Hace cinco meses os dimos una noticia muy bonita, maravillosa, ilusionante, al explicar que habían nacido en Costa Rica los primeros sextillizos de la historia del país. Desde ese día, desde que ese hito sucediera, hemos ido siguiendo con tristeza el devenir de los seis bebés.
Por desgracia, cuatro de ellos no pudieron superar las primeras semanas y solo dos pudieron seguir tratando de sobrevivir, Gabriel y Valentina, que han vivido unos meses más. Pero hace dos semanas Gabriel dijo que no podía luchar más y también se fue. Ahora solo queda Valentina y, ante tal situación, el debate sobre los métodos de reproducción asistida está servido.
Cómo se gestaron los sextillizos de Costa Rica
Cuando conocimos la historia todos pensamos que se trataba de una fecundación in vitro, cuando varios óvulos son fecundados en un laboratorio para luego ser implantados en la mujer, pero no fue eso lo que sucedió, sino que fueron fruto de un tratamiento de inseminación artificial.
La pareja llevaba diez años casada y tuvieron un bebé que murió al nacer. Decidieron entonces optar por pedir ayuda profesional y ésta llegó mediante el primer método que se intenta después de ver que de manera natural no se consigue un embarazo, y antes de uno más caro y controlado como la fecundación in vitro.
En qué consiste la fecundación in vitro
El método de la fecundación in vitro consiste en, como hemos explicado, extraer óvulos de la mujer y fecundarlos con el esperma del hombre. Una vez quedan fecundados, una vez las células empiezan a replicarse y hablamos de embrión, se transfieren al útero de la mujer para que se produzca la gestación.
La ley española permite que se transfieran un máximo de tres óvulos para que, como mucho, se gesten trillizos, pero las clínicas suelen limitarse a dos.
Ciñéndonos a estos datos, en caso de que se hubiera seguido este método, unos gemelos o trillizos habrían tenido más probabilidad de superviviencia.
En qué consiste la inseminación artificial
La inseminación artificial es más difícil de controlar porque el método es más "bruto", más natural. Consiste en realizar una estimulación ovárica para que en el momento de la ovulación haya más de un óvulo fecundable. Además, el esperma se inserta de manera mecánica directamente en la vagina, para que la probabilidad de embarazo sea mayor.
En este caso, lo que suele hacerse como medida de control es no realizar el procedimiento si se observa que se han estimulado más folículos de los recomendables y se corre el riesgo de que haya muchos óvulos. Es muy posible que fuera esto lo que pasó en el caso de los sextillizos y que no se detuviera el procedimiento ante el riesgo de que se gestaran muchos bebés.
La última medida de control: el aborto selectivo
Cuando por alguno de los métodos de reproducción asistida se produce un embarazo múltiple los padres tienen la opción de realizar un aborto selectivo. Esto consiste en abortar uno o más de los fetos para gestar solo el número de bebés que en realidad se desea.
Normalmente se aborta solo uno, pero en ocasiones, cuando el embarazo es de muchos bebés, pueden llegar a abortarse dos o tres fetos, para quedarse con solo uno o dos. Personalmente es algo que nunca haría, y lo comenté hace unos años, porque me vería incapaz de escoger, de ser yo quien le dijera que no a uno de mis bebés, pero es una opción para disminuir riesgos.
Quizás fue esto también lo que sucedió en el caso de los sextillizos de Costa Rica: imagino que les comentaron la posibilidad de abortar a alguno de los bebés para dar más probabilidades de vivir al resto, y que los padres fueron incapaces de hacerlo.
En definitiva...
No sabemos qué sucedió exactamente, y si elucubramos es solo porque el final es muy triste, y de igual modo que nos alegró el inicio de la vida de estos bebés, nos apena lo ocurrido y hace pensar hasta qué punto vale la pena pasar por lo que ellos pasaron, si la alegría se tornó en pocos días en pena. Y Gabriel vivió unos meses más, pero nunca salió del hospital.
¿Qué opináis? Yo creo que el error fue en el procedimiento, que no deberían haber realizado la inseminación si había tanto riesgo de un embarazo tan numeroso y peligroso. Una vez cometido este error, la decisión que tomaron los padres de no abortar a ningún bebé es totalmente entendible: yo habría hecho lo mismo, aferrarse a la esperanza y esperar que todo acabara bien.
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