tercer trimestre pueden presentarse por diversos motivos, como por ejemplo:

Tras mantener relaciones sexuales

Como mencionábamos antes, tras mantener relaciones sexuales con penetración puede que notes una leve pérdida de sangre. Es debido al roce que se produce en las paredes vaginales, y que, debido a la congestión de los tejidos propia del embarazo, provoca una pequeña rotura de los vasos sanguíneos.

Estas pérdidas no son peligrosas, ni implica ningún peligro para el bebé. Se producen de forma puntual y desaparecen a las pocas horas. De no ser así, consulta con tu médico.

Tras una exploración médica

Por el mismo motivo, la congestión de las paredes vaginal, es posible que tras una exploración ginecológica observes un leve sangrado vaginal.

Hematoma placentario

La rotura del algún vaso sanguíneo puede producir una acumulación de sangre en alguna parte de la placenta, formando un hematoma. Según la zona de la placenta donde se ubique, será:

  • Hematoma retrocorial o retroplacentario: detrás de la placenta y no toca el saco gestacional. Más frecuente en el primer trimestre.

  • Hematoma subcoriónico: entre la placenta y el endometrio. Suelen aparecer en el segundo trimestre.

  • Hematoma subamniótico o retroamniótico: la acumulación de sangre no afecta a la inserción de la placenta. Son los menos frecuentes.

Enfermedades o infecciones de la vagina o el cuello uterino

Es importante que consultes al médico si observas un sangrado vaginal, ya que también podría deberse a alguna anomalía en el cuello uterino. De ser así, cualquier infección o enfermedad debe ser tratada para evitar complicaciones durante el embarazo o el parto.

Desprendimiento de placenta

Una de las causas graves de pérdidas de sangre al final del embarazo es el desprendimiento prematuro de placenta, que ocurre cuando hay desprendimientos parciales o totales de la placenta antes de dar a luz.

Los síntomas más frecuentes son dolor, endurecimiento abdominal, sangrado vaginal de color oscuro y dolor de espalda.

Placenta previa

Cuando la placenta se implanta en la parte baja del útero y cubre completa o parcialmente la abertura del cuello uterino, se la llama placenta previa.

El síntoma que hace sospechar de la presencia de placenta previa es una hemorragia sin dolor ni otros síntomas hacia la segunda mitad del embarazo.

En caso de sangrado, se debe acudir inmediatamente al médico quien si diagnostica placenta previa indicará reposo, evitar las relaciones sexuales y cualquier tipo de esfuerzo.

Comienza el trabajo de parto

Una pequeña cantidad de sangre mezclada con flujo vaginal puede ser señal de que ha comenzado el trabajo de parto. Se debe a que el cuello del útero comienza a dilatarse preparándose para el nacimiento del bebé.

Fotos | Pexels (freestocks.org)

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