Que el momento de recoger los juguetes no se convierta en un conflicto: nueve claves para gestionarlo de forma positiva

Cuando un niño juega con sus juguetes suele ser normal que al poco tiempo reine el caos y el desorden. Y es que por mucho que les digamos que "saquen los juguetes de uno en uno" o "guarden aquellos que no utilizan", ellos querrán tenerlos todos a la vista, aunque esto suponga vaciar en el suelo el contenido íntegro de cajones y armarios.

Aunque todos coincidimos en afirmar lo difícil que es mantener el orden en casa cuando hay niños pequeños, lo cierto es que también es necesario encontrar un cierto equilibrio para sentirnos cómodos y a gusto, lo que puede acabar derivando en peleas y discusiones con nuestros hijos para que recojan sus juguetes.

Si esta escena te resulta familiar, echa un vistazo a los consejos que te ofrecemos para gestionar el momento de forma positiva y conseguir mantener el orden en casa sin rabietas ni conflictos con tus peques.

Respira hondo y no pierdas los nervios

En primer lugar, por mucho estrés que nos genere el desorden es importante recordar que no debemos perder los nervios con nuestros hijos, pues de lo contrario es probable que acabemos diciendo o haciendo algo de lo que luego nos arrepintamos.

Así pues, respira profundamente y cuenta hasta diez (o hasta donde haga falta), evitando los gritos, las órdenes autoritarias ("¡recoge tus juguetes ahora mismo!"), los chantajes y amenazas ("o recoges ahora mismo tus juguetes o te los tiro a la basura"), las etiquetas ("¡eres un desastre!", "¡eres un desordenado!") o los castigos.

El objetivo debe ser conseguir que nuestro hijo quiera colaborar activamente en la tarea de recoger los juguetes, buscando contribuir con sus actos al buen funcionamiento del hogar.

Y ya sabemos que la contribución no se logra con faltas de respeto como las mencionadas más arriba, sino actuando con empatía, amor, firmeza y amabilidad.

Conecta con tu hijo y sus necesidades

Antes de continuar, os propongo hacer un ejercicio de reflexión que nos permita conectar con nuestro hijo y entender sus necesidades en ese momento. Preguntémonos, ¿por qué creemos que se niega a recoger los juguetes?

Ahí van algunos ejemplos:

  • Lo que suele ocurrir con más frecuencia es que el niño se lo está pasando tan bien que simplemente no quiere dejar de jugar, y además, tener que afrontar la latosa tarea de recoger la habitación.

Es completamente lógico y seguro que a nosotros también nos ha pasado muchas veces. O si no, pensemos por un momento cómo nos sentimos cuando estamos disfrutando de una película y de pronto nos percatamos de que debemos hacer la colada o preparar la cena... ¿lo hacemos gustosamente? Apuesto a que no.

  • También podría ocurrir que el niño estuviera cansado, tuviera sueño o hambre. Y es que, por lo general, solemos pedir a nuestros hijos que recojan los juguetes antes de irse a la cama, tras una larga jornada de colegio y actividades. ¿Quién no se siente agotado al final del día?

  • En otras ocasiones, el oponerse a hacer algo podría indicarnos una falta de conexión o una forma de decirnos que no se siente bien (por ejemplo, necesita más atención por nuestra parte, está dolido o enfadado, busca entablar una 'lucha de poder' con nosotros...)

  • Y también podría suceder que simplemente nuestro hijo sea muy pequeño para acometer esta tarea (especialmente si son demasiados los juguetes que tiene que recoger). En estos casos, fraccionar la tarea en partes más pequeñas suele ser un buen recurso para ayudarles (por ejemplo, recoger primero los muñecos, luego recogeremos los coches, después las construcciones...)

Explícale por qué hay que recoger los juguetes

Cuando ordenamos a los niños que hagan algo, pero no tenemos en cuenta sus necesidades ni establecemos una conexión previa, la comunicación deja de ser positiva y es probable que entremos en una 'lucha de poder' que genere conflictos y malestar (nosotros queremos que hagan algo y ellos se niegan a hacerlo: ¿quién saldrá "ganando"?)

Por eso, lo mejor es dedicar unos minutos a explicarles con amor, respeto y empatía por qué es importante recoger los juguetes cuando el juego finaliza ("al guardar los juguetes evitaremos pisarlos y hacernos daño en el pie", "si pisamos los juguetes podremos romperlos sin querer", "si la habitación está ordenada resultará más cómodo estar en ella", "el desorden hace que no encontremos lo que busquemos"...).

Es importante que nuestra comunicación sea positiva, animándoles a colaborar en la tarea y confiando en ellos y en sus capacidades.

Ofrécele tu ayuda

Cuando a nosotros nos cuenta hacer algo (sea por el motivo que sea), seguro que agradecemos que alguien nos tienda una mano y nos preste su ayuda. Pues en este caso nuestro hijo también lo agradecerá.

Son muchas las formas en las que podemos ayudar:

  • Por ejemplo, enseñándole cómo se hace. Y es que, como comentábamos más arriba, si el niño es muy pequeño podría sentirse especialmente apabullado si hay demasiados juguetes que recoger, por lo que nuestra ayuda será especialmente necesaria.

En este sentido, y como ya adelantábamos antes, podemos comenzar dividiendo la tarea en otras más pequeñas o ir mostrándole dónde y cómo guardar cada cosa. Disponer de cajones o cestos que nos permitan clasificar los juguetes y guardarlos de forma cómoda y rápida, es una genial idea.

  • Pregúntale qué necesita para lograr mantener los juguetes ordenados.

A veces ocurre que lo que nosotros pensamos que es un sistema de almacenaje de juguetes cómodo y práctico, para el niño no lo es en absoluto; bien porque le resulta complejo (¿demasiados compartimentos, quizá?) o porque el baúl o cajón donde guarda sus cosas es tan profundo que se ve obligado a sacar todos los juguetes cada vez que quiere encontrar uno. Pregúntale cómo mejorar el almacenaje para que la tarea de recoger no resulte complicada.

También sucede con frecuencia que el niño no quiere destrozar una construcción de la que se siente especialmente orgulloso o que le ha costado trabajo hacer, y por eso se niega sistemáticamente a recoger. En estos casos, podemos proponerle colocar su construcción en lo alto de una estantería para preservarla, y así poder recoger lo demás sin riesgo a que se destruya.

Hacer una junta de familia para proponer ideas

Pero si a pesar de estas pautas, el momento de recoger los juguetes es siempre conflictivo y se convierte en un problema recurrente, una buena opción sería organizar una junta de familia que implique a los niños en la búsqueda de soluciones.

En este post os contábamos cómo hacer juntas de familia, pero básicamente consistiría en plantear el problema que tenemos en casa (el desorden de juguetes) y entre todos los miembros de la familia aportar ideas que ayuden a solucionarlo.

Ofrecer opciones a los niños

Con todas las ideas aportadas en la junta de familia, elegiremos aquellas que resulten respetuosas para todos nosotros y para la situación que estamos tratando. Lo recomendable es intentar seleccionar al menos seis opciones, y a continuación apuntarlas en una rueda de cartulina, en papelitos que meteremos en una caja o simplemente en un mural que colocaremos en la pared de la habitación.

La idea es que cuando toque recoger los juguetes y el niño se sienta bloqueado o no quiera hacerlo, le mostremos las opciones que salieron elegidas en la junta de familia (y en la que él contribuyó), para que elija la que más le apetece hacer en ese momento.

Algunas opciones podrían ser recoger la habitación con música marchosa de fondo, ordenar los juguetes después de cenar en lugar de hacerlo antes de la cena, recoger primero los juguetes más grandes y después del baño ordenar los pequeños...

Recordatorios

Pasará tiempo hasta que la tarea de recoger los juguetes se convierta en un hábito que el niño haga por sí mismo sin necesidad de recordárselo.

Mientras llega ese momento, podemos consensuar con nuestro hijo alguna señal o palabra clave que al pronunciarla le recuerde de inmediato la tarea que debe acometer. De esta forma, no solo evitamos discursos o sermones (que suelen acabar "cayendo en saco roto" y provocarnos la sensación de "disco rayado"), sino que estableceremos un momento de conexión con nuestro hijo.

Algunos ejemplos de recordatorios divertidos que podemos poner en práctica:

  • Idear juntos una palabra en un idioma inventado que signifique "toca recoger los juguetes"
  • Asociar la recogida de juguetes a una canción, de manera que cuando la música comience a sonar le recuerde al niño que el momento de recoger ha llegado
  • Establecer entre nosotros un gesto, una mirada o una señal divertida con los dedos que indique la necesidad de recoger la habitación
  • Otra idea es integrar algún momento divertido como parte de la rutina de recoger los juguetes, como hacernos cosquillas, una guerra de besos, un baile loco...

Limita los juguetes

Si tienes la sensación de que los juguetes os invaden, quizá haya llegado el momento de hacer una purga y evitar la acumulación excesiva, y por tanto, el caos y el desorden

Para hacer limpieza de juguetes puedes aprovechar días especiales en los que el niño recibirá juguetes nuevos, como su cumpleaños o la llegada de los Reyes Magos. Nuestro hijo debe ser quien elija aquellos juguetes que se quedan en casa y los que salen, aunque nuestra ayuda es importante.

Eliminaremos los juguetes rotos, los que no utiliza (si están en buen estado podemos donarlos a hospitales, ONG...) y los que su uso sea muy puntual. En este último caso, por ejemplo, podemos proponer llevarlos a casa de los abuelos -para que tenga allí juguetes cuando vaya a visitarlos-, o guardarlos en un armario durante una temporada.

En cualquier caso, siempre debemos respetar los deseos del niño.

Tus hijos solo serán niños una vez

Y no quisiéramos terminar sin ofrecer un último consejo -que para mí es el más importante-: recordar que nuestros hijos solo serán niños una vez, y que el caos y el desorden que hoy reina en nuestras casas acabará por desaparecer en tan poco tiempo, que incluso lo echaremos de menos.

Es cierto que en general para todos, mantener un cierto orden en casa nos ayuda a evitar conflictos, a vivir más tranquilos y a disfrutar de nuestro hogar, pero en no debería convertirse en una obsesión que enturbie la relación con nuestros hijos y las memorias que tendrán del tiempo que pasamos junto a ellos.

Fotos | iStock, Pexels

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