El embarazo es una etapa vital especialmente delicada ya que no solo hablamos de la salud de la madre sino también de la del feto. También porque, por las características fisiológicas de la embarazada, esta es más propensa a padecer determinadas molestias y enfermedades, disminuyen las defensas...
Hoy os hablamos de las infecciones más frecuentes durante el embarazo, de dónde provienen los distintos tipos de riesgos y cuáles son las medidas de prevención más efectivas. Pues, aunque la mayoría de patologías no son peligrosas, nadie desea sufrir estas infecciones y menos si estamos embarazadas.
Se trata de un documento elaborado por el Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva que encontramos en la web de la Organización Panamericana de la Salud y que resume en una tabla las medidas universales para prevenir esas infecciones que ponen en riesgo la salud de la madre y el feto.
Algunas de estas recomendaciones contra infecciones (toxoplasmosis, sífilis, hepatitis, vaginitis, gripe...) podremos saltárnoslas (por ejemplo si no tenemos gatos o no tomamos drogas) pero la mayoría son comunes, de modo que atentas a los consejos.
Contacto con adultos
Síntomas respiratorios o similares a la gripe. La gripe en el embarazo puede tener complicaciones, sobre todo en el segundo o tercer trimestre. Las medidas preventivas son: evitar contacto cercano o íntimo con adultos con enfermedades transmisibles, fiebre o síntomas de gripe (agudos o recientes). Lavarse las manos con frecuencia y usar alcohol gel después de dar la mano a otra persona para saludar y antes de comer. Evitar compartir utensilios de alimentación o beber del mismo recipiente. Consultar sobre la necesidad de vacunación.
Contacto sexual. Mantener relaciones sexuales en forma segura para prevenir enfermedades infecciosas. Si existe riesgo de infección, conviene seguir las siguientes recomendaciones: los espermicidas vaginales que contienen nonoxinol 9 (N-9) no son eficaces al prevenir las enfermedades infecciosas. Utilizar condones masculinos de látex sistemática y correctamente, manejándolos con cuidado y usándolos solo una vez. Evitar practicar sexo sin protección con una pareja que tenga una infección de transmisión sexual conocida (sifilis, herpes genital, VIH, hepatitis, etc.).
Contacto sanguíneo. Si la mujer piensa hacerse un tatuaje o un “piercing”, ha de tener en cuenta que los instrumentos pueden estar contaminados con sangre de otra persona. No inyectarse drogas, abandonar las drogas inyectables (y pedir ayuda para el tratamiento, ya que las drogas duras tienen efectos muy perniciosos para el feto).
Contacto con niños
- Síntomas respiratorios o similares a la gripe o contacto y prácticas de cuidado con menores de tres años. Llevar a cabo el lavado manual cuidadoso con agua corriente y jabón durante 15 a 20 segundos; aplicarse alcohol gel en las manos después de: la exposición a líquidos físicos y cambiar los pañales de un niño; bañar a su hijo en la bañera (riesgo de contacto con su orina); manejar ropa sucia; tocar juguetes y otros objetos usados por niños. Usar guantes de látex que dan protección adicional durante cambios del pañal, el baño o cuando se maneja ropa sucia. Evitar contacto cercano o íntimo con niños como besar en la boca o mejilla (béselos en la cabeza o abrácelos), compartir la cama, compartir toallas. Evitar contacto con la saliva de los bebés al alimentarlos (no compartir o degustar los alimentos con los mismos utensilios como cucharas, tenedores y no beber del mismo envase).
Alimentos y agua
- Consumo, manipulación y procesamiento. Durante el embarazo hay que cuidar por la seguridad alimentaria más que nunca. Hay que evitar el consumo crudo o poco cocido de cualquier tipo de carne (y de pescado). Hay que recalentar hasta que echen vapor las carnes precocidas (salchichas, embutidos...), esto evitará la toxoplasmosis. Controlar las garantías de higiene y fecha de vencimiento en productos refrigerados y alimentos frescos para comer (carnes frías, hotdogs, patés y ensaladas). No comer los productos lácteos sin pasteurizar (incluidos los quesos blandos). Patés, carnes de untar y ahumados marinos solo se pueden comer si están enlatados. Hay que lavar y pelar muy bien las frutas y verduras crudas para evitar contaminación con tierra. Lavarse las manos, los cuchillos y las tablas de cortar después de manipular los alimentos o sus fluidos crudos. Lavarse muy bien las manos después de manejar carne cruda. Evitar agua sin tratar o no filtrada.
Riesgos ambientales
Suelo y manipulación de heces de animales. Usar guantes cuando se trabaje con tierra. Evitar manejar las deposiciones de gatos y si lo hace, que sea usando guantes y lavándose las manos inmediatamente. Si fuera posible, conviene mantener a los gatos dentro de la casa durante el embarazo y no darles de comer carne cruda. Evitar los lugares de juego con arena (los gatos defecan en ellos). Si tenemos gatos, higienizar cada día el lugar donde defecan.
Protección de insectos. Si se vive en un área de la malaria endémica, hay que cubrir siempre la cama con mosquiteros tratados con insecticida.
Riesgos laborales
- Guarderías infantiles e instituciones de salud. Evitar trabajar con niños menores de tres años que requieran manipular pañales. Si se trabaja en un servicio de salud, hay que tomar precauciones de usando métodos de barrera (guantes...) y manipular con seguridad sangre, agujas y otros objetos punzantes o cortantes.
Como vemos, todas las mujeres se pueden ver expuestas en mayor o menor grado a uno u otro riesgo de infecciones durante el embarazo. En la medida de lo posible, hamos de intentar seguir las recomendaciones para prevenirlas y mantenernos a salvo, pues aunque las más comunes se resuelven sin complicación, en ocasiones podrían suponer un riesgo para el buen término del embarazo. Por tanto, si sospechas que podrías sufrir algún proceso infeccioso, acude al médico.
Fotos | iStock
Vía | PAHO
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