En la actualidad, el Síndrome del Espectro Autista es la discapacidad infantil de mayor prevalencia, más que el síndrome de Down, el cáncer infantil y la diabetes juntos. Es por ello que los investigadores trabajan para buscar causas que ayuden a prevenirlo, si es que es posible.
Uno de los más importantes estudios realizado sobre el tema con 2 millones de personas en Suecia relaciona las infecciones en el embarazo con un mayor riesgo de autismo. Los científicos han concluido que tener una infección durante el embarazo aumenta el riesgo de tener un niño con autismo en un 37 por ciento.
No es la primera vez que se habla de la gestación vinculada con el trastorno. Ya se habían hallado pruebas de que el autismo podría originarse en el embarazo durante la formación del cerebro, debido a un desarrollo interrumpido en las capas externas.
Este gran estudio realizado en Dinamarca encontró que 903 personas con autismo y 61.642 personas sin el trastorno nacieron de mujeres que fueron hospitalizados con una infección durante el embarazo, independientemente de si la infección era bacteriana, viral o causadas por otros patógenos desconocidos. Esto se traduce en un aumento del riesgo de tener un hijo con autismo 37 por ciento.
Aún así, según Alan Brown, autor del estudio y profesor de psiquiatría y epidemiología de la Universidad de Columbia en Nueva York, “estos casos sólo representan -probablemente- infecciones muy graves, por lo que podrían no ser generalizables a todas las infecciones en toda la población“.
No especifican de qué forma podrían afectar las infecciones al cerebro del bebé en formación durante el embarazo. Es apenas una primera pincelada, pero significa un punto de partida que permitiría profundizar aún más en el estudio del origen del autismo.
Vía | Autismo Diario
Foto | Thinkstock
Más información | Publimed
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