Como complemento a la curiosa recopilación de antojos durante el embarazo, hoy os proponemos un paseo por el lado contrario de los gustos y apetencias. Porque nos encantaría saber qué es aquello que te producía aversión durante el embarazo, hasta el punto de que no soportabas ni el olor.
Comidas, bebidas, olores corporales, productos cosméticos, de limpieza… seguro que tenéis ejemplos variados de aquello que no podíais ni oler cuando estabais embarazadas.
Probablemente esos olores se asocian a las náuseas, pero no tiene por qué. Simplemente, de un día para otro, tienes que cambiar aquel suavizante para el pelo que tanto te gustaba. O dejar de comer cordero, calamares o naranjas. Y hasta cambiar la forma de hacer la colada, porque ahora no soportas el olor de la ropa.
En mi caso he de decir que en mi segundo embarazo el listado ha sido menor (aunque las náuseas, por contra, mayores), pero del primer embarazo sí que recuerdo aquello que no podía ni oler (o probar), al menos durante unos meses: la naranja y el suavizante de la colada.
Lo de la naranja tal vez tenga su explicación: tras un fin de semana fuera de casa, unas pieles de naranja se habían quedado y estaban medio descompuestas con un fuerte olor a la vuelta. No pude volver a acercarme a las naranjas, por muy sanas y frescas que estuvieran, ni en zumo. Tal vez sea también que mi cuerpo las rechazaba para evitar problemas de acidez, yo qué sé.
Para lo del suavizante de la ropa no encuentro explicación, pero al principio tenía que alejar las sábanas de la cara para no oler… Hasta que cambiamos de marca, de fragancia y unos meses después ya no estaba tan sensible.
También me producía aversión el olor a tabaco (una estupenda ayuda para dejar de fumar por completo) y a café (hace años que no tomo, pero su olor normalmente me resulta agradable). El olor a “fritanga” también me producía rechazo.
Curiosamente, como digo, en mi segundo embarazo no se repitieron estas aversiones (sin embargo tuve más náuseas), aunque sí recuerdo una de mis colonias que tuve que dejar para unos meses después.
¿Qué es aquello que no podías ni oler durante el embarazo? ¿Te afectó mucho? ¿Queda algo de aquella aversión tras haber dado a luz? Nos gustaría saber cuáles han sido vuestras experiencias, a ver si nos sorprendéis con nuevos datos, como ese afán por los encurtidos que desarrollan misteriosamente muchas embarazadas…
Fotos | kaakati, jlastras e Idhren en Flickr
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