Hoy, 28 de mayo, se celebra el Día internacional del Juego, una fecha para poner en valor la importancia del juego en la vida de nuestros hijos. No cabe duda que los niños tienen que jugar, porque es lo suyo, están programados para ello. Durante sus primeros años el ser humano pone en práctica sus habilidades lúdicas para comprender mejor el mundo que le rodea.
Jugar no es sólo entretenimiento, jugar es también aprendizaje, la mejor manera de explorar, experimentar, conocer y sociabilizar. Ojo, y jugar no es sinónimo de tener miles de juguetes. El juego es mucho más que un juguete. Jugar es un derecho de la infancia del que todos los niños deberían beneficiarse.
Hasta aproximadamente los dos años los niños juegan en paralelo, pueden jugar juntos pero no revueltos, ya que no comparten juegos con otros niños. Luego aparece el juego simbólico, el juego infantil por excelencia en el que los pequeños imaginan ser, imitando situaciones que ven en la vida real. Aquí vienen los disfraces, las casitas, las cocinitas y todo ese mundo de fantasía con el que nos deleitan los pequeños.
No podemos olvidarnos de los juegos de construcción y sus beneficios para la concentración, la destreza y el dominio de la motricidad fina, ni de los juegos de mesa que fomentan en ellos habilidades cognitivas, motrices y de aprendizaje.
Pero ante todo, el podio de los juegos es para el juego libre que consiste simplemente en que los niños jueguen con su cuerpo, con juguetes, manipulen objetos, y se muevan guiados por su propio instinto y por su curiosidad innata. Sin reglas, sin límites ni rigideces. Además, ya sabes, jugar con tu hijo es la mejor forma de conocerlo y conectar con él.
Merece rescatar también la importancia del juego en el lenguaje de nuestros hijos, y cómo no, la importancia del juego (y del humor) para la sociedad. ¿Os habéis puesto a pensar que sería de nosotros sin el juego?
Hoy en día, no es que los niños no jueguen, pero se dedican a juegos cada vez más sedentarios y solitarios. Los juegos de toda la vida, como los juegos de persecución, con balones y de comba no deben desaparecer, pues además de ser saludables, favorecen su desarrollo, tanto físico como intelectual. Por otro lado, tienen tantas obligaciones y actividades que apenas les queda tiempo para jugar. Es una pena y debemos luchar por devolverles a los niños ese precioso tiempo de juego.
Para terminar, os dejo el manifiesto del Día Internacional del Juego en el que se reconoce el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Feliz Día de Juego, y a ver si los adultos nos aplicamos también el cuento.
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