Viruela del mono y lactancia materna: ¿puedo seguir amamantando a mi bebé si me contagio?
La viruela del mono no para de expandirse por el mundo, y aunque aún no se ha declarado como pandemia, los números empiezan a ser preocupantes: en España hemos superado los 3000 casos y somos el país que más contagios ha registrado en el mundo (que suma 15.379 casos hasta el 20 de julio según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades CDC).
Ante este panorama, debemos tener en cuenta que se trata de una enfermedad que, según la OMS, puede ser grave en niños y embarazadas, así que es importante informarnos con respecto a su patología y manejo.
Una de las preguntas que están empezando a surgir es qué pasa cuando alimentamos a nuestros bebés a través de la lactancia materna: ¿contagiaremos al bebé? ¿le podemos aportar anticuerpos a través de la leche? ¿debemos interrumpirla?
¿Es seguro que una madre infectada con la viruela del mono amamante a su bebé?
Hemos recurrido a las principales autoridades en la materia para conocer sus recomendaciones, y aunque no hemos encontrado consenso, sostienen que para tomar una decisión es fundamental confirmar si solo la madre está contagiada. Adicionalmente todas mencionan que es fundamental tener en cuenta las consecuencias que puede tener el separar a un bebé de su madre, y no solo en zonas donde la lactancia materna es la única fuente de alimentación para los más pequeños.
Según la OMS, se deben evaluar las prácticas de alimentación infantil, incluyendo la posibilidad de que una madre contagiada con la viruela del mono deba dejar de amamantar a su bebé, pues aunque no se sabe si la leche transmite el virus, hay un alto riesgo de contagio al haber un contacto estrecho con la piel al amamantar.
Remarcan que es fundamental evaluar caso por caso, considerando el estado físico general de la madre y la gravedad de la enfermedad. Si ha estado expuesta al virus pero no presenta signos de infección, no debería separarse de su bebé. Y añade:
Las madres contagiadas deben tomar medidas protectoras generales al manipular y alimentar a sus hijos bebés, por ejemplo, lavarse las manos antes y después de cada toma, usar una mascarilla (si es posible) y cubrir cualquier lesiones en la areola o en áreas que tienen contacto directo con el bebé.
Alternativamente, si solo un seno tiene lesiones, las madres pueden extraer/sacar leche del seno con lesiones en la areola y desechar la leche y alimentar del seno no afectado. En todos los casos, es necesario vigilar atentamente a la pareja, a la madre y al bebé para detectar el desarrollo de signos y síntomas.
Si la madre de un bebé o niño pequeño ha estado expuesta al virus y no tiene síntomas que sugieran infección, el bebé o el niño no deben ser separados y debe continuar amamantando mientras se realiza un seguimiento de signos y síntomas.
Según una publicación de la Royal College of Obstetricians and Gynaecologists RCOG sobre el manejo de la enfermedad durante el embarazo y posteriormente, coincide con la OMS en cuanto a las precauciones que se deben tener cuando la madre se ha contagiado.
Remarca además que se debe sopesar el riesgo de infección con el daño y la angustia potenciales causados por la interrupción de la lactancia y el contacto cercano entre padres e hijos:
Si es posible que continúe amamantando y tenga un contacto cercano, es aconsejable reducir el riesgo tomando medidas como cubrir las lesiones y usar una mascarilla para reducir el riesgo de transmitir el virus. El riesgo de infección deberá equilibrarse cuidadosamente con el daño y la angustia potenciales causados por la interrupción de la lactancia y el contacto cercano entre padres e hijos. Todavía no se sabe si el virus de la viruela del mono puede transmitirse de padres a hijos a través de la leche materna; esta es un área que necesita más estudio.
Desde el Centro de Control y Prevención de enfermedades CDC hacen énfasis en que la transmisión del virus sucede por contacto cercano y en el desconocimiento de las posibilidades de transmitir la enfermedad a través de la leche materna, por lo cual recomiendan separar al lactante de su madre hasta que esta esté completamente sana (al contrario de lo que se dijo en su momento con la Covid-19).
La leche materna es la mejor fuente de nutrición para la mayoría de los recién nacidos y brinda protección contra muchas enfermedades. Sin embargo, dado que el virus de la viruela del mono se transmite por contacto cercano y que la infección neonatal puede ser grave, la lactancia debe retrasarse hasta que se cumplan los criterios para suspender el aislamiento (es decir, todas las lesiones se hayan resuelto, las costras se hayan caído y una nueva capa de se ha formado piel intacta).
Algunas madres que están amamantando pueden necesitar apoyo adicional de un sacaleches para iniciar y mantener su producción de leche y evitar una infección mamaria mientras se curan las lesiones de viruela del mono. Se desconoce si el virus está presente en la leche materna. La leche materna extraída de un paciente sintomático o aislado debe desecharse mientras se retrasa la lactancia. Para evitar exponer inadvertidamente a un bebé al virus de la viruela del mono, un cuidador sano puede alimentarlo con leche humana pasteurizada de donante o fórmula infantil. Las personas que están amamantando deben hablar con su médico para determinar si sus lesiones se han curado y pueden reanudar la lactancia directa o alimentarse con leche materna extraída.
Desde e-lactancia.org, especializada en analizar los riesgos para la lactancia materna de más de 28 mil términos, nos indican que el riesgo es alto para la lactancia materna, así que es fundamental tener en cuenta que si la madre está infectada y el bebé no, hay que aislar al bebé y no amamantar.
Aunque la Asociación Española de Pediatría ha publicado un documento sobre la viruela del mono, aún no se ha pronunciado sobre las recomendaciones a tener en cuenta en el caso de una madre lactante que haya sido expuesta al virus o ya esté contagiada.
¿Qué medidas de precaución hay que tomar?
Las madres que están infectadas, sospechan que podrían estarlo o presentan síntomas, pero se encuentran bien para amamantar a su bebé y decidan seguir haciéndolo, deberán, según las indicaciones en las que coinciden las autoridades:
- Llevar mascarilla al amamantar al bebé (o siempre que esté cerca del bebé).
- Cubrir las lesiones para que estas no entren en contacto directo con el bebé. En caso de tenerlas en alguno de los pezones, se recomienda extraerla leche para evitar la mastitis y desecharla.
- Lavarse las manos antes y después de amamantar al bebé (o de tener contacto con el bebé).
- Evitar el contacto con ropa, ropa de cama, toallas, utensilios de cocina, etc, de personas que estén enfermas.
Por supuesto, esto además de tomar las medidas de prevención recomendadas para toda la población como aislarse de inmediato en caso de dar positivo a la enfermedad, llevar mascarilla en sitios cerrados, lavarse las manos con frecuencia y desinfectar las superficies.