La concepción es un proceso extremadamente complejo en el que cada mecanismo desde la ovulación, pasando por la fecundación, la división y la implantación del embrión, tiene que darse a la perfección. Si alguno de ellos falla, lo más probable es que el embarazo no prospere.
Se cree que en uno de cada cinco embarazos se produce alguna anomalía durante este complejo proceso, acabando en un aborto natural o aborto espontáneo. Hay algunos síntomas que suelen estar relacionados a la interrupción del embarazo, señales que pueden indicar una amenaza de aborto.
Pérdidas de sangre
Usualmente, el principal síntoma de aborto espontáneo son las pérdidas de sangre o hemorragia vaginal. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas mujeres sufren pérdidas de sangre y no siempre se debe a una amenaza de aborto.
Las pérdidas de sangre pueden deberse a la aparición de un hematoma intrauterino, una de las causas más frecuentes de sangrado en el primer trimestre, o al sangrado de implantación, una leve pérdida de color rosado u oscuro que se produce cuando el embrión se implanta en el útero materno.
El sangrado vaginal también puede ser síntoma de embarazo ectópico, una de las clases de aborto espontáneo. Es una gestación que se produce fuera del útero, que por supuesto no prospera. Se pueden presentar pérdidas vaginales de color pardo o ligeras hemorragias varios días o semanas antes que los dolores, aunque estas pérdidas no se darán si no hay rotura de la trompa. Los dolores son muy intensos, con sensibilidad extrema, sobre todo en uno de los lados en la parte inferior del abdomen.
Otra variante de aborto natural o espontáneo es el embarazo anembrionario o embarazo con huevo vacío. Es el producto de un óvulo fertilizado que se implanta en el útero, se desarrolla el saco gestacional normalmente, pero no hay embrión. Naturalmente, el embarazo no prospera y también se producen pérdidas de sangre.
Pérdidas intermitentes de color parduzco o una hemorragia vaginal pueden ser síntoma de embarazo molar, otra variante de aborto natural, resultado de una fecundación anormal del óvulo que produce un crecimiento deforme de la placenta.
Hay que considerarlo como una señal de alarma si las pérdidas tienen las siguientes características:
Si el sangrado vaginal es más fuerte que el sangrado propio de un período normal.
Si el sangrado vaginal sobrepasa una almohadilla gruesa, o más de una almohadilla en el plazo de una hora.
Si el sangrado está acompañado de coágulos.
En caso de producirse pérdidas de sangre durante el primer trimestre de embarazo, hay que acudir inmediatamente al médico para que valore la situación. Una metrorragia (hemorragia vaginal no procedente del ciclo menstrual) en el primer trimestre de gestación es una amenaza de aborto hasta que no se demuestre lo contrario.
Dolor abdominal
No siempre el sangrado es acompañado de dolor. Por regla general, ocurre primero el sangrado y luego aparece un dolor abdominal intenso. Sin embargo, hay ocasiones en que pueden producirse cólicos sin sangrado, como en el caso del embarazo ectópico.
El dolor abdominal puede presentarse en forma de cólicos constantes o intermitentes, en forma de retortijones. Suele producirse un dolor en la parte baja de la espalda, parecido al dolor que produce la menstruación pero más fuerte.
¿Cómo diferenciar los dolores del comienzo del embarazo de un síntoma de aborto espontáneo? En las primeras semanas de gestación es normal sentir calambres leves o cierta sensación de tirantez abdominal. En cambio, cuando se produce un aborto espontáneo los calambres son más intensos y constantes.
Ecografía con ausencia de actividad embrionaria
La ecografía es uno de los medios de diagnóstico que se utilizan en caso de amenaza de aborto. Cuando se produce una pérdida de sangre o hay dolor abdominal agudo, el médico realiza una ecografía para controlar la actividad embrionaria, detectar los latidos cardiacos fetales y comprobar que el tamaño del feto se corresponde con la edad gestacional.
Algunos abortos se detectan en los controles prenatales de rutina, sin que se haya manifestado aún ningún síntoma. Al realizar la ecografía se percibe que se ha detenido el desarrollo fetal y que no hay latido cardíaco. En caso de aborto diferido o retenido la muerte fetal ocurre semanas antes de que aparezcan síntomas como sangrado o cólicos.
Junto con la ecografía, el médico podrá realizar una exploración vaginal para determinar si el cuello del útero está dilatado, señal de que puede malograrse el embarazo.
Desaparición de síntomas de embarazo
Una de las señales que pueden indicar la interrupción del embarazo es la no persistencia de los síntomas de embarazo.
En caso de amenaza de aborto, se realiza un análisis de sangre para determinar los niveles de beta GCH cuantitativa.
Al descender el nivel de la hormona gonadotropina coriónica humana en sangre, los síntomas producidos por ésta como naúseas, sensibilidad en los pechos, cansancio excesivo, entre otros, tienden a desaparecer. Incluso si se repite el test de embarazo podría dar negativo.
La disminución del tamaño de la tripa, al detenerse el desarrollo del útero, también puede ser síntoma de un posible aborto espontáneo.
En caso de padecer alguno de esto síntomas, así como fiebre alta (más de 38º), taquicardia o pérdida de conciencia, es necesario acudir inmediatamente al médico. El evaluará el estado del embarazo y determinará los pasos a seguir en cada caso.
Estas son las señales de alarma que podrían indicar que se está ha producido o se está produciendo la interrupción del embarazo. El aborto natural o espontáneo es más frecuente de lo que pensamos, pero no por ello es menos doloroso para la pareja.
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