Tratamientos de baja estimulación: una técnica de fertilidad con menos carga hormonal pero con las mismas probabilidades de éxito

Solo en España, se calcula que la infertilidad afecta a una de cada seis  parejas. Las causas son variadas, aunque el retraso en la edad en la que las mujeres deciden ser madres es una de las principales.

Ya sea derivado de problemas de fertilidad en la pareja, como por la creciente demanda de maternidad en solitario o maternidad entre parejas homosexuales, la realidad es que cada vez más mujeres están recurriendo a técnicas de reproducción asistida para ver cumplido su sueño de ser madres.

Aunque la técnica elegida va a depender de múltiples variables, es interesante saber que además de los tratamientos convencionales existe una alternativa de baja estimulación que ofrece las mismas posibilidades que una Fecundación in Vitro (FIV) o una Inseminación Artificial (IA), pero reduciendo al máximo su impacto.

Con motivo del Día Mundial de la Fertilidad que se conmemora hoy, el doctor Alfonso Bermejo, director médico de miniFIV (centro de reproducción asistida basado en protocolos de mínima estimulación) nos explica en qué consiste exactamente está técnica y qué ventajas aporta frente a las convencionales.

Estimulación suave y menor uso de medicación

La estimulación ovárica es un paso clave cuando la mujer se somete a un tratamiento de reproducción asistida, como una FIV o una IA. Este proceso consiste en la administración de medicación para que los ovarios produzcan más de un óvulo en cada ciclo.

La técnica de baja estimulación consiste en estimular a los ovarios de forma más natural, con dosis bajas de medicación oral y aprovechando el ciclo natural de la mujer.

Así, se mantiene la selección natural de los mejores ovocitos permitiendo obtener óvulos de mayor calidad con las dosis mínimas de medicación, pues el uso de inyecciones disminuye en un 80% con respecto a una FIV convencional y se reducen las dosis de hormonas en un 60%.

De esta forma, es la paciente quien libera sus propias hormonas endógenas; entre 3-5 óvulos de mejor calidad"
"El objetivo de los tratamientos de baja estimulación es centrarse en obtener una menor cantidad de embriones pero de buena calidad, para lograr un embarazo con las mismas probabilidades de éxito" - explica el Dr. Bermejo.

Pero el hecho de utilizar poca medicación no solo influye en la reducción del número de pinchazos y sus consecuentes molestias y efectos adversos (irritabilidad emocional durante el tratamiento, pesadez, molestias abdominales...), sino que también previene la hiperestimulación ovárica y tiene un menor impacto en la rutina de la mujer, ya que las visitas a la clínica también se reducen.

No en vano, el Dr. Bermejo asegura que "al interferir menos en su estilo de vida, muchas pacientes se animan a realizar más intentos".

Otro factor a tener en cuenta es que al requerir menos folículos, se reduce tanto el tiempo de quirófano como la cantidad de anestesia, lo que a su vez repercute en una mejor y más rápida recuperación.

Todos estos elementos hacen que el coste de la técnica de baja estimulación resulte inferior a otro tipo de tratamientos de reproducción asistida.

¿Cómo se lleva a cabo la técnica de baja estimulación?

Tal y como acabamos de explicar, la diferencia entre esta técnica y una FIV convencional radica principalmente en la fase de estimulación ovárica. El resto de procedimientos o pasos a seguir (ecografías de control, duración del tratamiento y paso por quirófano para extracción de óvulos) no varían.

"Durante la estimulación hacemos un seguimiento con ecografías para determinar el momento óptimo para extraer los óvulos, y a partir de ahí empezaría una FIV exactamente igual a la convencional".
"La duración del tratamiento es similar a una FIV, entre 12-14 días, pero reduciendo al máximo la hormonación, los pinchazos y el riesgo de hiperestimulación es prácticamente 0"

¿Qué mujeres pueden optar a un tratamiento de baja estimulación?

Los tratamientos de baja estimulación son la alternativa perfecta para aquellas mujeres que no presentan graves problemas de fertilidad, así como mujeres que quieren ser madres en solitario o parejas de mujeres homosexuales sin problemas de fertilidad.

No obstante, el Dr. Bermejo también apunta a que esta técnica estaría igualmente indicada para todas las mujeres que desean ser madres con una alternativa más natural, o aquellas de edad avanzada o baja reserva ovárica que pese a recibir mucha medicación obtienen solo tres o cuatro ovocitos (con la técnica de baja estimulación conseguirán los mismos resultados con una estimulación mínima)

“La baja estimulación es una buena alternativa para madres en solitario o parejas de mujeres que no necesitan un alta estimulación, pero también para pacientes de edad materna avanzada o baja reserva ovárica. Además, puede coayudar cuando se da el caso que el problema reside en una baja calidad del esperma de la pareja"

Cuando, tras un año de búsqueda constante y sin el uso de ningún método anticonceptivo, una pareja sin ningún signo de patología evidente no ha logrado el embarazo, se considera que existe un problema de infertilidad.

Cuando la mujer tiene más de 35 años, el tiempo de búsqueda infructuosa debería reducirse a seis meses, ya que su capacidad ovárica va disminuyendo y conviene ponerse en manos de especialistas lo antes posible.


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