Adictas al test de embarazo: buscando la segunda línea desesperadamente

Esperar esos dos minutos después de hacer pipí con el corazón en un puño buscando esa rayita que te cambiará la vida se ha convertido en algo adictivo para algunas mujeres, que llegan a hacerse hasta 10 test de embarazo al día.

El movimiento se llama "pee-on-a-stick-addicts" o POAS (algo así como adictas a hacer pipí en un palito) y tienen sus propias web, cuentas en redes sociales y canales de youtube donde se graban a sí mismas haciéndose los test y compartiendo el resultado. ¿Te has sentido alguna vez tentada de entrar en este grupo?

10 test de embarazo en un día

Seguramente el momento en el que te enteras que vas a ser madre (sobre todo de tu primer hijo) es uno de esos que nunca olvidas. De hecho, aunque no sea lo más higiénico del mundo, muchas conservamos el test de embarazo junto a ecografías, la pulsera del hospital y otros recuerdos preciados del bebé.

La mayoría nos realizamos tal vez una segunda prueba para confirmar, después pedimos cita con el ginecólogo y ahí se acaba nuestra relación con los test de embarazo. Sin embargo, para algunas mujeres, sobre todo si están teniendo problemas para conseguir el embarazo o han tenido abortos anteriores, puede convertirse en una verdadera obsesión, hasta el punto de considerar normal hacerse diez pruebas en un mismo día.

Adictas a los test de embarazo

Corrine Hounslow es una británica mamá de tres hijos que se convirtió en POAS cuando se hizo su primer test de embarazo a los 19 años. Su adicción a los test de embarazo se acrecentó con la búsqueda de su segundo hijo:

"Me obsesioné con controlar mi fertilidad con tests de ovulación y después múltiples test de embarazo, esperando conseguir un resultado positivo. Cuando era hora de hacer la prueba, saltaba de la cama y corría al baño. Es difícil describir la emoción que se siente al hacerte la prueba de embarazo, pero para mí era como el día de Navidad, una combinación de emoción, nervios, adrenalina y esperanza".

Para cuando se quedó embarazada de su segundo hijo, Corrine ya se había hecho más de 400 test de embarazo (unos 600 euros de coste).

Podrían ser miles

Un estudio de la web ChannelMum.com reveló que las "adictas a hacer pipí en un palito" podrían ser miles. De hecho, en una encuesta que realizaron entre 1.435 mujeres se reveló que el 62% habrían seguido realizándose test de embarazo después de confirmar que esperaban un hijo por confirmar que seguían estando embarazadas.

Además, este estudio reveló que el 7% de las POAS se hacen 10 pruebas al día y una de cada 20, 16 test o más. La directora de la web comenta: "Es más normal de lo que parece engancharse a esto porque ver la señal positiva en el palito nos sirve para calmar los nervios sobre el embarazo. Sin embargo, es importante no caer en controlarnos continuamente porque es caro e innecesario. Si necesitas hacerte más de cinco test al día para comprobar si sigues estando embarazada yo recomendaría acudir a un especialista que te ayude a controlar la ansiedad".

También para confirmar

Pero la obsesión de las POAS no acaba cuando obtienen su ansiado positivo. Una vez que están embarazadas siguen haciéndose test una y otra vez bajo la creencia de que si las líneas aparecen fuertes es que el embarazo va bien, pero si el color se debilita podría significar aborto.

El miedo a perder algo que ansiamos de forma tan intensa es totalmente comprensible, pero pasarse el día confirmando "que sigo estando embarazada" realmente no ayuda. Una vez que nuestra prueba casera sale positiva lo único que hay que pedir cita con el médico (tomar ácido fólico si es que no lo estabas haciendo ya) y cuidarse hasta que se confirme que el embarazo va para adelante. Convertirnos en adictas a los test de embarazo no nos garantiza el éxito a la hora de ser madres.

Vía Cafemom

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