Creo que poco a poco nos estamos dando cuenta de la importancia de respetar los tiempos de los niños. Sin embargo a veces se nos pasa por alto lo que en realidad significa el tiempo de ser niño. Por eso nos ha impactado tanto la iniciativa “¿Qué quieres ser de pequeño?” de la Fundación Multiópticas, con el cual quiere visibilizar la problemática de la adultización y reivindicar la importancia de dejar a los niños disfrutar plenamente de una de las etapas más trascendentales y maravillosas de la vida.
El vídeo, realizado con familias reales, mencionan una frase que a mi personalmente me ha impactado mucho: "hábitos, algunas expresiones que tenemos a diario con los más pequeños, pueden provocar una revolución invisible en sus vidas... es como si quisiéramos sacar la mejor versión de ellos mismos, pero ¿y si al estar centrados en que lo consigan, provocamos justo lo contrario?
Esas frases a las que hacen referencia (y que seguro a mucho os sonarán bastante), es ¿qué quieres ser de mayor?, ¿ya tienes novia?... preguntas que tenemos tan normalizadas que a veces no somos conscientes de el mensaje con el que se pueden quedar los niños. ¿No causamos demasiada presión a un niño cuando los adultos les hablamos sobre tener pareja (aún cuando sea broma), cuando a su edad solo deben pensar en juegos y en pasarlo bien con sus amigos?
Otro punto que tocan en las conversaciones que tienen con los familiares de los niños es acerca del tiempo que tienen disponibles para el juego, a lo que, de forma unánime, responden que no es el que correspondería por su edad debido a las largas jornadas en el colegio y las responsabilidades que tienen. Está comprobado que altos niveles de exigencia repercuten directamente en cuadros de estrés y de ansiedad en niños y adolescentes. Jugar es un medio de expresión y de maduración en el plano físico, cognitivo, psicológico y social, y también es el mejor mecanismo de prevención a trastornos psicológicos en edades tempranas.
El vídeo me ha gustado muchísimo porque invita a hacer una reflexión que todos los padres deberíamos hacer y no solo por esas preguntas directas que hacen en él, sino porque en el día a día solemos olvidar que los niños son niños y no personas adultas. Cada cosa tiene su momento: dejemos a los niños ser niños, permitamos que disfruten de esta etapa de su vida de la forma más feliz posible y disfrutemos nosotros también, porque ellos serán niños solo una vez, y además es un tiempo que pasa volando.
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