Estás dando el pecho a tu hijo y te has quedado embarazada de nuevo. En ese momento es probable que te asalten un montón de dudas en torno a la lactancia: ¿Puedo continuar amamantando? ¿Dar el pecho podría afectar negativamente al embarazo? ¿"Robará" mi hijo mayor la leche a su hermano recién nacido?...
Son muchas las preguntas, y muchos los mitos que hay en torno a la lactancia durante el embarazo. Te contamos todo lo que debes saber acerca de la lactancia en cada trimestre de la gestación, así como los casos en los que no estaría recomendada.
Primer trimestre: aumenta la sensibilidad de los pechos
La molestia más notoria del primer trimestre, - y en algunas mujeres el primer síntoma de embarazo,- es la hinchazón y sensibilidad en los pechos.
Desde los primeros días, los pechos empiezan a prepararse para la lactancia. Los elevados niveles de progesterona y estrógenos hacen que crezcan y se vuelvan más sensibles, y a veces duelen al más mínimo roce de la ropa.
En ocasiones, esto podría suponer un problema para las mamás que están dando pecho a sus hijos, ya que experimentan dolor o gran incomodidad en el momento de la toma. Tanto es así, que algunas deciden destetar sin haberlo previsto porque el dolor no es soportable.
Aunque la sensibilidad en los pechos aumenta durante el embarazo, no todas las mujeres experimentan un dolor tan acusado, por lo que hay muchas que deciden seguir amamantando. En cualquier caso, estas molestias suelen disminuir a medida que avance la gestación.
Segundo trimestre: bajada de la producción
Aunque el hijo mayor mame con frecuencia, entre el tercer y cuarto mes de gestación se produce una caída en la producción de la leche debido a los cambios que sufre el pecho para adaptarse al futuro bebé.
Cuando el niño lactante tiene una cierta edad podría expresar con palabras esta caída de la producción, pero si aún es un bebé, quizá la madre comience a notarle más irascible a la hora de mamar o incluso empiece a dar muestras de rechazar el pecho.
El 40 por ciento restante de niños que continúan mamando lo hacen sin leche (o saliéndoles muy poca cantidad), por el simple hecho de estar en contacto con su mamá. En estos casos, desde LactApp aconsejan que si el niño lactante tiene menos de un año se complemente su alimentación con leche de fórmula.
Tercer trimestre: aparece el calostro
Durante el tercer trimestre de embarazo el pecho de la mujer comienza a producir calostro, pensando en el bebé que está a punto de nacer. Esto ocurre siempre, con independencia de si el hijo mayor continúa mamando o no.
Quizá la madre llegue a apreciar el calostro en forma de pequeñas gotas transparentes, pero en muchos casos es su hijo quien avisa de su presencia, al expresar su disconformidad por el cambio de sabor que de pronto comienza a experimentar al mamar (ligeramente salado).
También hay que tener en cuenta el efecto laxante del calostro, que podría hacer variar las deposiciones del niño mayor en cantidad (más abundantes) y consistencia (más líquidas).
Tu bebé ya ha nacido: lactancia en tándem
Cuando el bebé nace comenzarás una nueva etapa llamada lactancia en tándem, en la que tu leche alimentará tanto a tu recién nacido, como a tu hijo mayor.
En este momento es normal que te surjan ciertas dudas sobre la producción, el tipo de leche que tienes, o cómo debes proceder para alimentar a tus hijos. Te contamos qué debes tener en cuenta:
¿Tendré subida de la leche?
Aunque hayas mantenido la lactancia durante el embarazo, cuando tu bebé nazca tendrás subida de leche igualmente, aunque esta se producirá con mayor rapidez. Además, tendrás la ventaja de que tu hijo mayor podrá ayudarte a descongestionar el pecho.
Los expertos dicen que en los casos de lactancia en tándem el recién nacido suele aumentar de peso con mayor rapidez, y normalmente no se observan crisis de crecimiento en sus primeros meses.
Tu hijo mayor no "roba" calostro a su hermano
Es probable que escuches a alguien decirte que si das el pecho a tu hijo mayor cuando tu bebé ha nacido, le estará robando el tan preciado calostro. Pero se trata de un mito, uno más de todos los que rodean a la lactancia materna.
Debes saber que tus pechos producirán calostro suficiente para asegurárselo al recién nacido, y de paso, el calostro que tome tu hijo mayor le supondrá una importante inyección de inmunidad.
Otros datos importantes a tener en cuenta
Para algunas madres, la lactancia durante el embarazo puede provocar ciertos sentimientos desagradables o incluso rechazo hacia su hijo mayor. Los expertos aseguran que es un sentimiento normal, y que en algunas ocasiones podría ir incluso en aumento a medida que avanza la gestación.
Si estás pasando por esta fase es recomendable que acudas a un grupo de lactancia o te pongas en manos de una asesora, para que te ofrezca pautas que te ayuden a llevar la situación de la mejor forma posible.
¿Cuándo se debe suspender la lactancia?
Sin embargo, hay que saber que la succión del pecho estimula la producción de oxitocina, lo que puede provocar contracciones del útero. Por lo general, estas contracciones no suponen ningún problema, ya que la duración de la oxitocina en sangre tras la succión es muy breve.
Pero hay ciertas circunstancias por las que el médico podría recomendarte abandonar la lactancia. Según leemos en este artículo de la Asociación Española de Pediatría, estos supuestos serían:
- Embarazos gemelares
- Embarazos de alto riesgo
- Hemorragias vaginales
- Amenazas de aborto o de parto prematuro
- Falta de aumento adecuado del peso corporal durante el embarazo
En definitiva, y salvo que el médico indique lo contrario, continuar con la lactancia durante el embarazo es una decisión que depende exclusivamente de ti y de tu hijo mayor.
Fotos | iStock, Mothering touch en Flickr
Más información | LactApp, Alba Lactancia
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