El café es una de esas cosas que suele generar opiniones divididas en las personas: hay quienes no pueden vivir sin él, mientras que otros lo ven como algo innecesario y además, poco recomendable.
Pero a pesar de que el café puede ser visto como algo malo por algunas personas, lo cierto es que éste también tiene algunos beneficios para la salud, como mejorar la salud cerebral y reducir el riesgo de infarto, depresión y enfermedades del hígado.
Sin embargo, por más beneficios que pueda aportar, también es cierto que es necesario cuidar la cantidad de café que bebemos. Especialmente la de un tipo de café que está relacionado con el cáncer.
Si preparas tu café de alguna de las maneras tradicionales, es decir, utilizando el café molido y preparándolo ya sea con cafetera de goteo, prensa francesa, cafetera italiana o la que tengas, puedes estar tranquilo.
Aunque éste tipo de café también tiene presente acrilamida, una sustancia de la que en un momento más te hablaremos, la cantidad es muy baja. Pero si tomas café instantáneo, te interesará conocer la siguiente información.
La acrilamida y el café
De acuerdo con información de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), la acrilamida es una sustancia química que se crea de forma natural en algunos alimentos durante procesos de cocinado a altas temperaturas.
El problema es que esta sustancia se ha relacionado en algunos estudios con animales con un incremento en el riesgo de varios tipos de cáncer, por lo que el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) consideran que se puede anticipar con razón que la acrilamida es un carcinógeno humano.
Por ello, tanto la FDA como la AESAN señalan que, aunque no está claro exactamente qué riesgo riesgo podría tener la acrilamida para los humanos, es recomendable hacer lo posible por reducir el consumo de los alimentos que la contienen. Como lo mencionábamos previamente, el café es uno de esos alimentos que contiene acrilamida, pero no todos los cafés tienen la misma cantidad.
Los resultados de un estudio realizado en Polonia, en el que analizaron 42 muestras de café, encontraron que el café instantáneo contiene el doble de acrilamida que el café molido, mientras que los sustitutos de café contienen más del cuádruple, por lo que es el consumo de estos dos tipos de café el que debemos de cuidar y reducir.
Sin embargo, esto no significa que debamos descartar por completo el café instantáneo, ya que investigadores de la universidad McGill en Canadá señalan que sería necesario beber unas 10 tazas de café instantáneo al día, para alcanzar el límite inferior de las recomendaciones de exposición a acrilamida más conservadoras.
En resumen, siempre que sea posible, hay que elegir el café molido o colado antes que el instantáneo, pero si ocasionalmente bebemos una taza de café instantáneo no deberíamos de preocuparnos.
Foto de portada | Vlada Karpovich en Pexels