Desde el primer aliento cuando nacemos, respirar es un proceso fundamental en nuestra vida y aunque lo hagamos de manera refleja por la necesidad de incorporar a nuestro organismo oxígeno, también podemos aprovechar la respiración para sentirnos mejor. Y es que, desde la infancia, a cualquier edad, en cualquier momento vital, cerrar los ojos y hacer respiraciones profundas es un gran método para lograr relajar cuerpo y mente.
En reposo, respiramos unas 30.000 veces cada día, pero vamos a proponeros cómo transformar parte de esa respiración para que nos aporte beneficios en el embarazo, en el parto y en el postparto. Para ello necesitamos hacer una respiración consciente, un ejercicio de centrar la atención en nuestra inspiración y exhalación. Así de sencillo, así de relajante, ¡y con resultados fabulosos!
Cuando respiramos conscientemente sentimos cómo se produce la respiración. Puede ser larga o corta, profunda o superficial y cuanto más alarguemos este tipo de respiración, esta se irá transformando haciéndose más natural, más lenta, llenándonos de energía, tal vez desterrando pensamientos negativos o preocupantes y con la sensación de que se unen cuerpo y mente. ¿Cómo aprovechar esto durante el embarazo, parto y postparto?
Respiración en el embarazo
Durante el embarazo suceden muchos miedos, temores, inseguridades... y como el mundo no se detienen porque estemos esperando un bebé, el ritmo de la vida diaria unido a lo anterior puede provocar estrés y ansiedad. De hecho, una de cada cuatro embarazadas padecerá ansiedad o depresión. Por ello es importante mantener el estrés a raya, para evitarnos problemas de salud a nosotras y a nuestros bebés, conseguir descansar mejor...
Hay estudios que señalan que el estrés en el embarazo afecta al bebé (las hormonas del estrés atraviesan la placenta), y lo hace de manera muy diversa, por lo que la respiración consciente, inspirando y exhalando lentamente el aire, en una posición cómoda, con poca luz, sin ruidos... solo puede aportaron beneficios.
Una buena técnica de respiración la podemos practicar en cualquier momento del día en que estemos tranquilas, haciendo nuestros ejercicios de relajación en casa...
También es importante una buena respiración a la hora de practicar ejercicio. Sabemos que realizar ejercicio moderado y habitual durante el embarazo es bueno para la madre y para el bebé, reduce los niveles de estrés y proporciona un importante bienestar físico y mental, pero hay que hacerlo bien, sin forzar la máquina. Ejercicios como yoga o el método pilates trabajan la respiración y en ese sentido tienen un plus a la hora de beneficiarnos de la respiración consciente.
Respiración en el parto
En el momento del parto, la respiración puede ayudar a activar sustancias y sistemas que funcionan sobre el organismo a modo de analgesia y que contrarrestan el dolor. El parto es un proceso natural pero físicamente agotador y mentalmente extenuante, por lo que nos podemos ayudar de una buena respiración para mejorar tanto el estado físico, que nos duela menos y estar más fuertes, como el estado mental.
Respirando logramos una buena oxigenación para la madre y para el bebé. Si la mujer durante la dilatación se centra en la respiración, conseguirá tranquilizar la mente, abstraerse de lo superficial y tal vez vivir el parto de una manera más plena y consciente ya que las contracciones dolerán menos.
Mediante las respiraciones durante las contracciones se mejora el trabajo de los músculos abdominales, por lo que mejor la percepción dolorosa y alivia la presión que sufren los órganos internos y la columna vertebral durante el parto, disminuyendo la fatiga y mejorando la relajación.
El método Bradley para controlar el dolor en el parto, por ejemplo, y junto a otros consejos, hace hincapié en las técnicas de relajación y respiración profunda como formas de afrontar el dolor en el parto.
Existen varios tipos de respiraciones (abdominal, torácica, clavicular), lo ideal es que cada mujer haya integrado y normalizado una de ellas (por eso, mejor practicarlas durante el embarazo) y sobre todo la respiración abdominal va a ser la mejor para manejar el dolor en el parto ya que enviamos el aire a los músculos uterinos que están tensos y sin oxígeno en las contracciones (por eso duelen).
Entre contracción y contracción el dolor cesa, dando tiempo a la mujer para llevar de nuevo oxígeno al músculo uterino y relajarlo a través de la respiración profunda, y así poder sobrellevar mejor la siguiente contracción. La respiración es una de las técnicas que te pueden ayudar a relajarte durante el parto, un método natural que disminuye el dolor: ¡no la olvides!
Respiración en el postparto
Cuando llega el bebé, no todo va a se tranquilidad. Surgen nuevos temores y dudas, no descansamos todo lo que desearíamos, hay contratiempos... y en definitiva necesitamos relajarnos en la medida de lo posible. Cuando pensamos que no podemos más, la respiración nos puede ayudar, del mismo modo que en el embarazo, para lograr cierta tranquilidad y "coger fuerzas" para seguir adelante.
En el postparto, marcado por el vaivén hormonal, respirar con inspiraciones y espiraciones suaves, largas y profundas, también mejoraremos las dolencias físicas y ayudará a superar las inseguridades. De paso, transmitiremos tranquilidad al bebé, que nos necesita cerca y en la mejor forma posible, física y mental.
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