De colores, de diversos tamaños y texturas, la pelota se ha jugado en pueblos como los maya, egipcio o japonés desde tiempos inmemorables.
Los niños tienen una necesidad de movimiento innata y la pelota es perfecta para ello: rebota, rueda en diferentes direcciones con lo cual jugando con ella el pequeño coordina sus movimientos corriendo detrás de la pelota traviesa. Desde bebés comienzan a interesarse por ese objeto redondo que pareciera tener vida propia. Jugar con pelotas enriquece el desarrollo psicomotor y la imaginación. Además da la posibilidad de jugar en grupo, aspecto muy favorable para la socialización en la infancia. Así que en casa nunca debe faltar una pelota. Más información | Juguetes imaguinarium En bebés y más | Criterios para seleccionar un juguete adecuado | Los juguetes y el desarrollo de la inteligencia