Las cifras de obesidad infantil se han multiplicado por 10 en los últimos años. La prevención de este problema tendría que comenzar durante el embarazo o incluso antes, teniendo en cuenta dado que las mujeres con obesidad a menudo dan a luz bebés con demasiada grasa y con mayor riesgo de ser obesos durante la infancia y la adolescencia, y a desarrollar diabetes tipo 2, entre otros problemas para la salud.
Así lo explican los investigadores del estudio DALI (Vitamin D and Lifestyle Intervention for Gestational Diabetes Prevention), que ha demostrado que los bebés de embarazadas con sobrepeso que pasan menos tiempo sentadas tienen menos grasa al nacer que los de mujeres que no se mueven.
Un estudio internacional
DALI, liderado en España por Rosa Corcoy, jefa de grupo del CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina) y directora de la Unidad de Diabetes del Hospital Sant Pau (Barcelona), aborda dos ensayos clínicos en once países europeos diferentes para encontrar estrategias de prevención de la diabetes gestacional.
En uno de estos ensayos sobre modificación del estilo de vida, las embarazadas con obesidad participantes se incorporaron a un programa para mejorar la actividad física, la alimentación saludable o una combinación de ambas. Los resultados se compararon con un grupo control.
Según explica la Dra. Corcoy:
“Al medir la grasa subcutánea (pliegue cutáneo) de los bebés de las mujeres que participaron en el estudio unas horas después del nacimiento vimos que las participantes que recibieron asesoramiento tanto en actividad física como en alimentación saludable consiguieron ganar menos peso, aumentar su actividad física, mejorar sus hábitos alimentarios y también reducir el tiempo que pasaban sentadas. Pero lo más importante es que sus bebés tenían menos grasa al nacer que los bebés de las mujeres que no participaron en la intervención sobre el estilo de vida”.
Una vez finalizado el ensayo, se hizo un análisis más detallado de qué aspecto del estilo de vida estaba relacionado con la reducción de la adiposidad de los bebés y no se encontró ninguna relación con el aumento de actividad física o menor aumento de peso, sino con la reducción del tiempo que las madres pasaban sentadas.
“Gracias a este estudio pudimos demostrar que las mujeres obesas pueden reducir la grasa de sus bebés cambiando su estilo de vida durante el embarazo”, concluye la investigadora. Y apunta a que las recomendaciones de estilo de vida saludable para gestantes obesas deberían incluir la importancia que tiene reducir el tiempo que pasan sentadas.
Vía | CIBER ISCIII
Fotos | iStock
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